sábado, junio 30

¡Estoy contento!

¡Hola! ¿Qué tal esos exámenes? Por mi parte, bien. Es un placer comunicaros de que por fin me he librado de esa asignatura que llevaba arrastrando desde hace dos años. A la tercera va la vencida, y nunca mejor dicho... Y en el resto, bien, dos notables y dos sobresalintes de momento, con dos aprobados que quizás suban de nivel, cual personaje de videojuego de rol. Hay un suspenso de una asignatura cuatrimestral, de la cual me examiné en febrero, y aún hay tres en el aire. De todos modos, ya acabo este año la puñetera carrera.
Eso sí, tengo prácticas de empresa a partir del martes 10 de julio, y entre pitos y flautas, habrá que ver si voy a tener un verano estresado, porque estas durarán hasta el 30 de septiembre.
Y bueno, más o menos eso es todo, no es que haya tenido tiempo de descubrir muchas cosas por la red, ni de ver muchas películas, así que se quedan para la saca cuando quiera comentar. Sólo hablaré de cierto asunto que me tiene intrigado: El supuesto final desvelado de la saga de libros Harry Potter. Me intriga aún más el hecho de que nuestros medios de comunicación se han hecho eco de la noticia, publicando el susodicho final, lo cual supone que a más de un lector desprevenido le habrán entrado ganas de matar a los así llamados reporteros. La verdad, no lo entiendo, cualquiera diría que disfrutan cuando revientan el final de una serie o película. Ya se han dado casos verdaderamente ejemplares, como una fotografía de media página en un periódico con la muerte de un personaje para acompañar la noticia de una nueva temporada (en la cual, claro está, dicho personaje muere). Como los adelantos del siguiente capítulo, que llegan a ser descarados (al respecto he de afirmar que las series españolas revelan mucho más que la animación japonesa, por poner un ejemplo). En fin, no soy yo quien controla esas cosas, tendré que aguantarme. Espero que el final sea falso, y más de uno se fastidie por no haber podido reventar finales.
Para el mes que viene, como tendré tiempo, intentaré obsequiaros con un relato, o dos, como salgan. Ideas no me faltan, el problema es plasmarlas en la palabras... Mientras tanto, ¡nos vemos!