sábado, noviembre 19

¡Actualizando!

Buenas. Un formateo y un trabajo de prácticas me ha tenido alejado de Internet. Como no he tenido tiempo para escribir nada con sustancia, toca vivencias, aunque mañana habrá fricadas.
Mí tía se ha roto el hombro derecho por una caída en la vía pública. Acompañaba a la niña que lleva al colegio cuando resbaló. Tuvo que caminar un rato antes de llegar a casa para obtener ayuda. Yo estaba en la facultad y no me enteré hasta que llegué a casa. Ahora lleva un cabestro, al menos podrá recuperarse con fisioterapia, aunque ya tiene una consecuencia de una anterior fractura.
Por otro lado, estoy estresado. Los exámenes de diciembre son horribles, y sólo tengo uno, estudias a todo nivel tras haber fallado en septiembre. Y lo más curioso es que en apariencia es más probable aprobar ahora que en septiembre, por el mayor tiempo. Pero claro, prácticas, clases y otros deberes te restan tiempo. Y encima, una asignatura de libre configuración tocapelotas...
Eso sí, al menos aprendo pronunciación inglesa (porque ya sé del resto por un tubo) y me va bien en la mayor parte de las asignaturas de las asignaturas, aunque parezca que no. Me parece que no he hablado de mis profesores, algunos merecen unas líneas como ese que realiza flexiones y bromea cuando da clase, el que nos cuenta sus batallitas o aquel que interrumpía voluntariamente sus clases para hablar de las reformas educativas y cuestionar la organización docente. O a este que, ayer mismo, dijo que un estudio grafológico de mi caligrafía revela inestabilidad o inseguridad, eso sí, en broma. Habría que reunir material para un recopilatorio de singularidades de profesores.
He acabado Ubik de Philip K. Dick, que compré por mi santo. Me ha durado un suspiro. Me ha gustado bastante, aunque debo reconocer que no esperaba encontrar un argumento tan curioso: Un mundo repleto de gente con facultades psíquicas increíbles (el poder de Pat es acojonante) y la semivida, un mundo donde existen depredadores autóctonos... Y el Ubik, ese aerosol que garantiza la salvación, con mayúsculas. Entiendo que lo denominen comedia, aunque quizás habría preferido mayor participación de otros personajes aparte de Glen Runciter y Joe Chip. Una cosa, ¿alguien sabe si algunas novelas de Dick pueden ubicarse en un mismo mundo, como sucede con otros escritores? Es la primera de sus novelas que leo, sólo he visto películas y quizás difieran los detalles, pero aparte de eso, parece bastante posible situar en ese mundo los argumentos de Desafío total, Blade Runner y Minority Report.
Por otro lado, me llegó Haunting Ground, que tanto me ha costado encontrar (http://lost-levels.blogspot.com/2005/10/buscando-fiona-desesperadamente.html). El condenado juego tardó el doble de lo que yo creía (dos semanas, me llamaron a la semana), pero ya lo tengo y tiene buena pinta. Quizás le dedique un post en Lost Levels, pero de momento diré que al esquema de Clock Tower (es su quinta parte no oficial) se le ha añadido la interacción con un perro, como si fuera aquel juego de Supernintendo cuyo nombre no recuerdo. El argumento trata de Fiona, una chica que despierta en un castillo con ningún recuerdo y nada material (pero nada, sólo lleva una sábana como vestido al principio). Es entonces cuando empieza a descubrir detalles inquietantes de su llegada... A ver si lo acabo pronto.
El otro día estuve a punto de ser el testigo de un accidente de tráfico por segunda vez. Volviendo a casa tras clase en el autobús, el vehículo se detuvo en una parada y arrancó cuando realizó su función. De pronto, un hombre comenzó a perseguir a la carrera el autobús y se puso al nivel de las puertas de salida. Empezó a golpearlas con el puño cerrado con un coraje increíble. Desde donde estaba sentado, la parte trasera, se veía perfectamente. De pronto, y seguramente por el cabreo que llevaba encima, cayó al suelo, y nos tuvo en vilo a los presentes cuando rodó por el suelo y el neumático trasero derecho avanzaba hacia él. Desapareció de mi ángulo de vista, me di la vuelta y lo volví a ver por la ventana trasera, "Ahora saldrá sin piernas", pensé mientras me preparaba para el grotesco espectáculo. Afortunadamente, no fue atropellado, y pudo levantarse solo aún más airado. El tío hacía gestos de enfado y ofensa, inclusó arrojó la bolsa que llevaba. Valiente imbécil, ponerse en peligro de tal modo por coger un autobús. Yo también corrí un riesgo innecesario en cierta ocasión por el mismo motivo, pero al menos tuve la conciencia de que la culpa era mía. Pero claro, teniendo en cuenta su educación cuando pedía entrar, ya sabemos qué clase de tipejo era. Patético. De hecho, tengo la duda de si era uno de estos estafadores especializados en simular atropellos.
Me han pasado más cosas, pero estas son las más señalables. Por ello, me voy por hoy, y advierto que probablemente no escribiré en cierta temporada, pero ya se verá.