miércoles, diciembre 28

Nuevo videojuego, estrella de las ventas navideñas.

El honor ha correspondido al gran juego Sálvame: Faltan dos candidatos escondidos (SF2CE), creado por Casual Harder y distribuido por Abandanay. El argumento es atractivo: En un futuro no muy lejano, una compañía farmacéutica ha logrado aislar la perezrevertina, la hormona responsable de que Arturo Pérez-Reverte estalle en verborreas de insultos. No obstante, la cantidad obtenida basta para una sola dosis. Varios profesionales de la intimidación, como políticos y banqueros, ansiaban la perezrevertina, pero las autoridades sanitarias han decidido usar a los tertulianos de Sálvame como conejillos de indias. El afortunado con probar la perezrevertina y ver aumentada su capacidad de difamación será el ganador en un violento torneo de lucha.



¡El ganador deberá poseer unas técnicas de lucha tan dañinas como su lengua!

viernes, diciembre 23

Los aguafiestas.

Pues dentro de nada será Navidad. A título personal, no soy creyente, y además está claro que la celebración de la Navidad tiene su origen en antiguas celebraciones paganas (como casi todas las festividades cristianas, por otro lado). Eso sí, independientemente del motivo oficial de la celebración, lo importante es la reunión familiar. Que Jesús de Nazaret no naciera en este entonces o que criar un árbol no provoque la llegada de la primavera no invalida la festividad en sí.

Digo esto para dejar clara una cuestión: soy tan ateo de la religión en la que fui bautizado como de las demás. Pero también por esto, no tengo manías específicas contra ninguna. Igual opinión me merecen la creencia de que un señor se volvió débil porque una pilingui le cortó el pelo y aquella que otro sólo murió cuando un arquero cobarde le atravesó el talón de un flechazo. No obstante, no es necesariamente una mala opinión.

La Biblia (y demás libros religiosos y mitos) tiene miles de años, y es normal que en algunas partes sea imprecisa. Para colmo, ha habido tantas traducciones que lo que leemos es una reinterpretación. Así, hay que leerla con atención al contexto para no confundirse, porque es extraordinariamente fácil. Sin embargo, de un tiempo a esta parte han salido varios espontáneos que atacan a lo loco diversas partes de las Escrituras para presumir de ateísmo. Lo malo no es que esto, sino que encima se equivocan, como señala Ibeth Rivero en esta entrada.

Además, se critica con total falta de consideración. En este mismo plan de machaque, no se salvarían ni siquiera los primeros autores naturalistas. Plinio el Viejo es un buen ejemplo, en su Historia natural llega a decir que los elefantes son “profundamente religiosos” y otras perlas del estilo. Señalar los fallos y los errores está bien, pero también hay que reconocer cuándo el autor lleva razón.

En fin, ¡que felices fiestas!

miércoles, diciembre 21

Del arte de curar.

Ayer pude ver una noticia ya conocida entre los círculos escépticos: que la homeopatía no tiene mayor efecto que el placebo. Sin embargo, el mismo estudio afirma que los masajes y la acupuntura sí podrían servir en algunos casos. No lo negaré sin datos en la mano.

De todos modos, me sorprenden dos detalles:

-La primera es mencionada en el artículo: las tres técnicas son tildadas de “naturales” ¿Qué tiene de natural clavarse agujas? Debe de ser que estos útiles se crían en los bosques y yo no me había enterado, ¡la reoca!

-La segunda sólo se mencionó en el reportaje: hay quien pide la regularización de la formación en terapias alternativas. Vamos a ver, eso ya existe: se llama medicina. Existe la creencia estúpida de mantener que existe una división estricta entre la medicina “tradicional” (porque en realidad es científica, pero bueno) y las llamadas “medicinas alternativas”, pero es absurdo. Lo que hay es medicina, sea un remedio tradicional o nuevo.

La propia medicina “a secas” ya te da alternativas. Por ejemplo, mucha gente tiene la alternativa de llevar una vida sana y evitarse posibles problemas de peso y cardiovasculares, o de comer como cerdos, ver todo el día la tele y acabar dependiendo de medicación. Muchos varones tienen la alternativa de someterse a la circuncisión o quedarse con fimosis. Y la medicina no tiene nacionalidades ni nada parecido, a pesar de que algunos dicen que hay medicina "occidental". Los precedentes de las vacunas, por ejemplo, son de origen chino y eran usadas en Turquía, donde las descubrió una noble inglesa.

Si la acupuntura funciona, lo inteligente es que se enseñe en las facultades de ciencia de la salud, se practique y se mejore. Por ello, quienes quieran aplicar este tipo de técnica deberían pasar un exigente programa de prácticas antes de ejercer, como ocurre con cualquier profesional sanitario.

Claro que esto exigiría, de ser así, responsabilidades y controles de todo tipo. Al fin y al cabo, el gran problema con las “medicinas alternativas” es que sus propulsores pretenden ser y no ser médicos según sople el viento. Cuando hay que cobrar, sí. Cuando hay que responder por daños y perjuicios, no.

martes, diciembre 20

El lío de las unidades y los métodos de conversión.

El mililitro y el milímetro cúbico son unidades equivalentes. Ambos miden la misma cantidad de volumen. La única diferencia es que mililitro es una unidad más cómoda de usar y es preferible en un contexto práctico. La otra es más analítica.

Ya cuando estudiaba, me asombró la aparente irregularidad que existe en la nomenclatura de las unidades. La unidad de la masa (una de las siete magnitudes fundamentales) es el kilogramo, en contra de lo que podría parecer intuitivamente. Dos de de las otras magnitudes fundamentales, la intensidad eléctrica y la intensidad luminosa, se definen como la relación entre carga eléctrica por unidad de tiempo (amperio) y la relación entre la luminosidad y el ángulo sólido de la fuente (candela), respectivamente. Esto llama la atención porque uno pensaría la que carga (culombio) y luminosidad (lumen) son las magnitudes fundamentales, pero ocurre que ambas intensidades son más fáciles de medir.

Respecto a las magnitudes derivadas, cuando se estudia mecánica clásica, la parte más simple de la física, uno no se encuentra con unidades derivadas hasta que se las ve con el newton. Hasta entonces, se encuentra con metros partidos por segundo, metros partidos por segundo al cuadrado e incluso con kilogramos por metros partido por segundo. Sin embargo, cuando uno conoce la electrostática, puede encontrar que casi cualquier magnitud tiene su propia unidad bien definida.

Esto es el caso del Sistema Internacional de Unidades. Sin embargo, en ciertos campos específicos se usan unidades derivadas sin equivalente, como el nudo, unidad de velocidad.

Por supuesto, la unidad que se use no importa mientras se tenga claro con qué se trabaja y cuál es la correspondencia con otras unidades. El problema, para muchos, son los “dos sistemas” de convertir unas unidades a otras. El primero es la clásica regla de tres. Ya saben, si una caja de bombones contiene 20 unidades, ¿cuántos bombones hay en tres cajas?


El tablero intelectual, en pro del conocimiento y de la cultura.

Si quiero convertir 50 kilómetros por hora en metros por segundo, basta con hacer dos veces la anterior operación y dividir la expresión en metros entre aquella en segundos.



El segundo método es el llamado de factores de conversión. Este método propone que nuestra cifra inicial sea multiplicada por fracciones iguales a uno, que es como llamamos a una fracción cuyo denominador y numerador son equivalentes, pero expresados en diferentes unidades. Cogiendo el mismo ejemplo de antes, basta multiplicar kilómetros y horas por sus correspondientes fracciones iguales a uno.



Nótese que estos dos métodos no son sino uno: al final, uno se ve obligado a realizar las mismas operaciones. Sin embargo, la educación se encargó bien de hacer que los estudiantes los perciban como métodos diferentes, en el sentido de que creen conocer el primero y desconocer el segundo.

En esto, parte de la culpa la tienen los profesores que “obligaron” a sus alumnos a manejarse con los factores de conversión, “prohibiéndoles” la regla de tres. ¡Si es lo mismo, maldición! Personalmente, yo prefiero los factores de conversión porque ocupa menor espacio en el papel (yo me hice famoso en la facultad por hacer la parte de problemas de un examen de física en un solo folio y recibir un 10).

Es curioso observar que lo mismo ocurre con los tres métodos de resolución de ecuaciones de dos incógnitas: Igualación, sustitución y reducción. De un modo u otro, los tres son en cierto sentido equivalentes.



Obviamente, operar de un modo u otro depende del sistema en cuestión. Pero en todas las ecuaciones se reduce, se iguala y se sustituye. Y nadie te contesta con un “yo sólo sé usar el método de reducción”.

En mi opinión, esta ceguera matemática se debe muy en parte a la educación: se enseña el modo y se practica muchísimo, pero muchas veces se olvida la razón. Y esto ocurría en la facultad.

Kim Jong-Il era la deidad local de Corea del Norte, peor aún así era una maricona.

Sé que es cruel, pero es lo más adecuado.



Kim Jong-Il, segundo gran bastardo cuyo fin fue predicho por Trey Parker y Matt Stone antes de que ocurriera de verdad. Aunque Kohji Kumeta también se encargó de él (a partir de 9:00).

martes, diciembre 13

Santiago Segura y la médium.

Le comenté a Miguel Baquero que Anne Germain iba a aparecer en este pequeño blog, y aquí está después de haberlo confirmado. Finalmente, Telecinco va a atreverse a emitir el programa en que Santiago Segura fue entrevistado.

Antecedentes: por agosto se supo que Santiago Segura, escéptico, recibió una invitación para acudir frente a la nigromante más popular de España en el momento en que escribo esto. Dicha invitación suponía que el actor recibiría 12.000 € para ir al plató, oír lo que le contaba la charlatana y declarar después cuál era su opinión. Segura contestó que todo era una engañifa porque Anne Germain le decía vaguedades que podían entenderse de diversas maneras, además de cuestionar en todo momento a la espiritista.

Tal fue su actitud que a los directivos de la cadena no les gustó ni un pelo y no se han atrevido a emitir el programa hasta ahora, justo después del tirón de Santiago Segura en Antena 3. La pregunta es, ¿realmente fue la actitud escéptica de Santiago Segura la que impidió la emisión del programa? En cierta ocasión leí que Antonio Gala, al ser entrevistado, fue despedido rápidamente porque se mostraba nada convencido. ¿O es la falta de sentimentalismo? Al fin y al cabo, el único gancho del programa es ver a famosetes llorando por algún familiar querido. Bueno, también los ha habido que se han emocionado por familiares que apenas conocieron, como Kiko Rivera sintiendo “frío” cuando le aseguraron que Germain había contactado con el ectoplasma de su padre, Paquirri, muerto cuando él era un niño de pecho.

Como no nací ayer, soy consciente de que esto puede ser una estratagema para atraer a ese público al que tanto la fama como los espíritus no impresionan en absoluto. Nada hay más llamativo que el hecho de que un personaje conocido por ser algo gamberrete ponga a caldo a un reconocido sinvergüenza.

En fin, de todos modos dentro de 39 horas le echaré un vistazo.

jueves, diciembre 8

El oxímoron de la inmaculada concepción y la escritora graciosilla.

Podría quedarme callado en esta festividad religiosa, pero no he podido evitar recordar lo que una escritora, ganadora de un premio literario, comentó hace tiempo: Que estábamos ahogándonos en el racionalismo y el materialismo.

¡Ahogándonos en el racionalismo y el materialismo! En este país, donde los políticos pierden el culo por acontecer en un oficio religioso, donde nos hemos metido en una crisis de la hostia porque la gente no entendía que tres más cuatro son siete y no infinito, donde el programa de la médium de Telecinco tiene una audiencia que ya quisiera el Gran Hermano, donde la peña gasta una cantidad de dinero impresionante en la lotería; en este país, en resumen.

No tiene mucha gracia, ¡la verdad!

martes, diciembre 6

En el día de la Constitución...

Quiero citar a José María Blanco White respecto al pudor que muestran algunos ciertos políticos cuando se les sugiere modificar la Constitución.

Así es que el primer defecto que se presenta a mis ojos en la parte de la Constitución que va inserta en este número es el juramento que se exige de los nuevos diputados, de <>. Prescindamos, ahora, (aunque no se prescindirán de ello los enemigos de toda Constitución, si les llegare tiempo oportuno) de que las Cortes debían haber pedido la aprobación de sus comitentes antes de sancionar sus leyes constitutivas; o lo que sería mejor, debieran haber dejádola en fuerza, pero sin darle sanción perpetua; hasta que otras Cortes se las diesen, después de seis u ocho años de observada, logrando de este modo que la sanción realmente la sancionase con el conocimiento y deliberación que le habría proporcionado la experiencia… Pero el ansia de hacer perpetua la Constitución ha cegado a sus autores para que en sus cimientos hayan dejado partes en flaco, que desde ahora le amenazan ruina. El modo de evitarla es que cada cual contribuya a hacer ver estos defectos a las Cortes venideras, quienes, como soberanas, podrán ponerles remedio, si lo juzgan por conveniente; porque según el artículo 3. º de la Constitución, <>. Yo creo que no se querrá probar que tiene este derecho solo una vez en el discurso de los siglos. Si se hace creer a la nación española que su constitución presente es tan una e indivisible que no se le puede alterar ni un artículo; cuando se vea la imposibilidad de ejecutarlo, sus enemigos lo le persuadirán para que todos deben venir en tierra.

viernes, noviembre 25

Sobre la supeditación de la política a la economía.

En Terapia de choque, blog llevado por el neoprog Raúl S., un comentarista decía algo digno de mención:

Totalmente de acuerdo. Hace unos días hablaba con unos amigos (“autentica” izquierda) que me decían que el problema de la política es que estaba supeditada a la economía. Yo les decía lo contrario, que si estamos como estamos en este país es porque durante muchos años hemos hecho política de espaldas a la economía. Y claro, tarde o temprano esa manera de hacer las cosas termina explotándote en la cara…

Pues sí, de acuerdo. Sin embargo, me llama la atención el modo en que sus amigos lo expresan. ¿La política se supedita a la economía? ¿Qué es “supeditar”? Atendiendo a la RAE:

supeditar.
(Del lat. suppeditāre).
1. tr. Sujetar, oprimir con rigor o violencia.
2. tr. Dominar, sojuzgar, avasallar.
3. tr. Subordinar algo a otra cosa.
4. tr. Condicionar algo al cumplimiento de otra cosa.


Yo creo que no es así. Más bien creo que la política, como cualquier área humana con decisiones importantes, necesita del apoyo de otras áreas. La medicina necesita el apoyo de la física y la química, la arquitectura de la física y el arte, la psicología de la neurología y la sociología, y así con cualquier especialidad.

Sin embargo, el comentario me escama, porque me recuerda a otros dos. El primero es un comentario de la red, el segundo, una anécdota histórica presentada en este blog.

(...) Un ejemplo de ellos se ve en las tecnologías modernas de la comunicación que han vuelto obsoletas figuras jurídicas absurdas y tramposas como la propiedad intelectual y los derechos de autor, en la práctica los derechos de autor (que por cierto sólo en raros casos beneficiaban realmente al autor) ya no existen porque gracias a las tecnologías modernas son una propiedad que no puede defenderse. (...) ¿Qué pasaría si esta facilidad de reproducción pudiera trasladarse a otro tipo de bienes, los alimentos por ejemplo? Pues pasaría que las tecnologías modernas acabarían con la propiedad privada e implantarían un socialismo de facto. (...)

De aquí se sigue que los Materialistas, no sólo son unos ciegos desertores de la buena Filosofía, mas también unos detestables enemigos del género humano; por consiguiente merecedores de que no sólo toda nuestra especie conspire a aborrecer tan infernal secta, mas también a exterminarla. Si con razón dijo Plinio, que el mayor número de males que padece el hombre, proviene de la iniquidad de los individuos de su especie: Homini ex homine plurima sunt mala (Prólogo lib. 7); ¿qué será, si librándolos del miedo del castigo, se suelta a su libertad la rienda para todo género de delitos? Lo peor es, que no sólo subscriben los Materialistas a esta licencia universal con el motivo de la impunidad, mas algunos de la secta pretenden autorizarla con la razón. El famoso Materialista Inglés Thomas Hobbes, estatuía la regla de que la naturaleza entre los hombres no exigía unión, o sociedad, sino discordia; y conformes a esta buena Filosofía natural, eran su Filosofía Moral, y Jurisprudencia, pues por la primera constituía último fin del hombre su amor, o comodidad propia; y por la segunda no conocía otro derecho en unos hombres, respecto de otros, que el que da la superioridad de la fuerza: de modo, que el más valiente, o más hábil puede, sin ofender la razón, hacerse propios cualesquiera bienes ajenos, y aun tiranizar a todo el mundo, si de tanto son capaces su fuerza, o su industria. ¡A tales extremidades conduce la bella doctrina de los Filósofos Materialistas!

¿No les parecen muy en línea con el comentario anterior? El comentarista protesta porque los científicos no han acabado de crear un “socialismo de facto”. El segundo, por otro lado, da a entender que los materialistas son poco menos que demonios ávidos de poder. Los tres comentarios parecen lamentar, en el fondo, que nada se supedite a lo que ellos consideran perfecto: los dos primeros, ideologías políticas, el tercero, una religión.

Todos tienen en común que creen que los demás tipos de conocimiento están para servir a otro considerado superior, pero cuando aquellos revelan la imposibilidad de lo que quieren, entonces se enfadan y acusan a los demás de esclavizarlos. Por este tipo de razonamiento, va el mundo así.

jueves, noviembre 17

En el pueblo…

En el Pueblo de los Arándanos, sus habitantes se han dedicado desde tiempos inmemoriales a la producción del jugo de arándanos. Los bosques de la comarca abastecían a los hacendosos vecinos lo suficiente para permitirse una vida, en el peor de los casos, frugal. Un día, el Pueblo de los Arándanos se unió a otros pueblos para formar la Unión Pueblerina, una organización superior formada por otros tantos pueblos dedicados a la producción de zumos y jugos.

Los pueblos más boyantes querían que todos sus nuevos socios estuvieran a la altura, así que les enviaron parte de su producción para que pudieran alcanzarlos. Uno de los pueblerinos, perteneciente a un grupo cuyo emblema era una urraca coja, fue elegido responsable principal en el asunto de distribuir los donativos de los socios de la Unión Pueblerina para mejorar la economía local. Este dedicó los años que estuvo en el poder a financiar la construcción de barracas, que varios habitantes del pueblo decidieron adquirir. Como cada vez más gente pedía más barracas, más fondos se destinaban para estas. La gente empezó a darse cuenta de que se podía comprar una barraca y venderse por un precio mayor, y se dedicaron a ello con más ganas con las que se dedicaban a producir jugo de arándanos. En apariencia, parecía que todo iba de maravillas en el Pueblo de los Arándanos, así que aquellos que no compraban barracas compraban carros aunque el que ya tenían aún funcionara. Algunos advertían que aquello era pura pompa de jabón, como lo llamaron, y que el día que reventase todo el Pueblo iría a tomar por viento.

Mientras el Pueblo de los Arándanos seguía en esto, ocurrió que cambiaron de dirigente. El nuevo dirigente era perteneciente al grupo cuyo emblema era un cardo borriquero metido en un sobaco. En el asunto de los fondos dados por la Unión Pueblerina, el dirigente hizo poco para cambiar la situación creada por su predecesor. La verdad es que sus habitantes poco le pidieron al respecto. Aprovechaban su tiempo libre para acusarse. Unos, partidarios del grupo de la urraca coja, aseguraban que la victoria del grupo del cardo borriquero metido en el sobaco era debida a una conspiración, consistente en que el ataque de unos bandidos que provocó ciertas víctimas fue orquestado por ellos, y de mezclar peras con manzanas, tabú para estos individuos. Otros, partidarios del grupo del cardo borriquero metido en un sobaco, se dedicaban a reírse de los argumentos del grupo de la urraca coja, pero no se preocupaban de mucho más, como que dos más dos son cuatro y no cinco, ni seis, ni siete, ni infinito. Los últimos eran aquellos que advertían que aquel cachondeíto no podía seguir o aquellos demasiado pobres como para seguir estos juegos.

Mientras todo seguía igual, la Unión Pueblerina empezó a darse cuenta de que aquel asunto era una engañifa, y que varios de los pueblos constituyentes actuaban como el Pueblo de los Arándanos. Como además seguían admetiendo miembros nuevos que eran más pobres que los socios de entonces, tuvieron que pedirles cuentas a aquellos pueblos que habían sido ayudados en algún momento. Cuando fueron a pedirle las cuentas al Pueblo de los Arándanos, este hizo todo lo que le mandaron para que pagara su parte.

Esto hizo que parte de los habitantes del Pueblo de los Arándanos se quedara sin ocupación. Las barracas, para colmo, llegaron al límite de la pompa, que estalló. Algunos empezaron a protestar, pero el dirigente llegó a afirmar que allí no pasaba nada, y pasó el tiempo con la situación agravándose. Llegados a un punto, surgió de repente un grupo de jóvenes a los que llamaron los Mosqueaos, porque poco antes había aparecido un libro llamado ¡Mosqueaos! ¡Coño ya!, aunque lo cierto es que no era necesario irritar aún más a la gente, precisamente.

Los Mosqueaos tomaron parte en varias protestas, a lo que el dirigente del grupo de cardo borriquero metido en un sobaco respondió que habría elecciones en la efemérides, mire usted por dónde, de la muerte del antiguo cacique del Pueblo de los Arándanos, cuyos sucesores solían ser identificados con el grupo de la urraca coja, según ciertos enterados de los sucesos del pueblo.

Y al final, los habitantes del Pueblo de los Arándanos no sabían qué era lo mejor: más cardos borriqueros, o de nuevo urracas cojas. Porque las demás opciones no los convencían.

viernes, noviembre 11

Hora joven.



Eso reza el cartel. Aunque sé de muchos adultos que necesitan varias lecciones de sexualidad.

jueves, noviembre 3

¡Esto va contigo!

Sí, tú! ¡No mires a otro lado! Piensa que estás siendo señalado en medio de todo el mundo. ¡No volverás a hacerlo!



…Y si nunca lo has hecho, ¡no lo hagas!

viernes, octubre 28

One Piece, espejo y tesoro del anarcocapitalismo.

Por Liberto de Dios

Mientras mi hijo contemplaba la oferta televisiva de Boing (propiedad de TeleCinco, compañía privada), siempre más óptima que la de Clan, vi una extraña serie. Esta serie se llamaba ONE PIECE (no la escribo con mayúsculas porque sea gilipollas, sino porque en la propia serie pronuncian el título como si gritaran), y me sentí asombrado cuando oí el siguiente diálogo (no es exacto, pero el sentido se conserva):

-¡Alto ahí!-esto lo grita un sujeto con aspecto de delincuente peligroso, digo de funcionario-Para desembarcar en NUESTRA COSTA, se debe pagar un IMPUESTO.
-¿Ein? ¿Qué es un impuesto?-pregunta un chaval que parecía ya vestido para pasar el día tranquilamente en la playa.
-Pues es UN DINERO QUE HAS DE PAGAR, QUIERAS O NO-le contesta una chavala pelirroja.

¡Qué sorpresa me llevé! Nunca, pensé emocionado, había oído en una obra una denuncia más clara del carácter básicamente depredador del estado. ¡Y pensar que eran dibujos animados! Entonces, decidí consultar con mi socio esporádico no beneficiario (en palabras vulgares, amigo) Ozanúnest, propietario de este blog (un medio, como TeleCinco, privado, aunque esté publicado en un servicio gratuito). Desde que lo conocí, sé que Oza (para abreviar, ¡porque vaya pseudónimo, hijo mío en un sentido no legal!) ha sentido bastante debilidad por los dibujos animados, y además sé que tiene cierto conocimiento tangencial de otros sectores artísticos infrarrepresentados por las agencias de información parcialmente parasitadas y parasitarias de los cómplices del holocausto ministerial.

Como Oza siempre sugiere cuando queda con alguien, fuimos a un bar famoso por sus tapas de jamón. Después de sentarse en la mesa, cruzar las piernas sobre la misma y apoyar el codo izquierdo sobre el muslo del mismo lado, Oza se quedó mirándome con interés, y habló así:

-Bueno, decías que querías información que sólo yo puedo darte. Te advierto que ya no me dedico a las apuestas de gamusinos, que es un negocio muy sufrido.
Le expliqué brevemente el tema, y su rostro se iluminó por la sorpresa y la conmoción.
-¡Coño, eso va a ser One Piece! Esa escena, uno que va con un sombrero de paja, una tía pelirroja… Créeme, es lo más fácil que me han preguntado en la vida, excepto lo que aquel afeminado me preguntó en aquel pub. ¡Joder, qué pedo llevaba el muy cabrón!-se ríe, y echa un buen trago a mi salud, pues pago.

Yo le expliqué que tenía ganas de conocer todos los detalles de la historia. Ahí dejó de reírse y me miró muy serio.

-Pues empiezo ya, porque son cincuenta tomos y aún queda la mitad, ¡manda huevos la cosa! Bueno, empiezo por el origen.

Como resulta que es realmente muy largo, sólo comentaré que One Piece se basa en el tebeo (o el manga si, como dice Oza, “eres así de otaku”) de Eiichirō Oda, publicado en la revista Shōnen Jump desde el 4 de agosto de 1997. Dentro del justo sistema de libre competencia japonés, basado en que si los lectores votan poco por tu serie, te vas a la calle. Oda no sólo consiguió el éxito, sino una adaptación animada, lo que es costumbre en ese territorio fuertemente empresarial si tienes mucho éxito. A partir de ahí, continuó ascendiendo. Según Oza, este dibujante gana la respetable cantidad de veinte millones de euros, dos terceras partes por derechos de autor (tebeo, serie, juegos…) y una tercera por derechos sobre los personajes (figuritas, etc). ¡Qué modelo a seguir!

¿En qué se basa este triunfo? ¡En los valores agoristas! Estos son representados por el protagonista, Monkey D. Luffy. Este chico, según Oza, forma parte del tipo de personaje llamado "plástico", un poder consistente en ser elástico. Estos personajes fascinan al público porque pueden adoptar cualquier forma y saltar cualquier barrera.

-¡Incluyendo las barreras fiscales!-exclamé.
-¡En efecto, en efecto!-dijo Oza, acabando con otro plato de jamón, alternando magistralmente la ingesta de alimento con la narración de las gestas de este joven. ¡Ah, lengua, máxima expresión de sabiduría popular!



Luffy, evadiendo al fisco.

Luffy no nació con este poder, me advierte Oza. Se volvió elástico cuando conoció al que sería su ídolo, el pirata Shanks, hecho que lo inspiraría para llegar a ser el Rey de los Piratas.

-¡Ah!-exclamé nervioso-¿Pero es un pirata?-esto podía ser contrario a la doctrina de la no agresión.

Pero Oza me tranquilizó. Aunque Luffy y sus amigos sean piratas, en realidad sólo se han dedicado a navegar por el mar en un barco, regalo del amigo de uno de sus tripulantes que ahora pertenece a toda la tripulación. La violencia siempre viene por parte de otros.

-¿De otros piratas?
-Y de la marina de ese mundo de fantasía, que también se las trae.

¡Ahí ya me siento emocionado! Empieza a explicarme que, hasta donde se sepa, ninguno de los piratas considerados buenos ha usado la expoliación de otros, a no ser que estos otros hayan aceptado esto como la libre competencia. Sin embargo, los malos piratas y el gobierno, prácticamente por sistema, usan la agresión y expolian al primero que pasa.

Así, Luffy es el empresario puro: ese que, por querer ser libre y buscarse la vida por su propia cuenta, acaba siendo perseguido por el totalitarismo. Su pureza se ilustra en el hecho fundamental de que no sabe qué es un impuesto. ¡Envidiable inocencia!

El resto de la banda de Luffy también se caracteriza por la ambición: todos tienen algún sueño personal que varias circunstancias, siempre opresoras, siempre obstaculizan. Eso ocurre hasta que Luffy llega y castiga al opresor, proponiendo siempre al nuevo miembro unirse a él bajo un contrato verbal no formalizado. ¿Hay alguna otra forma más pura de agorismo?

Un ejemplo de cómo se ilustran correctamente los principios austríacos es el siguiente: resulta que la chica pelirroja, Nami, había pertenecido anteriormente a otra banda de piratas. Pero resulta que estos otros piratas expoliaban cruelmente su pueblo, con el silencio cómplice de la siniestra garra estatal de ese mundo, cuyo funcionario local cobraba un soborno. ¡Ah, Babilonia, la más vieja de las meretrices, que corrompes a otros en tus artes!



El jefe de la susodicha banda es una especie de pescadilla mutante, lo que nos recuerda inevitablemente al nefasto Leviatán, de Thomas Hobbes. El estado, tomándola con una pobre chiquilla.

El caso es que la chica entró a formar parte de la banda obligatoriamente, sin que sus derechos en tanto que humana naturalmente nacida fueran respetados. Pero tan pronto como el protagonista la vio, le propuso ser de su banda. La muchachuela se lo tomó a broma, pero luego se sintió ilusionada… hasta que recordó sus cadenas.



¡Y qué bien nacida!

Cuando Luffy oye la historia, su honor como empresario que viaja libremente por el mar sin pagar impuestos se siente ofendido ante el atropello de los derechos más fundamentales de esta joven trabajadora, que simplemente ambiciona hacer un mapa de todo el mundo (al parecer, esta hazaña sigue pendiente en este singular cosmos). Por supuesto, los rufianes que esclavizan a esta chica explotan su talento sin remunerarla como es debido. Finalmente, en un momento muy épico, Luffy acaba con el Leviatán y le grita a Nami “que tú te vienes conmigo”. La chica, con un simple asentimiento, acepta.

Esto demuestra la necedad de quienes dicen que, de no intervenir el estado en esta clase de conflictos, la muchacha pelirroja habría acabado en manos del más fuerte como un vulgar saco de patatas. De hecho, esta acción tan libertaria es el comienzo para Luffy de la persecución gubernamental. ¡Ah, la libertad!

Curiosamente, esta ética también es llevada a cabo en el sentido contrario: si bien Luffy y sus socios en la navegación libertaria rompen cadenas allá por donde pasan, también a veces parecen optar por lo contrario. Resulta que Shanks, el ídolo de Luffy, dejó que un energúmeno lo apaleara en una taberna (libertaria, pues no siguen los dictámenes gubernamentales de no relacionarse con piratas). Luffy lo puso de tonto y de cosas peores, pero el golpeado simplemente se rió. Más adelante, cuando este mismo energúmeno amenaza a Luffy, aún un chiquillo indefenso, el tal Shanks apalea al tipejo y a su cohorte de mamarrachos. El episodio impresionó tanto a Luffy, que él mismo se deja apalear más adelante. ¿Por qué hace tal? Muy fácil: por la libertad. Tanto Shanks como Luffy rechazaron el uso de la violencia porque en tales momentos no les apetecía, simplemente. ¿Acaso puede parecer contradictorio? No, porque ambos están dotados de resistencia sobrehumana y dos o tres mobiliarios destrozados contra sus cuerpos es poca cosa. Se pueden permitir ese lujo. Lo que jamás podrá permitirse es el lujo de romper sus espíritus.



Esto también ridiculiza a quienes dicen que la ausencia de policía nos llevaría al oeste, ¡ja! ¡Nos llevará a la filosofía de la otra mejilla, la filosofía de la libertad!

Pero donde se expone con grandes letras la competencia libre es en un número de episodios, que según Oza se llaman colectivamente como el arco de la banda Baroque. En este, los Sombrero de paja® ayudan a una princesa, llamada Nefertari Vivi, a recuperar su reino, un desierto llamado Alabasta. ¿Contradictorio con el espíritu de la serie? ¡En absoluto! Resulta que la princesa se metió en la mencionada banda cuando descubrió que son los responsables de una malvada conspiración que se cebó con el buen nombre de su padre. Ella entendió que esto iba en contra del principio de agresión y en vez de pedir ayuda al corrupto gobierno mundial, decidió luchar en el mismo terreno para recuperar su reino. ¿Qué diferencia a esto de la heredera de una empresa que lucha por mantenerla a flote? ¡Nada!



¡Ya podría aprender muchos aspirantes a coronas europeas!

Además, los Sombreros de paja® la ayudan a cambio de un intercambio económico, ¡faltaría más! Por si fuera poco, hay otro buen motivo para ayudar a esta princesa: el líder de la banda es un corsario, esto es, un pirata que trabaja a sueldo del corrupto gobierno para combatir a otros piratas, a cambio de entregar un cierto porcentaje de sus beneficios. “¡Un traidor entre nosotros!”, piensa Luffy, airado, y decide acabar con ese tipejo.



¡Esquirol!

Durante el largo periplo de la princesa, esta acaba llegando a un reino donde la seguridad social llegó a ser autoritaria hasta el punto de que el rey de aquellas tierras acabó por quedarse a todos los médicos para su uso personal, prohibiendo terminantemente que cualquier otro galeno trabajara por libre. La primera de las agoristas se escandaliza terriblemente ante este crimen criptosocialista. No obstante, llegada a su reino, la misma joven se entera de que el “bendido” (o “vandido”) de su rival se hace el héroe y rebela a las masas contra su padre. De pronto, la acomete el sincero deseo de evitar que la gente muera manipulada y decide intentar detener a los rebeldes, cosa que mosquea tanto a Luffy que ambos se enfrentan físicamente. Ante la pregunta de ella de si es malo no querer que muera la gente, él le responde firmemente que la muerte es parte de la vida. Ella descarga su rabia contra él, y cuando se tranquiliza, él simplemente le dice que ella debe hacer lo que pueda por recuperar lo suyo, que para eso ya la ayudará, pero que no servirá de nada detener a los rebeldes. ¡Pues claro que no! Ella llora cuando se da cuenta de la revelación. Se puede ser humanitaria, pero se empieza salvando a los demás sin su aprobación y se acaba expoliando la medicina. Tanto derecho tienen los rebeldes como ella de hacerse con el control de Alabasta, S.C.U.



¡La tierra para el que la trabaja!

Al final, cuando Vivi recupera la empresa familiar, Luffy le ofrece un puesto en la banda, pero ella declina cortésmente porque prefiere seguir con la tradición familiar. Ya se sabe que las mujeres son menos arriesgadas para los negocios y para cualquier cosa en la vida. Ni que decir tiene que el perverso estado mundial se adjudica el mérito de la captura del corsario y decide aumentar la recompensa por Luffy y sus socios por pura y dura envidia, ¡con dos narices!

En resumen, si es usted un campeón de la libertad, eduque a sus hijos con esta serie. Al menos, le saldrá más barato que a mí. Muchas gracias a Ozanúnest por dejarme usar el blog.

P.D de Ozanúnest: No hay de qué, majo. Para la próxima, me apetece irme de cañas.

jueves, octubre 13

Más sinsentidos editoriales.

Más desastres encontrados en libros.

Farenheit 451, de Minotauro: Incluyen relatos no relacionados con la novela, pero sin estar mencionados en la portada. En el índice se puede ver que el posfacio de Farenheit está delante esos dos relatos, pero como uno de ellos se llama Y la salamandra gritó, uno se ve tentado a pensar que es un relato posterior de Bradbury situado en el mismo mundo.

Drácula, de Mondadori: Llego al final. Veo que han incluido un pasaje perteneciente a la edición original de la novela, eliminado en revisiones posteriores. Pero en ningún lado aparece la nota que constituye el final de la misma. ¡Tiene narices que la nombren en el prólogo pero no aparezca después!

Conjura de los necios, de Anagrama: Erratas de género, puntuación caótica y hasta algunas faltas de ortografía.

Rojo y negro, de Alianza. A ver, en esto me gustaría que los duchos en uso de la lengua y redacción, que afortunadamente conozco a muchos, me lo aclararan. Cuando yo era pequeño, “negar” significaba “decir que algo no es verdad”. Así, la oración “Paco negó que Juan hubiese estado en la fiesta”, significa que el tal Paco afirmó que el tal Juan no estuvo en una fiesta. Si Juan estuvo o no ya sería otra discusión.

Hace algunos años, me asombró ver que algunas personas, sin embargo, parecían desconocer que el verbo “negar” tiene ese significado negativo, y frases como la anterior la escribían como “Paco negó que Juan NO hubiese estado en la fiesta”. Yo lo consideré no tener ni idea de gramática. Sin embargo, gracias a algunos traductores mucho me temo que voy a dejar de tener la razón (¡Mierda!). Concretamente, en esta novela me he encontrado:

(…) No negaremos que la señora de Rênal, que tenía una piel magnífica, no se hiciera arreglar sus vestidos (…)

Triple negación, ¡qué gracioso!

Apocalipsis maya, de Plaza & Janés. Intentad leer el texto de contraportada sin soltar una carcajada.

Los mayas profetizaron el fin del mundo para 2012, pero ¿qué forma adoptará el Apocalipsis? ¿Existe algún ser humano capaz de evitar este fatal desenlace? La tercera entrega de la exitosa serie iniciada con El testamento maya.
El tercer libro de la impactante trilogía maya de Steve Alten.

Según las predicciones del calendario maya, el 21 de diciembre de 2012 marca el final de nuestro mundo y de la humanidad. La violencia, la corrupción, el colapso económico y la codicia nos empujan implacablemente hacia nuestra propia autodestrucción.

En esta novela descubrimos que Immanuel Gabriel, uno de los hermanos gemelos, es el salvador mencionado en el libro sagrado de los mayas, el único que tendrá la oportunidad de cambiar este destino. Averiguará los secretos que descifró su abuelo y en sus manos quedará nuestro futuro... o nuestro fin. La tierra ha sufrido ya cuatro de los cinco ciclos que aparecen en las escrituras. El primero acabó con un terremoto, el segundo con el viento, el tercero con el fuego y el cuarto con el agua. Y ahora solamente nos queda el quinto y último, cuyo fin llegará con la colisión del átomo, provocada por un grupo de físicos que trabaja para recrear el Big Bang, pero el resultado podría ser la destrucción en vez de la creación del universo.

El reloj que indica el fin del mundo no ha cesado de avanzar ni un solo instante desde el principio de la existencia.

Una novela audaz, una gran aventura mitológica y científica que cambiará la visión del mundo de muchos lectores.


Seleucus, hace tiempo, decidió filmar un vídeo de una lectura en vivo de una página de la primera parte. Los resultados fueron muy divertidos, pero le valió varios ataque de trolls sin ningún criterio artístico, que llegaron a acusarlo de que para él lo mejor era la literatura infantil. Se conoce que lo que determinan el valor de una obra es su público principal y no los méritos de la misma. Y la verdad es que no me extraña que le acabaran atacando: la saga ha llegado a la tercera parte.

Y esto que voy a decir a continuación va a asombrar a algunos: creo que Dan Brown no es tan malo. Sí, cierto, todas las críticas de las novelas de este señor dan a entender que ubica a sus personajes sólo en espacios oscuros para no tener que describir los últimos, que siempre usa los mismos trucos e incluso que ha dado cuestionables aportaciones como el narrador inconsciente. Pero jamás se le ha ocurrido continuar ninguna de sus novelas, lo que, comparado con el resultado de Alten, me hace juzgarlo bajo una luz más positiva.

¡Espero no volver con más sinsentidos editoriales!

miércoles, octubre 12

La Hispanidad en la blogosfera.

El Día de la Hispanidad es una oportunidad para reflexionar acerca del avance de la cultura en español, sea en el medio que sea. El número de blogs en español hasta el momento puede estimarse cercano a 5.208.863, a partir de estos dos datos:

El número total de blogs es 173.628.779.

El porcentaje de blogs en español es un 3%.

Ahora, comparemos estos datos con el número de internautas de países hispanoparlantes, 165.527.014. El porcentaje es de 3,15%. Asimismo, comparémoslo con el de hispanoparlantes, 440.000.000. El porcentaje es de 7,15•10-9%.

Por último, comparemos todas esas cifras con las correspondientes a los nativos en inglés:



Lo que sugiere que los blogs son seis veces más populares en el mundo anglosajón que en el hispano. Cómo calcular el posible efecto ya se escapa un poco del análisis en sí (una manera podría ser considerar la media de visitas y/o los comentarios), pero está claro que es mucho más probable que sea mayor en el mundo anglosajón.

Sin embargo, esto no ha sido un obstáculo para que varios blogs sean tan conocidos y solicitados que sus autores han publicado libros de los mismos, como La pizarra de Yuri o A esto llevan los excesos. Quizás sea interesante repetir este estudio el año que viene e incluir más datos. Ya se verá.

martes, octubre 11

Yo te rasco la espalda…

He descubierto este webcómic, en el cual encuentro esta tira.


Puede causar problemas en la conciencia de algunos, supongo. Tal como lo presenta en la historia, Bob es ya un lerdo porque cree sinceramente que sus antepasados no han ganado nada que haya supuesto un perjuicio para otros, intencionado o no. Personalmente, tanto el nombre de la tira (Denial Is So White) como la exposición no me parecen suficientes para denunciar el favoritismo.

Nótese que no digo racismo, pues aunque es un problema grave, la falta de ecuanimidad es más variada que el racismo. Yo lo sé porque en mi propio colegio, un centro religioso concertado, muchos padres les hacían la pelota a los profesores, y sus hijos, que sacaban muy buenas notas, dieron un bajón espectacular cuando siguieron estudiando en institutos públicos. También los había que castigaban a algunos alumnos por razones nimias. Algunos profesores eran bastante refractarios a los piropos, pero eran la excepción.

Ya en el instituto, fui parte de un tribunal encargado de decidir quién había sido el mejor lector de la clase (como se puede ver, hay clases para todo). Resultó que el premio me tocaba a mí (en serio, de veras), pero mis compañeros de tribunal, antiguos condiscípulos míos, quisieron repartirse el triste galardón (300 pesetas), pero no accedí a su avaricia. Al final hubo disputas, abstenciones y un digno ganador que no era el mejor. Ese chaval no supo hasta después que fue beneficiado por una discriminación por una discriminación.

Estos son casos en que los beneficiados son conscientes del favor o que acabaron sabiéndolo. No obstante, muchas veces, una persona puede ganar por el daño hecho intencionadamente a otro y no saberlo jamás (especialmente, cuando no se conoce a ese otro). Sin embargo, mi experiencia me dice que la mayoría de la gente, sea cual sea su caso, jamás se cuestiona si alguna vez le fue bien no por sus méritos, sino gracias a un trato de desfavor para un tercero.

Tal como yo lo veo, esta tira podría haberse hecho con cualquiera de los casos anteriores o con otros semejantes. Negar haber recibido un trato de favor no es propio de blancos, sino de muchos. A pocos les gusta pensar que les han dado todo hecho en la vida.

*Efectivamente, nunca voy a las reuniones de antiguos alumnos, pero por otros motivos, tales como que no soy muy nostálgico.

lunes, octubre 10

Manifiesto contra la Lectura y contra el Cine.

¿En serio? ¿Es posible que publicite estos fanzines en mi blog? Pues sí, pero su lectura puede resultar interesante. Que no su Lectura.

viernes, septiembre 30

Cómic italiano.

Y quiero terminar esta serie de artículos a la cual ha dado ocasión el manga del Papa para hablar de un asunto polémico: el manga español.

-¿Manga español? ¿¿Manga español?? ¡Ven aquí, pequeño bast…!

¡Tranquilos! Sólo quiero discutir su existencia. Como se vio en la primera parte, mucha gente está empeñada en llamar a esos libros que cuentan historias a través de viñetas con varios nombres, en vez de conformarse con uno. Los otakus son uno de estos grupos. Un otaku viene a ser un friqui, pero que sólo se fija en lo japonés. Bueno, en lo que ellos consideran lo japonés: manganime.

-¡Perdona, pero eso es un tópico! En los salones del manga puedes encontrar talleres de shōgi, origami, caligrafía japonesa…

¡Vale, muy bien! Indiscutible. Sí, me parece bien. El caso es que se aplica la siguiente nomenclatura:

• Se lee hacia la izquierda, manga.
• Se lee hacia la derecha, cómic/tebeo/novela gráfica/…

Bueno, en realidad no, porque también hay una discusión relacionada con la estética. Hay quien dice que si una cosa con viñetas sigue los cánones del manga, el producto debería llamarse manga en vez de cómic, aunque se dibuje en la Resolana.

Y claro, la gente no se pone de acuerdo. ¡Cualquier logra aclarar algo! Como comentaba en el primer artículo, ¿que la narrativa de The Authority se acerque al manga lo hace definible como tal o no? ¿Dónde está la frontera?

¿Y qué se entiende por estilo manga? Habrá quien diga que cuando hay ojos grandes, pero es que eso también ocurre en Casper, en Betty Boop y en las películas de Disney. Además, dentro del estilo japonés hay un gradiente de detalle desde Shin-Chan hasta gente como Takehiko Inoue. Por lo general, cuanto más realista es una historia, tanto más probable es seguir una anatomía realista. Por supuesto, esto suele importarles un carajo a los practicantes del animu que mencioné en mi primer artículo, y te dibujan a Montag, el protagonista de Farenheit 451, como un chavalillo mono, a pesar de que, por la descripción dada en el libro, no es tan joven ni puede ser mono después de tantas quemaduras durante su faena diaria. En cierto sentido, esta gente piensa como Dan Brown: si para el escritor un buen personaje es alguien apuesto, para los del animu un buen personaje es necesariamente mono.

En realidad, no es la primera vez que se copia lo extranjero, pero sí que haya un debate respecto al nombre. El príncipe Valiente inspiró El capitán Trueno. Franquin marcó el camino de muchos dibujantes españoles, y nadie reclama que los tebeos de los seguidores sean llamados BD. Más que nada, porque a alguno le daría un ataque de ictericia como mínimo.

Pero en ADLO! llegué a leer cómo Hernán Migoya lo explica mejor en un artículo acerca de los fumetti (tebeos italianos):

Sólo la cultura italiana ha sido capaz durante el siglo XX de lanzarse al cultivo de su propia interpretación de la cultura estadounidense, proveniente y saqueadora a su vez, como muchos sabéis, de todas las demás mitologías. Mientras tanto, los españoles, mucho más tímidos y con un mayor sentido del ridículo y la hipocresía, nos hemos refugiado en la parodia de dicha mitología de raíz anglosajona, empresa donde el que tira el dardo siempre se queda a resguardo.

Y es verdad. Por supuesto, hay obras no paródicas, pero es posible afirmar que el cómic español, como el italiano, se basa en la interpretación propia de la mitología más popular de su momento. Tal como lo veo yo, el “manga español” sigue la tendencia observada desde siempre en España. Siguen siendo tebeos.

* O como dirían ellos, “kawaii”.

jueves, septiembre 29

Inversión.

Continuamos con la discusión de ayer, a la cual precederá una introducción. En términos generales, es cierto que hay una generación que está más familiarizada con Gokuh que con Superman. La llegada de las series japonesas a la parrilla televisiva de los ochenta y noventa familiarizó al público con el estilo nipón.

Sí, algún purista puede decirme con toda razón que antes de esa fecha estaban Heidi, Marco y Mazinger Z, y más. Pero la invasión fue entonces. Con el tiempo, las editoriales empezaron a publicar los originales en que se basaban algunas de esas series.

Ya pueden empezar a soltar lagrimitas por aquellos tiempos en que se hacían sus primeras gayolas.

Aquellas ediciones solían ser cómic-books. Pronto quedó comprobado que la lentitud de los mangas hacia un tanto inepto este formato y que lo más apropiado eran los tomos. Bueno, no en el quiosco (¡Por entonces yo aún compraba en quiosco!). Las editoriales necesitaron cierto tiempo para ser convencidas.

Con el tiempo, se probó con tomos de 96 páginas. Finalmente, llegó el día en que se probó con los tankōbon. Este es el formato corriente de publicación en Japón: un tomo de 22 cm x 15 cm y alrededor de 200 páginas. Cuando se vio su éxito, otros formatos menos usuales, reservados para obras muy exitosas acabaron por aparecer.

Pero no de cualquier manera. Además, se respetó el sentido de lectura oriental. Es decir, los mangas se publican al revés. A lo mejor, estimado lector, no sabías esto. Mi hermana tuvo que enseñarle uno de los míos, editado en recio castellano, a una amiga suya para convencerla.
¡Y no sólo eso! Además, ¡¡se dejan las onomatopeyas en japonés!! Esta es buenísima. Se practicó casi a la par que la solución anterior.

¿Te preguntas, lector, por qué? Pues hay buenas causas tras esta decisión. La primera y fundamental, ¿sabes cuánto cuesta adaptar las onomatopeyas? Un poco, porque en Japón la rotulación y el dibujo no van aparte, como sí ocurre en América. Segundo, ¿te das cuenta de que adaptar las viñetas al sentido de lectura occidental hace que el dibujo se invierta? Es decir, todo el mundo tiene dextrocardia, es zurdo… ¿Que si yo me fijo en todas esas cosas? Pues excepto un momento de la edición de Dragon Ball en que Gokuh se agarraba el lado derecho del corazón, jamás me he fijado.

Pero es mejor ser objetivos, y citar todo lo que ocurre cuando el dibujo es alterado.

• Todos los elementos asimétricos son alterados. Hay dos tipos:
•• Hechos anatómicos improbables, tales como que todo el mundo tenga el apéndice a la izquierda.
•• Los sistemas de escritura, señales de tráfico y demás lenguaje simbólico queda igualmente alterado.
• Las traducciones tienen una mayor probabilidad de error, pues desde el original japonés lo izquierdo y lo derecho intercambian sus lugares.

Eso sí, si decides publicar en el sistema oriental, tienes que:

• Leer hacia el lado inusual (¡Al principio cuesta!).
• Hay mayor probabilidad de que las onomatopeyas no sean traducidas.

Ni que decir tiene que todo depende del grado de japonés práctico que se conozca. Si no conoces la escritura, como que te dará lo mismo que esta se invierta o no en la adaptación. En el caso de que se invierta algún texto en alfabeto latino no debería ser difícil leerlos al revés o son detalles irrelevantes (anuncios, controles de un electrodoméstico, etc). Si se conoce un grado respetable, es probable que sí se prefiera leer al revés. Claro que, entonces, también podemos pensar que podría leerlo en japonés y prescindir de traducciones.

El origen de esta decisión es extraño. Se llegó a rumorear que todo nació del capricho de Shinji Makari, quien se habría negado a aceptar la publicación de su obra Yugo en sentido occidental. No obstante, la verdad es que, en lo que es España, el primer tebeo publicado hacia allá fue City Hunter de Tsukasa Hōjō por empecinamiento de su autor. La Wikipedia sólo comenta que los japoneses se opusieron a esta alteración de su trabajo, pero tampoco ofrece una cronología ni nada de eso.

No obstante, los fans casi han impuesto que lo normal es publicar los mangas en sentido oriental. Hasta les ha dado por dibujar sus propios tebeos así de entrada.

A mí, personalmente, ya me da igual porque estoy acostumbrado a ambos sentidos. Eso sí, es remarcable señalar que algunos jóvenes sólo leen tebeos cuya portada está donde los libros tienen la contraportada.

Sobre el tema del principio, pues ya entenderán: si el tebeo se lee a la izquierda, ¡es manga! Si no, pues será lo que toque según la nomenclatura. Mañana, de todos modos, quiero dar mi opinión particular.

miércoles, septiembre 28

El éxito mundial del manganime.

Sé que hace ya mes y medio de todo este lío, pero entre los preparativos de la venida del Papa, salió un manga de su vida.

Porque el manga es mucho más apto para la juventud que John Cassidy y Marvel, ¡coño ya!

Esta acción ha venido a confirmar lo que muchos ya saben: que el estilo japonés ha llegado a ser, por derecho propio, el referente mundial de la monería. O como lo llaman en el mundo anglosajón, el animu. Esta palabra se basa en la pronunciación impostada a la japonesa de “anime”, y es peyorativa. Básicamente, consiste en imitar las características más llamativas del manganime pero sin tener una sólida formación como dibujante. También, como se comenta en este hilo de discusión, se suele hacer que todos los personajes sean jóvenes o mucho más jóvenes de lo que deberían. Esa es la razón por la cual Benedicto tiene treinta años menos en la portada.

En realidad, el manganime no es el único que sufre de advenedizos. También el naïf está plagado de gente que ni siquiera sabe dibujar, como denuncia más de uno. Se confunde que el trazo sea sencillo con que sea fácil hacer algo parecido.

Eso, y la idea de distinción que da. ¿Dibujar tebeos, yo? ¡No, hombre! Yo dibujo manga/naïf/slice of life… En el fondo es eso, la idea de que un tebeo es un producto pueril (en ambos sentidos), empezando por la propia palabra.

Hace algunos años, un manifiesto firmado por quince personas protestaba por la organización de una exposición de Tintín. ¿Por qué? Porque los manifestantes temían que provocara que el tebeo siguiera estando asociado a un producto infantil. Aparte de la propia discusión entre profesionales y críticos, siguió en paralelo la de llamar cómics a los tebeos, decisión que fue discutida por Carlos Giménez, entre otros.

No mucho después, entraron los mangas. Se volvió a repetir el proceso, y si bien al principio fue por rechazo o curiosidad, al final también se transformó en otra manera de no decir tebeos a cosas que se componían de viñetas.

Entonces, los aficionados al cómic francobelga empezaron a llamar B(ande) D(essinée) a las obras galas por elitismo.

Por último, cómo no olvidarnos del término “novela gráfica”, creado para hablar de cierto tipo de tebeos que suelen tener las estructuras narrativas de las novelas (guión cerrado, publicado en un solo número…). Más o menos tenía una función clara, pero se fue al traste cuando se vio que se transformó en un sinónimo chic de “tebeo” en varias adaptaciones cinematográficas. Eso, y que se usa como un concepto incompatible a “tebeo” (¿Es un tebeo o una novela gráfica?).

Y más o menos podríamos dejarlo ahí, porque aunque se hable del manhwa a veces, se ve como manga coreano. Al final hemos acabado con cinco términos para referirnos a más o menos lo mismo… Bueno, la mayor parte de la gente sólo usa dos o tres.

En el fondo, todo esto no nace sino de un enorme complejo por la palabra “tebeo”, o “cómic”, o “manga”, o… Menos la expresión “novela gráfica”, muy posiblemente encontrarás al menos a una persona que piense que los términos anteriores se relacionan unívocamente con creaciones infantiles. Y lo infantil, todo el mundo lo sabe, está unívocamente asociado a lo bobo, no a lo que hasta los niños pueden entender. Como si Astérix el galo ya empezara con un hándicap porque su público principal sean infantes.

Además, como ya he comentado, muchas veces se llega a discutir cómo llamar a una obra en concreto, lo que suele llevar a una logomaquia en el sentido más literal del término. Por ejemplo, hubo un tiempo en que hablar del “manga español” podía llevar en ciertos foros a airadas discusiones acerca del significado japonés de manga, de que algunos tebeos occidentales también tienen ojos grandes, de que el dibujo por sí solo no define a un tebeo. Porque si nos ponemos quisquillosos, The Authority podría ser un manga. ¿Por qué, si el estilo no lo es y además es de superhéroes? Pues porque su narrativa está cercana a este, que lo admite el propio guionista, Warren Ellis, que es lector de mangas. Después entró Mark Millar, quien también podría crear su propia definición de productos artísticos compuestos por viñetas si así lo quisiera (la labor de ambos en The Authority causó un fortísimo impacto en los tebeos de superhéroes).

No obstante, cierto detalle puede acallar la discusión al menos en el caso del manga. Mañana se verá cuál.

martes, septiembre 27

Nos tratan como palabras.

Colgué ayer una entrada acerca de la fobia numérica, particularmente estadística. Hoy quiero hablar de las palabras para demostrar de otra manera una de mis afirmaciones: el pensamiento común está más cercano a los métodos de la estadística de lo que quieren creer algunos.

La palabra se considera el don del hombre, como ustedes sabrán. De hecho, casi se considera divina: los cristianos suelen decir La palabra se hizo carne para describir la venida de Jesús de Nazaret. Tomar la palabra viene a significar que alguien puede hablar en una reunión. La mayoría suele creer, en cierto sentido, que el lenguaje es mágico y encierra la naturaleza de las cosas. Quédense con lo último.

No obstante, el número es considerado el detalle. Aunque nadie duda de la importancia de la palabra, el número no es tratado igual. Todos habremos oído el consabido “¡Es que nos tratan como números!”, ya citado anteriormente, que indica solapadamente el maltrato que sufren estos abstractos.

Ciertas personas pueden sentirse deshumanizadas si se les da un número de cita en un organismo público, aunque jamás en su vida vuelvan allí y nadie más, al menos durante ese día, fuese el número 7. Sin embargo, muy posiblemente estas mismas personas dirán con orgullo que son españoles, heavies, otakus o béticos.

Hay un relato de Borges que viene a la ocasión. Va de un sujeto que, debido a un accidente, pierde la capacidad de olvidar (sí, como suena). Nuestro protagonista obtiene un memorión sorprendente, y es capaz de recordar cualquier detalle. Puede, por ejemplo, reconstruir todo lo que hizo un día, de modo que la única diferencia con el día anterior sea la fecha.

Nuestro amigo, sin embargo, empieza a cuestionar el léxico español, ¡acusándolo de no ser rico! Por ejemplo, le incomoda que se llame “perro” a tantos animales que son claramente diferentes.

El narrador acaba confesando sus dudas acerca de la capacidad de pensar del protagonista. No obstante, fijémonos en el detalle. Al protagonista de la historia le fastidia que la individualidad de todos los perros sea eliminada por referirlos con un único vocablo, “perro”.

Es ficción, pero no creo que ande muy lejos de la verdad. Por ejemplo, la corrección política lleva años exigiendo que ciertos vocablos, muchos de ellos peyorativos, no sean usados porque en su opinión degradan a las personas.

Sin embargo, los propios propulsores de la corrección política dicen que existen otros modos de nombrar a la gente que están fuera de degradar a la gente. Hay un vocabulario que no es ofensivo, simplemente por definición: Negro es ofensivo, hombre de color no; maricón es ofensivo, homosexual no; etc.

¿Recuerdan lo que dije al principio? Que según los cristianos, “la palabra se hizo carne”. También, la entrada enlazada de Pseudópodo con la declaración de Feynman. Relaciónenlos con esto último.

¿No se podría decir que, del mismo modo que los cristianos dicen La palabra se hizo carne, los políticamente correctos dicen que la palabra se vuelve integración de minorías? En otras palabras, creen en el inverso del pensamiento mágico de Feynman: si nombramos las cosas de otro modo, estas cambiarán su naturaleza.

Concretamente, la peyorativa, pero no la clasificatoria. Desde el punto de vista del protagonista del relato de Borges, tanto da que llames a dos hombres negros que hombres de color, porque él seguramente dirá que no son exactamente iguales. A lo mejor uno de los dos sí tiene problemas graves de integración.

La corrección política demuestra que tampoco nos gusta vernos tratados como palabras. Aquí alguien pronunciará que lo que no le gusta a nadie es ser tratado con insultos, pero voy a demostrar que es el primer caso.

Hace algún tiempo, leí la protesta que una mujer envió a la sección de cartas al director. Esta había redactado con otros compañeros, todos ellos varones, un libro. Durante la presentación oficial del susodicho libro, el prologuista habló de los méritos, en absoluto escasos, de los creadores del libro, pero cuando llegó a la mujer, comentó que valía la pena comprar el libro sólo porque ella era muy guapa. A esta profesional no le gustó ni un pelo. No porque ser llamada guapa sea un insulto, sino por esa manera tan fuera de lugar de omitir sus méritos (únicos y definitorios de esta persona) por efecto del principio de la Pitufina.

Otro ejemplo fue todas esas protestas de feministas por la definición de mujer en la RAE.

mujer.
(Del lat. mulĭer, -ēris).
1. f. Persona del sexo femenino.


Según ellas, esta definición no comprendía la definición de “racional”, que sí aparece dentro de la definición de “hombre”:

hombre.
(Del lat. homo, -ĭnis).
1. m. Ser animado racional, varón o mujer.


(Creo que antes no aparecía “varón o mujer”)

Otras variaciones comprendían las acepciones más machistas de “femenino”:
femenino, na.
(Del lat. feminīnus).
3. adj. Que posee los rasgos propios de la feminidad.
4. adj. Dicho de un ser: Dotado de órganos para ser fecundado.
6. adj. Débil, endeble.


Yo, como soy un verdadero bastardo capaz de continuar por mi cuenta el razonamiento de alguien para ver si se estrangula, decidí buscar “varón”:
varón.
(Del lat. varo, -ōnis, fuerte, esforzado).
1. m. Ser humano de sexo masculino.


Por supuesto, decidí buscar “persona” y “humano”:

persona.
(Del lat. persōna, máscara de actor, personaje teatral, este del etrusco phersu, y este del gr. πρόσωπον).
1. f. Individuo de la especie humana.
humano, na.
(Del lat. humānus).
1. adj. Perteneciente o relativo al hombre.


Pues no sé, ¿no será que “persona” y “hombre” son enfoques distintos? La primera denota la individualidad y la segunda las capacidades latentes. Que en la definición de los heterónimos de la especie humana se emplee uno de los dos no quita que el otro sea aplicable: “mujer” es “ser humano de sexo femenino” y “varón” “persona del sexo masculino”. Por supuesto, esto es lo obvio. Pero no en el reino de la corrección política, donde temen ser tratados como palabras.

Y si no, ¿a qué tanta preocupación? Preocupación que se ve aumentada porque las palabras tienen varias acepciones y matices. Los números no tienen mayor peligro que una rima malsonante.

El fondo del problema no es ser tratado como números o como palabras. El problema es que somos ajenos a la monosfera de los demás. Y precisamente por ser ajenos, alguno de nuestros detalles pesará tanto para ellos que no tendrán en cuenta el resto de nuestra idiosincrasia, y seremos reducidos a un vulgar estereotipo: beatillo, gordo, baboso, friqui, mamón, rubia, listillo, empollón, futbolero, cachas, etc, etc, etc.

A todos nos gusta sentirnos tratados como individuos y que el médico, por ejemplo, tenga ese detalle. El mal está en que nos trate como si fuéramos tan insignificantes como un pasajero de un autobús para otro. Cuanto mejor sea la atención personalizada, mejor estaremos. Excepto si aceptamos a Brian como nuestro salvador, en cuyo caso todos somos muy especiales incluso aunque no lo creamos:

lunes, septiembre 26

Nos tratan como números.

En el libro El triunfo de los números, de I. B. Cohen, se resumen varias de las razones por las cuales el lenguaje numérico ha acabado imponiéndose en casi cualquier área más o menos seria. Una curiosidad es que el libro dedica todo un capítulo a las críticas de, entre otros, Dickens y Carlyle a la estadística. Concretamente:

(…) el descontento, la miseria real puede ser grande. Los sentimientos de los trabajadores, su noción de si los tratan con justicia o injusticia; su sana compostura, frugalidad, prosperidad en unos casos, su acre conflictividad, imprudencia, gestión de ginebra y ruina gradual en otros. ¿Cómo puede representarse todo ello mediante las cifras de la aritmética? (Thomas Carlyle)
No sé, señor Carlyle, ¿la ginebra no puede medirse en volumen como cualquier otro líquido? Y diría que la prosperidad o ruina lo calculaban muchas amas de casa, ¡en serio!

También se cita Tiempos difíciles, novela de Dickens, en al cual un joven comete un delito y hace que culpen a un trabajador honrado por la perniciosa influencia de la educación matemática de su padre, concretamente de que el último le contó al chico que la probabilidad de que alguien sea corrupto es muy alta. Por supuesto, señor Dickens, yo empecé aprendiendo aritmética de pequeño y al llegar al instituto era una mezcla del villano de Conan Baal-Pteor y del Indio de La muerte tenía un precio.

Lo realmente curioso es que la impresión que me da a mí es que ambos, más que odiar a la estadística por sí, odian el uso que se hacía de las estadísticas para no acometer reformas de seguridad laboral y otros avances humanitarios. Quizás, en el mejor de los casos, no entendían la necesidad de los promedios o, en el peor, eran pedantes de letras.

En el capítulo anterior a estas críticas, el libro comenta la enorme contribución de Quetelet, quien acuñó el término “física social”. Quetelet creía que se podían encontrar un equivalente a las leyes físicas en el estudio de la sociedad y, de hecho, que encontró regularidades en los recuentos anuales de varios tipos de delitos. No obstante, se le ocurrió definir al “hombre medio”, que es el “tipo” que puede representar la media de cualidades humanas de una población dada. Hay que entender que el hombre medio es, por tanto, una construcción teórica.

No obstante, el propio Quetelet se acabó convenciendo de que su hombre medio podía ampliarse al “homme type”, que es lo mismo pero para naciones, y que “las desviaciones del promedio eran accidentes”. Chungo, suena muy chungo. Ambos conceptos han sido atacados, pero sigue habiendo quien opina que la idea de que la estadística es deshumanizadora o, más exactamente, uniformadora. A veces, esta crítica puede extenderse a la información numérica.

Ahora bien, ¿es la estadística deshumanizadora? No, creo que no. De hecho, está más íntimamente ligada al pensamiento común de lo que a algunos humanistas les gusta pensar. Ahora, ¿ataca lo individual, como opinaba Dickens? Pues sí, pero no es culpa de la estadística olvidar al individuo. Mejor dicho, no es la herramienta adecuada.

Pongamos un ejemplo de la vida cotidiana. Yo sé que esta sugerencia hará que alguno se sienta ofendido, sobre todo aquellos que piensan que debatir es encerrarse en un cuarto a hablar ya no sólo de lo que ocurre a cien kilómetros de donde se está ricamente sentado, sino también de si los ángeles tienen sexo, y que sienten nostalgia por la filosofía bizantina.

Yo he adquirido un local, dicho en términos legales. Monto un negocio, digamos que una churrería. Antes de poder abrir el comercio, necesito poner una puerta. ¿Cómo ha de ser una puerta? Ortoédrica, dirá alguno. Cierto, pero además de ortoédrica, ¿qué cualidades debe tener? Pues tres:

1. Debe estar en un hueco lo suficientemente grande como para permitir el paso de los clientes (¡Cielos!, dirá algún pardillo).

2. Debe tener el sistema de apertura a la altura adecuada, que significa que uno pueda abrir la puerta moviendo sólo la mano sin levantarla demasiado, sin tener que agacharse o ponerse de puntillas para abrirla, y que sea fácil de accionar para todos.

3. No debe ser muy pesada ni muy liviana, para que los clientes puedan entrar pero sin que sea probable arrancarla involuntariamente.

Por supuesto, hay más, como que tenga bisagras y otros detalles, pero estos se definen en función de los tres anteriores. Si mi puerta es pesada, pondré bisagras fuertes. Ahora bien, ¿cómo cumplir todas estas características? Porque otra cosa no, pero variedad hay en el maldito género humano: los hay bajitos y altos y los hay fortachones y esmirriados. ¡Necesito una solución!

La solución puede ser la siguiente: “En la zona donde voy a abrir mi churrería, el noventa y cinco por ciento de los residentes miden entre 1,50 y 1,90 metros”. Nada, pues: El hueco de mi puerta medirá 2,10 metros. También sé que casi el 100% de los residentes pueden usar bien ambas manos. Pondré un pomo a un metro de altura. Por último, sé que el 95% de los residentes pueden empujar un objeto de 2 kg con gran facilidad con una mano pero tienen dificultades con objetos de a partir de 5 kg. Mi puerta pesará 3 kg.

Con estas medidas, voy al carpintero y le mando que me haga una puerta así y baratita. Este me la hace e inauguro el establecimiento, muy contento. De pronto, mi primer cliente resulta ser Shaquille O’Neal.



“Podría haber puesto un hueco de 2,30”, pienso, pero olvido el reproche cuando veo que detrás de él viene Sung Ming-Ming.



No me desanimo, pues pienso que estos dos están en la cola de la campana de Gauss y porque además me han comprado muchos cucuruchos de churros. Entonces, veo que va a entrar un chaval…

-¡Oiga, haga el favor de abrir! ¡Que me casqué el brazo jugando al fútbol y ya llevo dos bolsas!-me grita el chico.

-¡Ah! ¡Espera!-y entonces pienso, y aquí no tengo excusa, que una de estas puertas que siempre están abiertas habría sido mejor para todos.

Vuelvo a vender muchos churros, y me vuelvo a alegrar, pensando que estas escenas son por lo general raras, estadísticamente hablando. Además, llega un nuevo consumidor que… ¡NO!



Me quedé sin puerta. Este ejemplo basado en algo tan trivial nos enseña cómo la estadística no es sólo una cosa rara que los políticos usan para tratarnos como números (se conoce que estos viven humillados), es algo que se aplica al día a día. ¿La dosis a partir de la cual un producto es nocivo para la salud? Es una media, cada individuo tiene su límite. ¿La velocidad a partir de la cual un conductor tiene nula visibilidad de la carretera? Ídem. Cualquier asunto que afecta a un mínimo de cuatro personas tiene ya una alta probabilidad de incluir promedios.

Y nótese que digo personas, esto es, humanos. Si la gente, motu proprio, suele generalizar, ¿por qué criticar el uso expresivo de números para zanjar disputas? La estadística es la expresión numérica de las generalizaciones.

Ahora bien, el individuo sale claramente perdiendo. Las particularidades acaban difuminándose en la vastedad, a lo que Dickens asentiría. Popularmente, mis problemas parecen más pequeños cuando los comparo con la extensión del mundo.

Ahora, ¿esto invalida la estadística? Pues mire, depende de cómo se plantea el problema, qué muestreo se realiza y cómo se interpretan las conclusiones. Es decir, de si la estadística es una herramienta o una excusa para la dejadez.

El propio Dickens daba un buen ejemplo, hay que reconocerlo, pero en el libro de Cohen pueden ver ustedes otro mucho mejor de Henry Morley, socio de una de las revistas del escritor. Les presento el primero y ya buscan ustedes el segundo en el libro si quieren.

Esta gente de mente estadística, según Dickens, <> diciéndole que <>.
Pues sí, señor Dickens, lleva usted toda la razón. Pero permítaseme hacer hincapié en algo: quien da esa respuesta, ¿quién es? ¿El ministro inglés de trabajo o el equivalente local? Porque si es el primero, puedo entenderlo hasta cierto. Si es el segundo, es para pegarle. Vamos a ver, señor mío: usted debe fijarse en lo que ocurra en su zona. La media nacional está fuera de sus competencias.

La única manera de compensar el vacío que reciben los individuos es que el análisis estadístico se haga a varios niveles: nacional, autonómico, municipal, dentro del distrito, en cada comunidad de vecinos, en cada casa. Cuanto más pequeño es el tamaño de una población, más probable que el caso particular reciba al fin la solución que merece.

Por supuesto, siempre que tengamos funcionarios honrados. Si estos son corruptos o, peor, paternalistas, es para echarse a temblar. Y tenía la intención de hablar del lenguaje publicitario, pero sería repetir.

En fin, el problema es que nada funciona:



Mañana, la segunda parte de esta entrada.

martes, septiembre 20

Otra oferta de empleo mal escrita.

Tipo de Oferta: EMPLEO TÉCNICO ESPECIALISTA EN ELECTRICIDAD CON MÍNIMO DE 12 MESES DE EXPERIENCIA Y FP II DE ELECTRICIDAD. EMPRESA RELACIONADA CON LA TRANSFORMACIÓN DE ENVASES, PLÁSTICOS Y ENVASADOS. DOMINIO DE IDIOMAS (INGLÉS, CHINO, HINDÚ) NECESARIOS PARA ABRIR MERCADO EN ESA ZONA. CONTRATO INDEFINIDO. SALARIO 1500 EUROS.

A mí, este anuncio me deja algo perplejo. Por un lado, supongo que quiere decir que se pide el dominio de uno de esos idiomas, aunque me extrañaría un poco que, excepto inmigrantes, alguien supiera chino o hindú sin saber inglés. También me extraña que haga hincapié en “abrir mercado en esa zona”. ¿Significa que el candidato pasará de ser electricista a director de sucursal extranjera? ¿Que será trasladado en el mismo puesto si llega el momento?

De todos modos, esto hace que vuelva a plantearme el aprender chino.

domingo, septiembre 18

Disección de la presentación de un magufo.

Concretamente, esta.

Hola,soy un transcendental,guru o que se yo.
Magnífico: nuestro hombre no sabe qué es, pero está seguro de ser extraordinario, algo que no puedes encontrar mientras compras tebeos en tu librería favorita. Esta autoidentificación es el comienzo de todo magufo: la idea de que él es especial, como John Locke en Perdidos. Él lo vale (sea lo que sea ese “lo”).

Tengo 28 años,3 hijos y sin trabajo pues me a llegado de nuevo el fin de otro ciclo.
Una vez definido él mismo como alguien especial, es hora de hacer lo propio para referirse a los hechos de su vida. Nuestro hombre no está en el paro, le ha llegado de nuevo el fin de otro ciclo. Es como ese joven bosquimano tan conocido, no porque reconociera su pifia cuando vio que su huevo de avestruz perdió toda el agua, sino porque no quiso explicarles el hecho a sus amigos por sentirse avergonzado. Su silencio al respecto asombró tanto al resto de la tribu que llegó a ser considerado un sabio.

¡Vamos, que si no haces nada demasiado interesante, échate el rollo!

Ahora estoy madurando mucho espirutualmente,no creo en nada material
Decía George Orwell en su excelente 1984 que una de las características del lenguaje propagandístico es la eliminación de matices: con tal de evitar que los potenciales seguidores se muestren críticos, se suele hacer que estos no se paren a pensar en que el discurso que estén escuchando sea una tontería. Por lo tanto, las palabras serían desprovistas de varios de sus significados. Así, nuestro hombre afirma que él es muy “espiritual” pero en absoluto “material”. Esto es, ¿no cree en aquello que ve frente a sus ojos? ¿Qué diablos significa esto?

Es frecuente entre los iluminados acabar atacando lo material. Normal, por otro lado. Los seres humanos somos muy malvados y tenemos costumbres desagradables, como preguntar. Por ejemplo, en el párrafo anterior nos enteramos de que nuestro hombre está en el paro, lo cual puede despertar nuestro interés. ¿Por qué está parado? ¿Es por la crisis? ¿No quiere trabajar? ¿Carece de cualificaciones? ¿Sufre discriminación?

Podríamos también realizar más baterías de preguntas para el resto del mensaje. ¿La solución? Es algo “espiritual”. Traducido al lenguaje convencional, es lo que me sale de los cojones, sin importar las circunstancias, los hechos o el lugar, que son materiales. ¡Y a otra cosa!

busco asesoramiento para unirme o como guiarme para luchar con el sistema.
Un saludo a todos y animo.

Una famosísima cita es la siguiente:

No piensen que he venido a traer la paz sobre la tierra. No vine a traer la paz, sino la espada. Porque he venido a enfrentar al hijo con su padre, a la hija con su madre y a la nuera con su suegra; y así, el hombre tendrá como enemigos a los de su propia casa.

Jesucristo es una figura histórica muchas veces discutida, pero no me cabe duda que esa cita es una verdad como un templo. Pues sí, mire: si uno va a causar un impacto cultural, puede estar seguro de que nacerá el conflicto, y que posiblemente llegue a dividir familias, amigos, vecinos de escalera.

No obstante, nuestro hombre quiere luchar contra el sistema, pero pide asesoramiento y manda un saludo a todos. Podemos entender que se refiere sólo a los que le sigan en su lucha, pero me da a mí que no. Quiere parecer un revolucionario, pero no dar la impresión de ser agresivo.

De hecho, en su descripción insiste mucho en ser especial, pero lo cierto es que gran parte de lo que ha dicho es tópico. Hasta los vocablos lo son: ciclo, espiritual, gurú… Quiere luchar y quedar bien al mismo tiempo. Su rebeldía es de boquilla.

En resumen, que sintetiza todas las cualidades de un buen magufo.

viernes, septiembre 9

Anuncio de prensa delirante.

Y todo, por no querer puntuar como es debido. ¿Acaso les cobran por ello? Resulta que la descripción de cierta oferta nos dice:

Consistirá en potenciar la actividad comercial en el mercado de la zona asignada, ampliando la cartera de clientes para conseguir los objetivos establecidos por la dirección en la venta de los servicios de formación y LOPD. Desarrollo de negocio en la provincia, realizando visitas a clientes actuales y a prospectos para asesorarles en materia de formación Y lopd.- Incrementar las ventas y número de clientes en función de los objetivos marcados.- Identificar las necesidades formativas de los clientes, realización de propuestas y seguimiento posterior.- Analizar la situación del mercado y de la competencia.- Obtener la máxima satisfacción y fidelización de los clientes. Aptitudes: Buscamos una persona dinámica, con alto nivel de autonomía, organizada, acostumbrada a trabajar por objetivos y con alta orientación al cliente y motivada a responsabilizarse del desarrollo de su zona. Requisitos informática: word, internet, correo electronico experiencia: preferiblemente pero no es necesario sexo: indiferente carnet de conducir: si vehículo: si contrato laboral media jornada Cualificación necesaria Bup, bachillerato y COU Experiencia necesaria Menos de 2 años altos incentivos Bonus altos incentivos

Resalto que: no es necesario sexo

¡Menos mal! Ya me quito de encima el miedo de que esta empresa me dé por culo.

jueves, septiembre 8

Anarroseo.

Ana Rosa Quintana: "No hay televisión basura".

Y anarroseo de nuevo:

En una entrevista, Quintana asegura: "no hay telebasura, hay televisión que la gente ve y otra televisión que la gente no ve. Puedes verlo por la tremenda o con un ejercicio de ironía, que es como lo veo yo".

Y vuelvo a anarrosear:

Por eso, y ante las críticas que reciben determinados programas de Telecinco, la cadena en la que trabaja y con la que recientemente ha renovado su contrato laboral por tres años, la presentadora defiende la libertad de los espectadores.

¡Claro que sí, Ana Rosa! Si en el pasado mes de agosto he podido oír, varias veces y en contra de mi voluntad, que a una figura del mundillo que te da el pan le han hecho una paja, no es que haya un montón de telebasura, sino que es una elección mía por no ponerme tapones en los oídos.

Esta mujer es un caso, por otra parte, digno de estudio: siempre se ha proclamado una abanderada de las causas en pro de la mujer, pero intentó sacar tajada de un asunto tan preocupante como la violencia doméstica. El resultado fue el infame Sabor a hiel, escrito por un negro que plagió de otras novelas. Las consecuencias ya las conocemos, llegando al punto de formar el peyorativo “anarroseo” para hablar de la copia descarada del trabajo de otra persona. Sin embargo, algún tiempo después siguió abanderando el feminismo de baratillo con novedades tan grandiosas como una revista hecha sólo por mujeres.

En fin, es el epítome del carácter caprichoso y olvidadizo de la opinión pública.