lunes, diciembre 31

¡Consumismo por todas partes!

¡Lo que leéis! ¡Llegó la Navidad, y con tres semanas de antelación! Desde antes del puente de la Inmaculada y la Constitución, se han podido ver anuncios acerca de las felices fiestas, y de cuánto y cómo podemos comprar para celebrarlo. Todo ello aderezado con películas de Papá Noel, o clásicos que siempre son emitidos en estas fiestas y que casi todo el mundo ya ha visto; provocando que la gente esté cansada de la Navidad incluso antes de que esta empiece.
Y una vez acabada esta protesta contra la presión publicitaria...
¡Hola! Heme aquí, dispuesto a actualizar en plenas fiestas. Deseándoos felicidad durante las mismas, aviso que vienen más reseñas, a falta de otras cosas interesantes que comentar. Algún día subiré algunas de las historias que estoy escribiendo, en serio. Para evitar atosigaros, estas serán muy breves.

Tebeos
Death Note
Doce tomos componen esta colección, como doce meses un año. Sin duda, no es en absoluto mala serie, pero sufre un bache en el tomo 8 que provoca que decaiga hasta el final. De todos modos, la conclusión no decepciona, sin alejarse de la tónica de la serie, que se centra en la batalla mental de dos genios.
No obstante, está claro que vuelve a contar la misma historia a partir del tomo 7, lo cual, sin ser criminal, sí es pesaroso. Aunque me gustó el fin de la primera parte, no puedo evitar la sensación de que la historia se habría podido resumir en nueve tomos, por poner un ejemplo, sin necesidad de una segunda parte.

20th Century Boys Esta obra también ha llegado a su término… o no, porque Urasawa, incapaz de atar todos los cabos, continuará la trama en 21st Century Boys, que empezó el pasado julio. En Japón, claro. Aquí, toca esperar.
Lo cierto es que, en mi humilde opinión, Urasawa podría haber acabado mucho antes. A partir del tomo 17, decidió complicar la trama innecesariamente, que no malamente. No digo que me haya disgustado el contenido, sino el modo. Le ha pasado lo que le ocurre a Padre de familia: Ha querido hacer tantas referencias, que al final la trama principal la ha descuidado. El problema es que, claro, en este caso sí importa. De todos modos, es justo esperar a ver qué sale de 21CB (siglas que me he sacado de la manga). Tampoco debería tardar demasiado en finalizar dicha secuela, tan pronto como desvele los secretos restantes, aunque es bien capaz de sacar diez tomos tan pronto como se descuide.

Lamu Continúa en su línea, y destaco que ha alcanzado algunos de los episodios más celebrados de la serie. Curiosamente, en el tomo 6 aparece el que sería el último de esta, aquel del día de las representaciones artísticas. Aparte, el tono de cachondeo indiscriminado se mantiene, y se agradece. No obstante, aquellos que esperen encontrar al grupo de admiradores de Lamu, que se fastidie: En realidad, dichos personajes aparecieron sólo durante los primeros capítulos, para desaparecer rápidamente, y en su lugar tener a Kôsuke, que se parece a Permanente, pero en feo, y más como amiguo de Ataru que como seguidor incondicional de Lamu (por supuesto, también le gusta, pero como a cualquier otro). El resto de personajes se mantiene: Benten, Oyuki, la princesa Kurama, Shûtarô (Mendô)... Y acompañado de referencias a la cultura de los ochenta y los clásicos japoneses, siendo los últimos explicados en valiosas notas de traducción. Una joya, en resumen.

En red
Krakow Studios
Vuelvo a reseñarlo, ya que se aproxima a su fin, como hizo Leie. Es buena oportunidad para que lo conozcan aquellos que gusten de súcubos y pitorreo generalizado.

Libros
Franz Kafka: Cuentos completos (textos originales)
Pues sí, he decidido acercarme a este hombre, y comprender por qué todos los culturetas lo renombran tanto. Y lo cierto es que me ha gustado, pero, en el fondo, el surrealismo de sus historias está imbuido en obras compuestas por viñetas y secuencias (tebeos y la tele tonta, que dirían algunos). Con leer La metamorfosis, uno empieza a recordar capítulos de series como Más allá del límite, o Uzumaki de Junji Ito. Por ello, es altamente recomendable.

La familia de Pascual Duarte Se conoce que un servidor no tiene prejuicios por los libros, y que puede disfrutar por igual con obras comerciales y culturales (obviamente, depende de cada caso). En el caso de la obra prima de Camilo José Cela, me ha gustado. Desde que leí El árbol de la ciencia, siento especial debilidad por las Bildungromane y similares: Novelas que cuentan el desarrollo psicológico del protagonista desde su niñez (o la juventud) hasta la edad adulta, detallando los acontecimientos que mejor explican su comportamiento posterior. Además, en el caso de novelas españolas, ello supone describir exhaustivamente nuestra historia, a veces despiadadamente.
Eso sí, en este caso, advierto a los lectores sensibles, o que no aguanten las tragedias, que se abstengan: Es una novela corta, y por ello, resulta muy difícil tragar el aluvión de drama que contiene. Al que sí quiera leer una novela dura, ¡adelante!

El señor de las moscas La famosa novela de los muchachos perdidos en una isla durante la Segunda Guerra Mundial no me ha enganchado tanto como creía, quizás porque la compré en noviembre y tenía que estudiar para diciembre. También es verdad que no la he acabado, así que quizás sea mejor esperar a avanzar algo más.

Nunca me abandones Vi este libro en el autobús, y tras buscar en la red (y descubrir partes fundamentales del argumento), decidí comprarlo. La novela trata de Kathy, Ruth, Tommy, y en menor medida de los demás estudiantes de Hailsham, un extraño internado, donde los alumnos son educados para mejorar su creatividad, les permiten tener relaciones sexuales, y les recuerdan continuamente que deben mantenerse sanos, lo cual es importantísimo debido a a que son muy especiales. Me está encantando, y no dudo que la habré acabado para la época de exámenes.

Seguiré con películas y videojuegos dentro de unos días, para evitar tener que actualizar en época de exámenes. Para entreteneros, os obsequio con un villancico "lovecraftiano", y así lograr combatir el espíritu navideño sin tener que ofender a nadie.



La letra para quienes no entiendan bien el inglés, y también la misma canción, aunque los diversos videoclips de You Tube son más entretenidos.

Por último, ¡feliz año nuevo, y que vuestros deseos, incluso los más licenciosos, se cumplan!