jueves, diciembre 31

¡Feliz 2010!

Y adiós al 2009, cuyo último mes empezó algo caliente en la Cumbre de Copenhage, en más de un sentido: en el literal, porque el tema era el cambio climático; en el figurado, por la negativa del ayuntamiento a poner árboles de Navidad. En el primer caso nadie ha quedado satisfecho. En el segundo, fue una propuesta del guardia forestal Claus Thomsen, quien tenía buenas intenciones y confiaba en que su mensaje de paz sería universal. No obstante, el ayuntamiento pensó que los árboles podrían ofender a los musulmanes tras la negativa a los minaretes en Suiza, así que se negaron en redondo. No sé qué pensar: por un lado, tiene guasa que la decisión venga del país con mayor proporción de cerdos por habitante; por el otro, la posibilidad de que algunos de los participantes se sientan ofendidos por un puto árbol es para echarse a temblar, haya los motivos que haya detrás.

Pocos días después, Silvio Berlusconi fue agredido a la salida de un mitin en Milán. Todos los medios de comunicación se apresuraron a decir que el culpable tenía problemas mentales, como si ello imposibilitara a este hombre odiar a Berlusconi por los mismos motivos que yo, por ejemplo.

Por si eso fuera poco, como comenté hace poco, se descubrió que el terreno donde se suponía enterrado a Lorca, junto a otros cuerpos, no sólo carece de cualquier evidencia de restos humanos, sino que, en opinión de los arqueólogos, no tiene profundidad suficiente para cavar fosas. Unido a la crisis y a la inquina entre partidos políticos de este país, otro motivo para las famosas guerras de la red. A mí, no obstante, todo el circo montado alrededor me parece ridículo.

Para colmo, tuvo lugar un segundo incidente relacionado con otra personalidad mundial procedente de la península Itálica y problemas mentales: el derribo del Papa. Una muchacha llamada Susanna Maiolo logró este resultado cuando se abalanzó para abrazarlo.

Y más. Con todo esto, a mí me fascina que algunos vivan acojonados con el 2012, por una interpretación absurda basada en el fin del año maya. ¿No es el mundo ya lo sifucientemente delirante, sin tener que mentar las guerras o la delincuencia?

En resumen, ¡feliz 2010, ánimo y entereza!

lunes, diciembre 28

Al final voy a tener miedo de hablar.

Hace dos meses escribí una entrada dedicada a Fernando Vallejo, donde nombraba a Mostrenco y su lucha contra los magufos. En un e-mail que le envié a Mostrenco sobre el tema, hice el siguiente comentario:

Philipp Lenard, que quizás conozcas. El famoso físico que perteneció al partido nazi, legó a ser el jefe de la física aria (¿?) en aquella infausta época y negó las teorías de Einstein, mediante el argumento de que la física judía era muy dañina.

¡Qué inocente era entonces! Hice la comparación sólo para ilustrar lo que me parecía obvio: desprestigiar en base a la religión o etnia es simplemente absurdo. No obstante, la locura no tiene límites, por lo que lo más absurdo que puedas pensar es superado de inmediato.

Hace poco he descubierto la existencia de un sujeto, llamado Francisco Moreno Meco, que se autodenomina Ingeniero y Científico y acusa a Einstein por el hecho de que era judío (enviado el 19/12/2009 a las 19:11, penúltimo párrafo). No, amigos. Por si acaso os lo preguntáis, no sé si el señor Moreno Meco tiene relación con movimientos neonazis. De cualquier modo, no sólo me importa un bledo, sino que no hace falta relacionarlo con nada. El nazismo de Lenard no le impidió desarrollar su teoría del cuerpo negro, que aún se estudia, o un ejemplo más conocido, el antisemitismo de Wagner no le impedía componer.

Basta con dejarle hablar un rato:

Claro que sí, debemos tener en cuenta que, la ciencia física oficialista lleva un siglo en estado catatónico de ignorancia supina, justo desde la aparición en escena de la ciencia falsa judía de Einstein y su relatividad errónea e imposible, y de la ciencia judeocristiana de la mecánica cuántica, basada en la mala y errónea interpretación del experimento de Young de la doble rendija, y sobre todo, desde aquel día que se consiguió la bomba atómica que nos vendieron como un ITO de esa ciencia, y resultó ser nada mas que, un experimento de “chiripa” como todos, al comprobar como, elementos radiactivos como el Uranio, al enriquecerlos (someterlos a la radiación de la radiactividad), aumentaban su energía de radiación y se calentaban más, porque empezaban algunos átomos a dividirse, emitir neutrones y dividir a otros (fusión). (sic)

Comprobad que no me lo estoy inventando. Este es sólo una de sus bitácoras, en total he contabilizado más de cinco, incluyendo las cerradas. Por ello, hay mucho material del que reírse, ya que el gachó es el súmmum de todos los magufos: el tío lo niega casi todo. No se llegó a la Luna, la biología se confunde con la evolución, el origen de la vida no tuvo lugar en el agua. ¡Coño, la física está tan mal que hasta la distancias entre la Tierra y la Luna y el Sol son erróneas!
Esto último desafía la simple trignometría.

Llega a tal punto que un tal Jacobo Saucedo le dedica el siguiente párrafo:

Estimado Francisco:
Espero que Newton, Einstein, Torricelli, y todos los demás se equivoquen y que usted tenga razón. Espero que pase usted a la historia como el científico que abrió el camino de una nueva Ciencia y como el hacedor de la Física Teórica Unificada, testada con éxito si obviamos el pequeño detalle de que no le salen los cálculos de la distancia al sol, ni a la luna, ni los de la presión atmosférica. Por lo pronto tendrá usted que conformarse con ser un lunático hasta que las matemáticas le den la razón, como ocurrió a tantos genios a lo largo de la historia. Le tildo de lunático sin ningún ánimo ofensivo, créame, simplemente porque es la imagen que de usted se refleja en sus escritos.Mientras tanto puede usted hacerse el favor de no despreciar a las personas y a sus creencias religiosas aunque sean absurdas, no así a sus ideas; de abandonar su tono radical, prepotente, mesiánico y despectivo si quiere que alguien le escuche sin necesidad de estar presente en todos los foros y blogs de internet.
Un saludo


Y no puedo estar más de acuerdo con este hombre. Es insufrible discutir con alguien que no puede prescindir de llamar corruptos, judíos (!), judeocristianos (¡!) e incluso "protestante anglosajón y católico vaticanista" (¡¡!!) a sus críticos. Sin olvidar el tono de rebelde de cuatro duros que acompaña sus escritos, llenos de tópicos sudados como "lucha contra el sistema" y "pensamiento único"; lo cual es un error enorme: un consenso equivocado no es lo mismo que un pensamiento único. Por ejemplo, si yo manipulo las pruebas de modo que un inocente parezca culpable, será condenado si dichas pruebas son tomadas como buenas. No será necesario manipular a nadie para ello. Por tanto, se cuestionarían las pruebas en sí, pero no el juicio en sí, ni a sus responsables.

En fin, supongo que lo siguiente será alguien acusando a la genética de ser capitalista.

Nota: Francisco Moreno Meco usa una curiosa ortografía. Entre otras características, escribe los nombres de los días de la semana con mayúsculas, como en inglés. De tanto en tanto, escribe otras palabras en mayúsculas, como "Uranio", pero no hidrógeno.

lunes, diciembre 21

Hilaridad absoluta.

Una bitacora que visito frecuentemente se llama La realidad estupefaciente. SuperSantiEgo, su autor, la utiliza para mostrar los aspectos estupefacientes de la realidad. No obstante, yo tengo otra opinión, que no necesariamente excluye la suya. Para mí, esos aspectos son, en principio, hilarantes. Ocurre, eso sí, lo mismo que con los malos actores: el chiste más ingenioso no hace efecto si el cómico no sabe contarlo. Así, sólo son estupefacientes, que es muy frecuente.

No obstante, detecto una mejoría en las últimas noticias, que indican un incremento de la hilaridad. La primera tuvo lugar con el famoso taller onanista. Las risas empezaron cuando lo leí en la portada del diario, y aumentaron cuando llegué al artículo.

Continuaron cuando supe que la cotilla de pago llamada Karmele Marchante pretendía presentarse a Eurovisión en calidad de representante de este país, con una canción llamada Soy un tsunami, que ni siquiera podría superar la censura por su contenido político.

Sin embargo, ha sido durante la pasada semana cuando se ha disparado lo hilarante en gran medida. Primero, el músico de jazz denunciado por no tocar jazz, sino música contemporánea, por un telespectador con fobia a esta última. Lo mejor ocurrió cuando uno de los guardias civiles que acudieron a la llamada decidió hacer un juicio de valor y le dio la razón al demandante.

Segundo, el agricultor colombiano que se autocastró por amor a su mujer tras interpretar cierto pasaje de la Biblia. Sí, cierto es que los detalles son asquerosos, pero tal como lo oí en los informativos, no pude evitar una carcajada.

Lo definitivo ha llegado esta misma semana, cuando se hizo público que no hay fosas en el Parque Federico García Lorca de Alfacar, donde se hipotetizaba que se hallaba la tumba del poeta. Lo hilarante no es el hecho en sí, sino tanto la cobertura de los medios (que incluía la negativa de sus descendientes ante un desenterramiento), como las acusaciones mutuas de manipulación política. Con este resultado negativo, han resultado estériles. Lo mejor es que los adictos a los dos bandos seguirán discutiendo mientras los arqueólogos estarán haciendo su trabajo.

¡Cada vez más cerca de la hilaridad absoluta!

viernes, diciembre 4

¡Qué escándalo...!

Ayer leía tranquilamente la prensa gratuita cuando leí esta noticia. Concretamente, este párrafo llamó mi atención.



Adam Lambert

Concursante de 'American Idol'

El pasado 24 de noviembre, en su actuación en los American Music Awards-gala de tradición familiar-, besó al teclista de su grupo y simuló que recibía sexo oral de uno de sus bailarines. La cadena 'ABC' recibió 1.500 reclamaciones en 24 horas pero ha vendido más de 225.000 copias en su primera semana.


Pues vale, pensé. Me dejó frío, por dos motivos. El primero, me quedé sin saber qué toca este gachó. El segundo, es muy flojo como provocación. Una buena fue el espectáculo pornográfico que montó Bajo Ulloa en El salón del cómic de Granada del 2002, donde sí hubo una mamada. Sin siquiera rozar al anterior, pero también a años luz del besateclistas, el strip-tease ocurrido en la apertura de curso de la facultad de arquitectura de La Coruña, el año pasado.



Como polemista, el repeinado me ha dedepcionado. Muy triste, habida cuenta de que quizás sea su mayor mérito. ¿Acaso, según el párrafo, este tío hace otra cosa en el grupo? Oye, porque si se supone que todo lo que hace el tío es provocar, el texto sería incluso aún más exacto. Si quiere conseguir algo más que escandalizar a la abuela, podría empezar pasándose por Burning Man, donde el despelote es normal.



Típico ejemplo de escándalo prefabricado, y es curioso darse cuenta de que esto ocurre en el país puritano por excelencia. Ya tuvimos un precedente con el pezongate, que originó una vorágine de autocensura en los propios medios. Una payasada memorable.

lunes, noviembre 23

Magufos.

El suplemento Los domingos de ABC de hoy incluye un reportaje sobre un hecho que ya conocía: el alcance de las patrañas, en relación a la aparición de una película sobre el fin del mundo, supuestamente basada en una profecía maya. Digo "supuestamente" porque la cantidad de posibles traducciones de la frase en que se basa todo esto es numerosa, así que conocer su significado literal es casi imposible.

La red ha servido para mejorar la rapidez con que se transmiten las ideas, ya sean artículos científicos o la última chorrada graciosilla. El problema ocurre cuando se difunde una idea básicamente absurda y contraria a la razón. Concretamente, las pseudociencias han experimentado una difusión fascinante hasta el punto de que se ha impuesto el término magufo, portmanteau forjado a partir de mago y el acrónimo inglés UFO. Magufo es quien cree en las teorías de visitas extraterrestres, parapsicología y otros cuentos del mismo palo.

Lo realmente preocupante es que muchos de estos individuos son incapaces de distinguir la plausibilidad de la realidad. No se dan cuenta de que las teorías han de ajustarse a los hechos, nunca al revés. Se llega a dar en ellos la ley de Poe, que viene a decir, en general, que el discurso de los fanáticos se puede confundir con su parodia si no se deja claro que va de guasa. Pondría ejemplos, pero no tengo ganas de causar tumores cerebrales. Baste decir que en la misma línea mentan a Einstein, la Biblia y la última película que han visto sin que haya relación no sólo entre estos, sino con el tema en sí.

Esto último, como muchos sabrán, es la verdadera causa de esta paranoia: unos cuantos estafadores se aprovechan de la credulidad de la gente para sacarle los cuartos con libros ridículos y películas bobas. Por cierto, no critico la aparición de la película. Las productoras tienen el derecho de ganar dinero tanto con películas infantiles como pornográficas, así que una película sobre mayas que predicen el fin del mundo* es tan tolerable como cualquier otra obra. Siempre que sea de ficción, de calidad aceptable y no se esté aprovechando el sempiterno miedo del apocalipsis para vendernos una película oportunista. Claro que no pudo juzgar sin verla.

Por otra parte, sería injusto de no ser así.

* Ya puestos, podrían haber predicho la crisis económica.

jueves, noviembre 5

Haruhi. hARUHI. HAruhi. haRUHI. HARuhi. harUHI. haruhi. HARUHI.



Ya he visto la "segunda temporada" de Suzumiya Haruhi no Yuuutsu, y sólo puedo expresar mi impresión como nefasta. ¿Acaso los personajes han sido mal llevados? No, de hecho se mantienen en su papel. ¿Quizás la animación se ha resentido? No, sigue siendo igual de brillante. El problema es el guión.

En primer lugar, hay que aclarar que no estamos ante una verdadera segunda temporada, sino ante nuevos episodios que han sido intercalados en la temporada "anterior". Así, la serie pasa a tener veintiocho episodios, una mitad, antiguos, la otra, nuevos.

Pues bien, de esos catorce episodios, ¡se llevan ocho contando exactamente la misma historia! De ahí, el nombrar a la epónima en el título ocho veces. ¿Cómo puede ocurrir algo así? Básicamente, porque se produce un bucle temporal que obliga a los protagonistas a repetir las mismas acciones miles de veces, ¡manda narices! Para colmo, los ocho capítulos se llaman Endless Eight, ¡qué graciosos!

Los guionistas no pudieron contarlo todo en un solo episodio, ¡claro! Necesitaban tres horas para contar lo mismo que en una octava parte. Esta gente se pone al frente de Memento, y les sale una saga como La Guerra de las galaxias, incluyendo la trilogía inédita. Increíble.

Respecto a los episodios no reiterativos, también tengo cosas que decir. Cinco de ellos se desarrollan durante el rodaje de la película rocambolesca que Haruhi y sus siervos de la Brigada SOS presentaron en el festival cultural (episodio antiguo). Aquí no se daría el caso anterior si no fuera porque ya lo vi. Básicamente es el "cómo se hizo", con lo que supone. Es decir, se cuentan detalles obvios, sobre todo en los dos primeros. También es justo decir que en los tres últimos aparecen detalles significativos. Una vez más, se siente esa sensación de que podrían haberlo contado en menos episodios.

Por último, curiosamente el primero, que sí cuenta algo que no se vio ni se intuyó anteriormente. No está mal a pesar de ser de la trama "seria". Tampoco me apetece criticar el único episodio realmente nuevo.

En resumen, decepcionará a quien disfrutara de la anterior serie dentro de lo razonable. Podría haberse quedado en cinco episodios y sería mejor. Yo sólo me explico semejante jugarreta si considero la sobrevaloración que esta serie tiene entre los aficionados a la animación japonesa. No es mala, pero tampoco una obra maestra. Simplemente se deja ver y es simpática. Con un público ganado desde la publicación de las novelas ligeras, el estudio Kyoto Animation debió de pensar que colaría cualquier cosa. Lo bueno es que no ha colado, y no pocos han decidido tachar el nombre de Haruhi Suzumiya de su lista de pendientes.

Lo realmente jodido es que, como los capítulos se intercalan con los antiguos, los nuevos espectadores deben de haber pensado, con razón, que la serie es un truño. Si alguien quiere ver la serie ahora, le aconsejo que conculte la lista, en la Wikipedia, para evitar:

· La puñetera reiteración, excepto el último.
· Ver el episodio de la emisión de la película antes de los del rodaje. Opcional saltarse los dos primeros.

Una lástima. Aún así, es de señalar que de la broma podemos sacar una nueva definición irónica de otaku en su acepción peyorativa: Otaku es aquel que ha visto todas las reiteraciones de Endless Eight y le han parecido lo mejor de la historia, ¡ja!



Para acabar, diré que también he visto Suzumiya Haruhi-chan no Yuuutsu, la parodia que los de Kyoto Animation tuvo que sacar, principalmente para que dejaran de tirarles piedras por retrasar la auténtica segunda temporada durante tres años. Con franqueza, ¡me ha hecho más gracia que la serie original! También es de señalar que son veinticinco cortos de cinco minutos de duración, por lo que no les quedan más remedio que apostar por gags breves y dinámicos, y que se ríen de sí mismos.

P.D: Reseña de la emisión original en Reseñas (VII) (clicar sobre "reseñas").

sábado, octubre 31

18>x>16

El ministro de Educación propuso que la edad obligatoria de escolarización se incrementara a los 18 años. ¿Su motivo? Está convencido de que paliaría el fracaso escolar.

Como alumno que pasó de la EGB a 3º de ESO porque no quería estudiar en el quinto pino con un instituto a cinco minutos, afirmo que no es lo más adecuado. El cambio de BUP y COU a LOGSE conllevó una bajada del nivel educativo. La principal causa fue el incremento de la edad a los actuales dieciséis años. Tanto por reducción del temario* para hacerlo más suave, como por factores derivados (aglutinación de alumnos, falta de motivación...). Por tanto, ateniéndome a los hechos, puedo predecir que elevar la edad hasta los dieciocho volverá a bajar el nivel educativo.

¡Ojo, que yo no digo que sea malo! Algunos países tienen el mismo sistema, claro que llevan muchos años, y dan varias opciones* según la carrera que quiera seguir el alumno. Lo que me molesta es que nuestros ministros de educación nos toman por imbéciles. La LOGSE es infame por no fomentar la falta de esfuerzo y ser poco estimulante en la etapa obligatoria. Antes de incrementar la edad, sería mejor dar opciones a los alumnos según sus planes de futuro*. Si eso es lo que Gabilondo quiere decir cuando habla de flexibilizar el sistema educativo, ¡adelante!

En resumen, que más años por imperativo legal no implican una educación mejor.

* Además, un fallo tremendo es que el temario es único y poco variado. Prácticamente, hasta los dieciséis todos los estudiantes estudian lo mismo. Algunos países tienen diferentes alternativas (como el bachillerato y el FP), mientras que otros ofrecen muchas posibilidades para configurar el currículum (refuerzos en materias, optativas...). Hasta que no logren que 4º de ESO no tenga nada que envidiarle a 2º de BUP, ¡ni hablar!

lunes, octubre 19

Tras veintes años, tetas.

Que Los Simpson es un clásico, es indiscutible. Que tiene seguidores verdaderamente incondicionales, también. Que algunos de sus seguidores estamos hasta las narices de las últimas temporadas, no menos cierto. Bien, pues resulta que cerca del vigésimo aniversario, el equipo de Matt Groening ha decidido sacar a Marge en poses eróticas.

El verdadero dilema de Homer

¡Hala, qué fuerte! ¡Un personaje de dibujos animados se despelota! ¡Qué provocador!, todavía dirán algunos pardillos. No, en serio, ¿a santo de qué viene esto? Los Simpson se han mantenido durante veinte años (¡Veinte!) sin recurrir a más desnudez que culos, quitando la de Bart en la película, y menos aún al erotismo gratuito. Supongo que ya no quedaban más clichés que explotar.

Que nadie piense que a mí los desnudos me disgustan. Simplemente me parece absurdo que esta serie lo haga ahora, cuando ya hay pornografía de Los Simpson por la red y series que muestran este tipo de escenas alegremente.

Ranma chica, a punto de hacer el salto del tigre

Encima, para colmo, la declaración oficial de Marge, En realidad, es el cuerpo de Wilma Picapiedra, es más propio de Lois Griffin. Padre de familia es una serie que ocurre en un universo donde cualquier ficción es real, y no es raro encontrar al monstruo de las galletas desenganchándose de su vicio en una clínica. Parece, por tanto, que guionistas ya no sólo copian a esta, sino que se han decidido a meterse en el terreno de las series eróticas. Supongo que ahora volverá Maude Flanders para morir en cada episodio.

En fin, espero que el capítulo del aniversario sea bueno.

miércoles, octubre 14

Criticones.

Durante estos tres meses de ausencia, he aprovechado para expandir mis conocimientos sobre ideas poco convencionales y controvertidas. Al final, ha sido agridulce. Por cada autor original y coherente, hay otro que dice imbecilidades. Uno de los ejemplos más claros es el Manualito de imposturología física de Fernando Vallejo. ¿Cuál es el tema de este libro? Es una crítica despiadada y furibunda, ¡hacia la física!

La historia fue así: conocí una bitácora literaria de corte satírico llamado Lector mal-herido (sic), donde se admira a Vallejo y a cualquier literato de aire decadente. Por curiosidad, busqué al novelista en la Wikipedia y allí encontré que era crítico con la Iglesia católica (como muchos), con la situación de Colombia (con razón) y con la física teórica. Mi primera reacción fue de estupor, pensé ¿Crítico con la física? De ahí llegué al artículo del libro, y desde allí a otro en un foro de física de Google, cuyo enlace se encuentra bajo la reseña favorable de la revista donde publica Vallejo, SoHo. Después, llegué a más reseñas negativas, y al final a la bitácora de Mostrenco, el mismo crítico del foro de Google. Fue entonces cuando quise hablar del libro, pero prefería ponerme en contacto con el último para consultarle al respecto. Finalmente, esta es la crítica, el mensaje que le envié, más trabajado.

Primero, las cosas claras: soy químico, y por tanto estoy en desacuerdo con los disparates del libro. La física y la química comparten sus fundamentos teóricos, así que es como si me hubiera puesto a la altura de un sacerdote ignorantón. Ese es el caso de gran parte de los críticos: científicos de alguna u otra especialidad, que no podían dar crédito a lo que leían. No he leído el libro, pero no me hace falta tras leer los ejemplos expuestos anteriormente.

Respecto a las reseñas positivas, son mínimas, y arrogantes o escritas desde la ignorancia. Básicamente:

1. Gente que perdona los errores de Vallejo, porque "no tienen importancia". Cuando Einstein y Newton "se equivocan", Vallejo los llama payasos o drogatas. Muy coherente.

2. Personas admiradas de que el tío se meta hasta en los charcos, aunque sea sin idea de su profundidad.

3. Inseguros que piensan que no pueden contradecir sus argumentos "sólo" porque sean "contrarios a lo que les enseñaron en la escuela". Yo prefiero hacerlo en base a la lógica, especialmente matemática.

4. Los peores, los que aseguran que el "maestro Vallejo" sólo quiere hacer fácil la física, que los físicos se enredan malamente con las matemáticas, que intentan explicar lo incomprensible para la mente humana. Y claro, es inexplicable porque "el maestro" y ellos no acaban de entenderlo, por lo que "hay que tener humildad". ¡Valientes ejemplos!

No obstante, detecté algo inquietante. Una de las críticas negativas decía que Vallejo había perdido la oportunidad de mojarles la oreja a los gigantes de la física. Mi primera reacción fue, como antes, preguntarme por qué diablos hay que mojarle la oreja a esos gigantes*. Entiendo que la gente escriba sátiras contra la religión o el gobierno, pues sus malas decisiones o planteamientos han afectado muy negativamente, ¿pero contra la física? Precisamente la ciencia se basa en el empirismo, en basarse en los hechos, y no en los dogmas, piense lo que piense Vallejo. Lo realmente preocupante es que este sujeto sí sabe que Vallejo se equivoca. Es diferente de esos seguidores que no tienen ni puta idea de física y/o idolatran a Vallejo.

He pensado en el asunto durante días, y siempre llego a esta conclusión: la gente ha puesto a los “rebeldes” donde antes estaba la autoridad. Hace más de cincuenta años, el problema era el miedo a la autoridad, que llevaba a obedecerla aunque no tuviera razón; ahora ocurre lo contrario, la admiración excesiva a los “críticos del sistema” los eleva a los altares aunque tampoco lleven razón. En resumen, que el grueso de la población es tan acrítico como el del pasado, pero han cambiado de preferencias.

Sólo así me explico que personas lo suficientemente formadas como para percibir las burradas de Vallejo lamenten que los físicos hayan salido “indemnes”. Se ajustan sobre todo al segundo tipo comentado anteriormente, y admiran sin más a los "todólogos", aunque fallen el 90% de las ocasiones. Si esto es el nihilismo, más vale que Nietzsche acertara cuando decía que precedería a una época con otros valores, y que uno sea la coherencia.

*Lo mismo pensaría si fueran los de historia, sociología, pintura o cultivo de sandías.

P.D: Vallejo tiene más obras, como una serie de novelas o un tratado de gramática del que he leído algunas buenas críticas. Las críticas que le dedico sólo se deben al Manualito de imposturología física, y obviamente nadie ha de entender que considere que toda su creación es similar. No quiero que nadie caiga en la falacia del uno-cero. De todos modos, escribir un libro con tantos errores revela una nula autocrítica, y en varias entrevistas Vallejo revela un carácter arrogante, admitido por algunos de sus seguidores. Por supuesto, esto no quita talento.

Fuentes:
Críticas negativas:
http://groups.google.es/group/es.ciencia.fisica/msg/67c87a0b4c99e262?pli=1
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/futuro/14-1398-2006-01-28.html
http://pseudopodo.wordpress.com/2008/09/05/antologia-de-bodrios-xiv-la-fisica-segun-vallejo/
http://www.esnips.com/web/Scientia
http://www.dgdc.unam.mx/muegano_divulgador/no_29/novedades.html
http://docs.google.com/gview?a=v&q=cache%3AaFpnjBrn5h0J%3Awww.valenciad.com%2FColumnas%2F200503.pdf+%C2%BFcu%C3%A1ntos+aquinos+tiene+fernando+vallejo%3F&hl=es&gl=es&sig=AFQjCNFk0NCDxARgzb5nCq0JXY1gbgl02Q

http://tinyurl.com/yj278le

Críticas positivas
http://www.elclavo.com/en-linea/manualito-de-imposturologia-fisica/
http://tinyurl.com/ygdh5xk

Críticas mixtas
http://www.casadellibro.com/libro-manualito-de-imposturologia-fisica/2900001033682

jueves, octubre 8

¡Inventemos!

Como se puede leer en la cabecera de esta bitácora, servidor es químico, y tarde hablo del asunto del recorte presupuestario en investigación científica que planean los del ministerio. Huelga decir que también apoyo la iniciativa.



La frase ¡Que inventen ellos! es de Unamuno, y existen varias interpretaciones sobre su significado. Según algunos, no significa que Unamuno deseara que España dejara de lado la investigación científica. Según la historia, desde luego, España ya era así cuando la escribió. Se puede leer en El árbol de la ciencia, de su coetáneo Pío Baroja: un amigo de Andrés Hurtado, el ingeniero Fermín Ibarra, tiene que acabar emigrando a Bélgica para conseguir financiación. Finalmente, envía cartas al protagonista para comunicarle que marcha adelante.

Este fenómeno acabaría por ser llamado fuga de cerebros*. En mi facultad, cierto profesor solía comentarnos que la preparación de los científicos españoles era valorada en el extranjero. Desde luego, hay casos históricos de talento, como Severo Ochoa y Ramón y Cajal. Sobre inventos, recordemos el autogiro. Sin embargo, nada se hace para cambiar la historia. Más allá del sistema educativo, los sucesivos gobiernos españoles no acaban de dar la solución definitiva al problema. Hoy en día no podemos esperar, como Unamuno, que los demás países nos enseñen siempre el camino, porque la tecnología avanza cada vez más rápido, y la red ha facilitado la transmisión de conocimientos.

La clave es conservar a quienes crean las ideas científicas. Mientras los gobernantes no abandonen la idea de que el científico es semejante a esos maestros de antiguo, que obligaban a los escolares a repetir mil veces la lección, no se tomarán en serio la financiación.

* Sin relación con el tema, el sintagma fuga de cerebros tiene una resonancia muy de cine Z, ¿o soy el único que piensa así?

martes, septiembre 29

¿Sueñan las ratas con series japonesas subtituladas en neerlandés?

Runtime-Error, el autor de webcómics famoso por sus ganas de provocar, sortea tres dibujos exclusivos entre quienes hagan publicidad de su obra. Lo cierto es que yo ya he hablado de él en alguna ocasión, pero como me dio la idea para esta entrada, es justo volver a hacerlo.

Runtime-Error se caracteriza por hacer tiras de la actualidad, burlándose de partidos políticos, de tabúes y de la corrección política. Es recomendable si buscas algo diferente a lo habitual, y personalmente creo que, a diferencia de otros polemistas, él suele criticar con acierto y sentido común. Por ejemplo, el otro día publicó esta tira, y comenté que el autor del estudio merecía un Ig Nobel. Entonces me picó la curiosidad, y busqué en Google.

Aunque ya habían oído hablar de estos premios, los estudios premiados son simplemente hilarantes. Por ello, he decidido comentar algunos de los más chocantes, según el grado de locura.

Biología (2003) a C.W. Moeliker, de Natuurmuseum, Rotterdam, por documentar el primer caso de necrofilia homosexual en el ánade real.
Como comenté el otro día en una tira de 1 Millón de monos donde alguien confesaba que había visto pornografía cuyos actores estaban disfrazados de pitufos: Podíamos vivir sin saberlo.

Química (2004) La Coca-Cola Company de Gran Bretaña, por usar lo que ellos llaman un “altamente sofisticado proceso de purificación basado en tecnología espacial de la NASA” para transformar los contaminados fluidos del Támesis en su “agua pura” Dasani. En realidad la purificación es con un sistema de ósmosis corriente, como el usado en muchos hogares, y el agua hubo de ser retirada del mercado por no apta para el consumo humano al contener un agente cancerígeno, el bromato.
Como que el bromato no debe de ser un gran peligro en el espacio...

Física (2005) John Mainstone y Thomas Parnell de la Universidad de Queensland, Australia, por su paciencia en atender un experimento comenzado en 1927 sobre la viscosidad del alquitrán negro, en el cual una bola de alquitrán gotea una vez cada nueve años.
¡Qué paciencia? El verdadero mérito está en la cantidad de cintas que compraron para grabar el alquitrán continuamente durante años. El vendedor pudo enviar a sus hijos a la universidad.

Química (2005) Edward Cussler de la Universidad de Minnesota y Brian Gettelfinger de la universidades de Minnesota y Wisconsin, por resolver la vieja pregunta científica: ¿Puede la gente nadar más rápidamente en jarabe o en agua?
Independientemente de que esta experiencia es más propia de la reología, ¿quiénes cojones se hacen esas preguntas? Y se quejan de los friquis que se preguntan cómo se afeita Superman, si es indestructible.

Literatura (2006) Daniel Oppenheimer de la Universidad de Tennessee por su informe "Sobre la consecuencia de usar palabras largas innecesariamente.
No me convencía esta explicación, así que consulté el artículo en inglés, y resulta que el título completo es "Consequences of Erudite Vernacular Utilized Irrespective of Necessity: Problems with Using Long Words Needlessly". ¡Toma ya!

Química (2007) La japonesa Mayu Yamamoto por su método para extraer esencia de vainilla de los excrementos de la vaca.
Me gustaría conocer el porcentaje de japoneses premiados, pero el investigador ganaría otro Ig Nobel.

Paz (2007) Se lo llevó el Laboratorio de la Fuerza Aérea, en Dayton (Ohio), que sopesó la posibilidad de fabricar una Bomba gay para provocar la homosexualidad en el enemigo y con ello minar la moral y la disciplina de las tropas.
¡No puedo resistir!
De todos modos, no creo que la homosexualidad minara la moral de helenos o romanos.

Medicina (2007) Al británico Brian Witcombe por un análisis de los problemas de salud que pueden padecer los tragasables. Llegaron a la conclusión de que ocasionaban irritaciones. Al respecto, presentaron el caso de un hombre que se hizo daño en el esófago y al que se le inflamó la membrana protectora de los pulmones "cuando le distrajo un papagayo que tenía en el hombro y que se estaba portando mal". También relataron el de una bailarina del vientre que sufrió una hemorragia "cuando una persona le colocó billetes en el cinto, lo que hizo que se cortase con las tres cuchillas que tenía en el esófago".
Siguiente estudio: problemas de salud padecidos por tragafuegos. Me da en la nariz que saldrá la palabra "quemaduras".

Economía (2007) al taiwanés Kuo Cheng Hsieh, que patentó un dispositivo que lanza una red para capturar atracadores de bancos.
Sospecho que Kuo Cheng Hsieh es un pseudónimo de Jotacé.

Lingüística (2007) El colombiano Juan Manuel Toro y los españoles Josep B. Trobalon y Nuria Sebastián Gallés, de la Universidad de Barcelona, realizaron un estudio que demuestra que las ratas a veces no distinguen entre el japonés y el neerlandés cuando las grabaciones de personas hablando esas dos lenguas se ejecutan al revés.
Amigos, está claro: cada vez hay menos excusas para no saber inglés.

Aviación (2007) Se lo llevaron los argentinos Patricia Agostino, Santiago Plano y Diego Golombek, de la Universidad Nacional de Quilmes, por descubrir que los hámsteres se recuperan mejor del desfase horario (jetlag) si previamente toman Viagra.
Pues si deciden comerciarla para ese fin, que le cambien el nombre comercial. Así se podrá pedir a las azafatas sin miedo a demandas por acoso sexual.

Economía (2008) Geoffrey Millar, Joshua Tyber y Brent Jordan por descubrir que las ganancias de una bailarina de striptease dependen de su ciclo menstrual.
Podría haber hecho esta pregunta antes, pero, ¿qué cara pondrán los subvencionadores de estos estudios cuando les entregan el resultado final? En el resto, todavía se podía camuflar que el objetivo era otro, pero no sé cómo lo hicieron con este.

Química (2008) Los estadounidenses Sheree Umpierre, Joseph Hill y Deborah Anderson, por descubrir que la Coca-Cola es un espermicida efectivo y Los taiwaneses C.Y. Hong, C.C. Shieh, P. Wu y B.N. Chiang, por descubrir justo lo contrario.
Como dice mi padre, ¿en qué quedamos? De todos modos, tengo entendido que ya hay productos específicos.

Arqueología (2008) Astolfo Gomes de Mello Araujo y José Carlos Marcelino por descubrir hasta qué punto los armadillos pueden desordenar los restos en una excavación arqueológica.
¡Malditos! ¡Pero cuando el resultado llegue al congreso, las leyes los perseguirán! ¡Bwahahaha!

Biología (2008) Marie-Christine Cadiergues, Christel Joubert y Michel Franc por demostrar que las pulgas saltan más sobre los perros que sobre los gatos. *
El comité olímpico de pulgas ha recibido con entusiasmo la información, que considera fundamental para las pruebas de salto. Es el fin de las discusiones de cuál debería ser el pelaje animal más adecuado.

* Un tirón de orejas para el traductor, pues en inglés dice "higher". Expresado así, crea la duda de si las pulgas saltan más alto o más veces sobre perros, o si preferentemente saltan sobre estos (para parasitarlos).

Sublime.

lunes, septiembre 28

La rebelión de los friquis.

Vuelvo de mi retiro de tres meses, tiempo en que he podido leer otras bitácoras. Tras conocer gente muy interesamte, he encontrado de nuevo la inspiración para volver a actualizar esta página. Y lo dejamos ahí, que no quiero enrollarme en mi aburrida vida.

El asunto que da nombre a a la entrada es la reacción seguida a la columna de Vicente Molina Moix. Sé que hace días de lo ocurrido, pero no quiero centrarme en el artículo (cuyos errores han sido sobradamente discutidos) sino en la reacción de algunos aficionados, que tomaron por asalto la bitácora del columnista para insultarlo.

No es la primera vez que ocurre. Ya se produjo un fenómeno similar con la columna de la olvidada Sandra Gallardo. Algún lector quizás considere que no es lo mismo por circunstancias especialmente vergonzosas, básicamente que copipegara un texto de la Frikipedia y no respete la ortografía. Bien, no es a lo que me refiero. Aquellos que se burlaron de estos aspectos, como los adláteres que la nominaron al PicAdlo! que ganó, hacen gala de ingenio. En ese sentido, también ha habido críticas igualmente acertadas contra Molina Foix. Sin embargo, cuando surgieron las bromas sobre cuáles cualificaciones tenía Gallardo para llegar a ser solumnista, teniendo semejante ortografía, alguien hizo una tira que lo achacaba a sus méritos de felatriz. Podrá hacer gracia o no, pero es lo mismo que dice un resentido cuando recuerda a la exnovia que lo abandonó por otro.

En resumen, que la crítica debe ser proporcionada. Se pueden usar los argumentos de alguien en su contra para ridiculizarlo, como ha hecho Álex Muñoz. Se puede hacer burla de sus errores más obvios, como Draug hizo con alieníjena. Empero, no se puede acosar ni caer en argumentos ad hominem.

Irónicamente, y como apunte final, en mi comentario de La cárcel de papel tuve que recordar la pelea que el propio Vicente Molina Foix tuvo con Manuel García Viñó en el programa de Sánchez Dragó Negro sobre blanco para ilustrar que algunos ofendidos se parecen más al ofensor de lo que les gustaría reconocer.

martes, junio 30

Bien...

¡Un mes sin actualizar! Dudo mucho que alguien siga por ahí, pero debo explicarme.
Durante unas semanas de pausa provocadas por el estudio y la búsqueda infructuosa de trabajo, me he planteado el futuro de esta bitácora. Hace poco alcancé las cien entradas; pero varias, creo, cuentan circunstancias de mi vida simplemente superfluas.
Mi ritmo de vida durante la universidad me obligaba a actualizar de tanto en tanto, y me lo tomé más como una obligación como un divertimento. Caí en las trampas de contar mi aburrida vida y de hablar de demasiadas cosas en una sola entrada. Incluso en tiempos más recientes, con entradas dedicadas a reseñas y mis propios relatos (supuestamente) humorísticos, seguí la costumbre de hablar de varias obras a la vez, o de publicar de un tirón una historia.
¿Conclusión? No creo que deba continuar. Primero, porque estoy seguro de que nadie me sigue. Segundo, porque el formato de otros servicios, como Wordpress, me agrada más. Tercero, porque estoy cada vez más decidido a hacer de las Hilaridades un cómic, aunque tenga que aprender a dibujar. Cuarto, porque sin lo anterior, ¿qué me queda?
No es definitivo, pero sólo pulir los detalles de mis obras me va a exigir mucho trabajo y, combinado con un posible empleo, me dejará poco tiempo libre. Así, oficialmente, esta bitácora está en un hiato que posiblemente se tranformará en cierre.

sábado, mayo 23

¡Centésima entrada! Séptima hilaridad

¡En efecto, con esta son cien las entradas publicadas en esta bitácora! No está nada mal, no señor...
Aunque la última vez dije que actualizaría pronto, he tardado más de dos semanas, a pesar de que tengo no una, sino dos historias terminadas. En fin, aquí tenéis la séptima hilaridad:

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Séptima hilaridad
Patada aérea, o dragones desdoblados

La humedad se condensaba en el exterior de las ventanas. Durante el fin de semana, había llegado una ola de frío siberiano, y los abrigos se reunían en las perchas. Los alumnos se frotaban las manos, para superar el frío del irregular habitáculo en el que aprendían.
-¿Has encendido el radiador, Caín?-preguntó Saray.
-Sí…-contestó él, volviendo a comprobar el enchufe de este-Aguanta, tarda un rato-miró la puerta, y frunció el ceño.
-Nos ha tocado la clase más pequeña, y la puerta más grande-sacudió la cabeza indignado-¡Así, es la que más tarda en calentarse!
-La clase de 4º Ç es aún más pequeña-dijo Dani.
-Sí, pero la entrada es de tamaño estándar-comentó Celsio.
-Además, está en la pared menos ancha, y el radiador está en la pared del fondo-añadió Andrés-Aquí, es justo al revés. Caín tiene razón-suspiró resignado, y entonces vio un pie que volaba hacia él.
Tras este, un chico delgado, con pelo moreno rizado y muy enfadado, se desplazaba por el aire.
-¡Ya verás, maldito!-gritó, atrayendo la atención de todos.
-¡Ah!-exclamó Andrés.
-¿Eh?-preguntó Clarisa, sentada en su sitio.
Los demás bien se quedaron boquiabiertos, bien con los ojos como platos, o bien de las dos formas. Sólo Caín siguió con curiosidad la trayectoria parabólica, que entonces estaba a medio metro del pecho de Andrés.
Él saltó entonces a su derecha, sobrepasando los pupitres y a Vilma, que estaba tras la fila delantera, chocando frente al de Celsio, quien sujetó su mesa. El muchacho siguió impulsado hasta estrellarse con la mesa del profesor. Su pierna izquierda, con la que apuntaba airado, quedó sobre la tabla de madera, mientras que la derecha, flexionada, golpeó una de las patas metálicas. El accidentado rebotó, cayendo aparatosamente al suelo.
-¡Ahí va, Dios!-exclamó Caín, consternado.
Tras un breve momento de pánico, Dani corrió hacia el chico.
-¿Estás bien, chaval?-le preguntó.
Pudo ver que el chico era algo menor que él. No respondía.
-¿¡Llamo a una ambulancia!?-consultó Saray, con el móvil en la mano.
-¡Espera, voy a avisar a los conserjes!-recomendó Caín, y enfrentó el umbral, pero no pudo salir. Shasha había llegado, y era ese tipo de persona que no dejaba salir, que tenía que entrar a toda costa. Para colmo, esta se quedó quieta al percibir la respiración agitada de sus condiscípulos.
-¿Te importa?-casi le rugió Caín.
-¿Qué pasa?
-¡Que tengo que pedir ayuda, coño!
Caín pudo cruzar la puerta, pero entonces chocó con José. Se disculpó, y empezó a andar a ancadas, pero se detuvo bruscamente cuando oyó a Dani.
-¡No vayas, que no hace falta! ¡Está consciente!
Todos se acercaron cuanto pudieron, excepto Andrés, que estaba de brazos cruzados.
-¡Eh, niño, no nos des estos sustos!-le riñó Clarisa, pero el chaval yacía sin importarle nada, aparentemente.
-¿Te duele algo?-Dani alargó el brazo para tocarlo, pero de pronto el chico se lo apartó de un manotazo.
-¡Quita, mariquita!-tras gritar, el chico se levantó de una voltereta. Miró a Dani con una sonrisa picaruela.
-¡Te descuidas un momento, y ya te quieren meter mano!-declaró, y rió de un modo extraño-¡Ujuy!
-¿¡Meterte mano, cabronazo!? ¡Encima de que nos preocupamos por ti, desagradecido!-lo acusó a la par que lo señaló Vilma.
José y Shasha se miraban el uno al otro, sin entender nada.
Clarisa se mordía el labio inferior, enfurecida, mientras con largas zancadas se acercaba al niño.
-¿¡Quién eres!?-interrogó.
El chico se asustó por la amenaza contenida, pero se repuso rápido.
-¡Me llamo Periquito! ¿Y tú quién eres?
Caín abrió la boca, dejando que su voz se asomara un momento, para luego volver con menor timidez.
-¿Periquito? ¿Cómo los pajaritos?
El muchacho estuvo a punto de saltarle encima.
-¡Ya estamos! ¡Es Periquito, de Perico!
Saray levantó los brazos, para dar a entender lo obvio.
-¡Ya, pero Perico es la abreviatura de Pedro! ¡Es como si te llamaras “Pedritito”!
-Se acepta también, Saray-comentó Clarisa.
A Dani le pareció muy risible, así que empezó a carcajear con ganas. Periquito, ante tal afrenta, quiso atacarlo, pero fue interceptado por Andrés, quien le puso la pierna derecha sobre el hombro izquierdo.
Todos tragaron saliva, excepto Celsio, a quien se le introdujo por las vías respiratorias y empezó a toser. Andrés negó con la cabeza.
-¡Periquito, estamos en el instituto! ¡No es lugar para jugar! ¡Espérame en el patio!
-¡Déjate de guasas, primo! ¡Conseguiré mi venganza!
-¿Aún estás con eso?-Andrés suspiró.
-¿¡Primo!?-preguntó Caín, estupefacto. Celsio seguía tosiendo.
Clarisa los comparó, a pesar de haber leído que era un acto odioso. No se parecían de cara, pero ambos tenían una complexión física similar, y eran delgados y fibrosos.
-¡Vaya, ahora que lo pienso, es la primera vez que conozco a uno de tus primos!-le dijo.
-Suelo ser yo quien lo visita él, Clarisa-explicó Andrés, que se arqueó ligeramente a su derecha, con la pierna aún en equilibrio. Luego hacia la izquierda, alarmado por la respiración agitada de Celsio.
El tal Periquito le echó una mirada significativa a Clarisa, interesado.
-¿Esta es tu novia?
Andrés estuvo a punto de precipitarse contra el suelo, y Clarisa mostró la mirada de un basilisco.
-¿Qué diablos le vas contando a tu familia? ¡Ya estoy hasta el… mismísimo de que todo el mundo nos empareje!
-¡Pero si hacéis mala pareja! Demasiado parecidos en gustos y manera de ser…-comentó Saray.
-Sí, no contrastáis… Quedaría muy soso en una serie-reflexionó José.
-¡Que no estamos en la tele!-les cortó Shasha. Ellos se disculparon sonriendo.
-¡Anda ya, niña!-Andrés saltó a su posición original, movimiento que a Caín le sonaba de un personaje de un videojuego de lucha-Tan sólo he hablado de ti. ¡No tengo la culpa de que mi familia sea tan simple!
Celsio dejó de toser, y rompió a aspirar ruidosamente por la boca. Todos se giraron para ver qué le ocurría, lo que aprovechó Caín para interrogar al mocoso.
-¿Cuál es el motivo de tu venganza?
-¡Él me violó!-Periquito señaló a su primo desde donde estaba, tumbado como un filósofo de la Edad Antigua.
-¡Mentira!-contestó Andrés-¡No es lo que os figuráis!
-¡Tranquilo, hombre!-dijo Dani-¡No vamos a creer al primero que pase!
-¡Es verdad! ¡Me violó!-insistía Periquito.
-¡Anda, anda, no mientas más!-lo amonestó Caín.
-Periquito, déjalo-dijo Andrés, y suspiró-No creo que esta gente entienda de qué hablamos.
-Vamos a ver, ¿a qué te refieres con que te violó?-preguntó Shasha.
-¡Me atacó a mí, en lugar de atacar al jefe final de fase!
La perplejidad dominó a Shasha, y se mostró en su rostro. Tan sólo Caín, Dani y Saray supieron a qué se refería.
-¿En qué juego?-preguntó el primero.
-¿Cómo fue?-solicitó el segundo.
-¿Te hizo daño?-quiso saber la última.
-¡Fue en el Dragon Duplex, mientras intentaba hacer una patada aérea en rebote desde la pared, y no sólo me hizo daño, también me mató!
Los tres se volvieron enfadados hacia Andrés.
-¡Hay que tener cuidado, hombre!-le espetó Caín, con una mueca de ira.
-¡Tío, no se puede ir por ahí pateando todo aquello que se mueva!-Dani suspiró, y sacudió la cabeza mientras se lamentaba.
-¡Si no sabes hacer la patada, no lo intentes! Déjaselo a un profesional-aconsejó Saray.
-¡Idos a tomar morcilla!-les espetó Andrés.
-Sí, claro, ¡cómo tú no eres la víctima!-dijo Caín, y él y los otros dos arroparon a Periquito.
-¡Bueno, tampoco es para esto…!-dijo Periquito, desacostumbrado a tener la razón y ser mimado.
Se los quitó de encima, y se despidió. Volvió corriendo a su clase, donde un chaval moreno y con cara de enfado lo estaba esperando.
-¡Al fin llegas, atontado!
-¡Perdona, estaba echándole a mi primo la culpa en su cara!
-¡Pero qué pesado eres!
-¡Y tú también, Tomasín!
-Te equivocas, el pesado eres tú, Periquito.
Se volvió, y vio a una muchacha bajita de pelo castaño corto.
-¡No me digas eso, Mariquilla!
-¡Pero si es verdad! ¿Quién se empeñó en que paraguas se escribe con diéresis sobre la u?
Tomasín señaló a Periquito.
-¿Quién creía que la regla conmutativa consiste en que el resultado no variaba si las cifras se disponían horizontal o verticalmente?
El muchacho apuntó nuevamente a su amigo.
-¿Quién insistió en que una pirámide de población es el tipo de vivienda donde residían los antiguos egipcios?
El dedo, inmisericorde, volvió a alzarse. Una media luna se dibujó en los rostros de Mariquilla y de Tomasín.
-¡Yo no podía saber que era una tumba!-contestó desesperado Periquito.
-¿Cómo que no? ¿No has visto nunca una película de momias?-preguntó Mariquilla.
-¡Pensaba que las pirámides eran un poco de todo, como centros comerciales de entonces! ¡“¿Para qué querían el oro y la comida, entonces?” es lo que pensaba cuando decían que era una tumba!
Mariquilla estuvo de acuerdo con él.
-Ya, vale, no tiene sentido...
-Bueno, vamos a sentarnos-ordenó Tomasín al ver al profesor.

Tras las dos primeras horas, en las cuales los alumnos aprendieron a usar un mapa y algunas características de las irregularidades de la conjugación de verbos en la lengua española, llegó el primer recreo.
-¡Se va a enterar!-gritó Periquito tan pronto se levantó, y salió por la puerta.
-¡Otra vez no!-lamentó Mariquilla-¡Eres un pesado!-le gritó mientras salía.
-¡Lo sé! ¡Y reconociéndolo, me hago más fuerte, transformando mi debilidad en mi fortaleza!
Mariquilla se cayó de culo en la silla al oír su respuesta.
-¡Ha subido de nivel! ¡Seguro que ahora podrá vencerlo!-exclamó Tomasín encantado.
-¡Déjate de payasadas! ¿Tú también?-gritó enfadada Mariquilla.
-¿No reconoces la cita? ¡Es de ese gran manga de peleas llamado…!
-La verdad, o no lo he comprado nunca, o he dejado de hacerlo… Prefiero gastarme el dinero en humor y comedias divertidas.
-¡Con lo flipante que es! ¡En el último número, ya se están enfrentando con el malo y…!
-No insistas, Tomasín, la verdad, no me interesa ahora. Vamos a buscar a ese idiota.
Salieron, y bajaron las escaleras hasta el aula de 4º Ñ, donde Periquito irrumpió.
-¡Fuera de aquí, coño!-aulló Caín desde dentro. Como no lo conocían, Mariquilla y Tomasín se temieron lo peor.
Periquito salió de espaldas, confrontando a Caín.
-¿Ya se ha ido mi primo?
-¡Sí! ¡Andrés es el primero en salir al recreo, y el último en volver! ¡Jamás he tenido que pedirle que se marche! ¡No como a otras!-voceó, volviéndose al interior del aula. Saray salió apurada.
-¡Chico, no se puede tardar ni un minuto contigo! ¡Qué prisa! ¡Cualquiera diría que el patio va a escaparse!
-¿Sabe alguno de vosotros dos dónde puede estar mi primo?
-Sí, de hecho, nos sentamos con él-respondió Saray.
-¡Perfecto! ¡Llevadme a él!
-¿Aún quieres la revancha? ¡Si ya le he hemos echado la bronca!-dijo Caín.
-¡Sí! ¡Necesito vengar mi honor! ¡No lo conseguiré hasta devolverle la patada que me dio!
-¡Pero niño, no se la des de verdad! ¡Devuélvesela en el videojuego!-sugirió Saray, levantando los brazos para resaltar la simpleza del asunto.
-¡Así le dolerá de verdad!-insistió Periquito.
Repentinamente, Mariquilla se abalanzó sobre él, apoyó las manos sobre su hombro izquierdo y balanceó las piernas sobre el cuerpo de Periquito para empujar su torso hacia el suelo. Tras derribarlo, lo aprisionó con una tijera mientras le retorcía el brazo izquierdo.
Saray y Caín se quedaron atónitos. “Un poco más”, pensaron, “y lo dejas en el sitio”.
-¡Vamos a comprar el bocadillo, y a desayunar, y después, si hay tiempo, podrás encargarte de tus piques! ¿Vale?
-¡Vale…!-respondió medio asfixiado Periquito. Tomasín miraba la escena entre horrorizado y divertido.
-¿Y a esa niña por qué coño le importará que quiera pelearse con su primo…?-se preguntaba en voz alta Caín, mientras bajaba las escaleras con Saray.
-Será su novia…-hipotetizó ella.
-No creo, son muy pequeños…-contestó él.
Cuando Tomasín lo oyó, entró en cólera.
“¿Pequeños? ¡Ya tenemos doce años! ¡Ya estamos en el instituto! ¡Maldito sea!”, pensó irritado.

En la cafetería, los hambrientos clientes guardaban turno a la española, esto es, en barullo.
-¡¿Qué diablos se ha creído ese estúpido?!-farfullaba Tomasín.
-¿Cuál estúpido? ¿Mi primo?-preguntó Periquito.
-¡No, el otro! El que tenía la cerrar la clase.
-Es algo brusco, pero estúpido… No lo creo-admitió Periquito.
-¡Dejaos de chorradas!-les gritó Mariquilla-¿Tú también te vas a picar?-le dijo, indignada, a Tomasín.
-¡Ha dicho que somos muy pequeños!
-¡Y la chica ha sugerido que soy la novia de este tarugo, y me da igual!-Mariquilla señaló a Periquito.
-¡Eh!-se quejó este.
-¡Pero eso tiene lógica! ¡No que seamos pequeños, cuando ya vamos al instituto!
-¡Ten en cuenta que somos el primer curso de 1º de ESO, normal que piensen así!
Llegaron al mostrador.
-¡Un bocadillo de sobrasada, por favor!-pidió Mariquilla.
-¡Otro de jamón serrano!-dijo Tomasín.
-Vegetal-dijo Periquito.
Fueron servidos, y salieron al patio, mientras comían.
-Lo que tenéis que hacer es pasar de esas cosas, miradme a mí, ¡vivo tan tranquila!
-¡Anda, claro! Por eso casi le pegaste el otro día a esta, a la locuela de Désirée-le recordó Tomasín.
-¡Eso fue porque es muy pesada! ¡Está empeñada en que quiero quitarle su novio, o yo quién sé!
-¿Su novio?-preguntó Periquito.
-Es ese chico de la clase vecina, Julián. Viene simplemente porque nos caemos bien, le gusta ese tebeo de humor del que os he hablado… Será que le había echado el ojo, o lo que fuera, porque la chica tiene unos celos que no hay quien la aguante. La semana pasada…
-¡Helo ahí, al malvado!-señaló Periquito, y allí estaba su primo Andrés, divirtiendo a sus amigos.
Mariquilla se tragó con rabia sus palabras con el pan.
-¡Ah, ahí está riéndose ese listillo!-Tomasín levantó el puño en señal de amenaza hacia Caín, quien, en efecto, reía.
Ambos fueron corriendo. Mariquilla lamentó su estupidez una vez más.
-¡Ahí voy!-gritó Periquito, y volvió a utilizar su patada voladora.
-¡Al ataque!-gritó Tomasín, mostrando mucha originalidad, mientras se preparaba para embestir con su cabeza.
El grupo de chicos, consternados, se dieron la vuelta a tiempo.
-¿Pero otra vez? ¡Qué pesado eres!-sermoneó Andrés antes de esquivar a su primo hábilmente, quien fue a parar al árbol.
-¿Hum?-musitó Caín, en el banco, viendo una cabeza negra hacia él.
“¡Ahora conocerás el dolor!”, pensó Tomasín, pero se detuvo de inmediato.
Caín lo paró sólo con la mano izquierda, mientras con la derecha comía el bocadillo.
-¡Ten cuidado, que casi te caes sobre mí!-protestó.
Tomasín se quedó helado, sin poder decir nada.
-¿Estás bien?-preguntó Caín-A ver si le he hecho daño…-le comentó a Dani, a su vera.
Tomasín se sintió aún más ofendido.
-¡No, claro que no!-gritó, mientras daba un salto hacia atrás.
-¡Pues ten más cuidado, hombre, que casi me das!
“¡Maldito! ¡Es increíblemente fuerte! ¡Será mejor que me ande con cuidado!”, pensó, antes de ser derribado al suelo.
-¡Pero otra vez ella! ¡Miradlos, si es que van a matarse como sigan jugando así!-exclamó Caín, aunque fue irrelevante. Cuando todos vieron a Mariquilla volar alrededor del cuello de Tomasín, supieron que no auguraba nada bueno.
-¿Por… por qué a mí?-balbuceó como mejor pudo el pobre diablo.
-¡Porque eres el único que se tiene en pie!-contestó Mariquilla.
Lo cual era cierto, porque Periquito seguía tirado en el suelo.
-¡¿No se habrá hecho daño tu primo, tío?!-preguntó Luisma, asombrado.
-No sé…-respondió Andrés, dubitativo.
De pronto, alguien levantó a Mariquilla del suelo.
-¿Pero no ves que así acabarás haciéndole daño a alguien?-regañó seriamente Saray a Mariquilla.
Mariquilla vio esos ojos del color meloso de las semillas de cacao, y no pudo responder nada.
-¡Oh, lo siento!-dijo tímidamente.
-¡Serénate, o mejor todavía, apúntate a algún equipo deportivo! Ahí aprovecharás toda esa energía que tienes.
Mariquilla saltó al suelo ruborizada. Tomasín, mientras tanto, recuperaba el color. Periquito continuaba inerte, pero de pronto saltó y empezó a retorcerse.
-¡Se me han metido hormigas por el cuerpo!-gritó, exasperado.
Mariquita, Tomasín y Andrés no pudieron evitar carcajearse, mientras los demás, incluyendo a quienes no pertenecían al grupo, disimulaban un poco.

Tras el divertido recreo, los muchachos volvieron a la extraña aula de la pared curva.
-¡Jajajajajaja! ¡Qué gracioso es tu primo!-reía Clarisa.
-¡Sobre todo cuando se hace daño!-añadió Dani.
-Siempre ha sido así, generoso-admitió Andrés.
Fuera, en la penumbra, un joven de pelo ensortijado se retorcía de rabia.
-¡Estas cosas te pasan por ser un impulsivo!-le riñó Mariquilla.
Del interior vinieron más risas.
-¡Pues a mí me ha hecho más gracia el otro, el grandote! Tiene toda la cara del personaje que recibe golpes de modo cómico, ¿no creéis?-comentó Caín.
Fuera, otro joven, de piel morena, también se retorcía de rabia.
-¡Y a ti, por mendrugo!-le riñó también Mariquilla.
Finalmente, las carcajadas fueron amainando.
-Ahora, la chica es muy mona, las cosas como son-concluyó Saray.
Fuera, una joven se ruborizó. Sus compañeros la miraron envidiosos, por lo que les dio sendos codazos en los riñones. Resuelta, se dirigió a clase.

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De momento, ya está. Dentro de algún tiempo, haré cierto anuncio importante. No sé cuándo será, pero ocurrirá.

lunes, mayo 4

¡Cuarto aniversario! Sexta hilaridad

Bueno, el aniversario fue hace una semana, y de hecho la historia estaba casi completa, pero no del todo. Debido a la ruptura consecutiva de mis dos viejos ordenadores, me quedé temporalmente sin el sexto capñitulo (ahora tengo copia de sefuridad). Sin más, allá vamos:

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Sexta hilaridad

Hijos de un vicio mayor, o víctimas de los propios

La civilización siempre se ha desarrollado cerca del agua. Este hecho pasa fácilmente desapercibido a las generaciones que han tenido la suerte de conocer el agua corriente, y que, por ello, han condenado al ostracismo las fuentes naturales de la misma más inmediatas. La Ciudad del Churro no era una excepción, desde tiempos remotos, pero no inmemoriales, la localidad se había alimentado de una laguna, llamada del Espejo, por la fuerte impresión que les causó a sus fundadores ver sus propios reflejos mientras descendían por la cuesta que se oponía a la actual urbe.
Al menos, eso decía la leyenda. En el momento de los hechos descritos en estas páginas, era difícil comprobar su veracidad, debido principalmente a la contaminación que quitaba lustre a la superficie del agua. Las orillas de la laguna estaban llenas de desperdicios, como botellas de plástico y vidrio, latas, bolsas e incluso un neumático de camión, que flotaba cuando nuestros protagonistas lo encontraron.
Al final, Shasha no pudo venir, y se fueron antes de lo esperado, a las cinco y veinte, por la puntualidad de Saray. Paseaban en silencio, dejando que el atardecer bañara sus rostros. No obstante, a Clarisa le pareció que Saray estaba demasiado separada del grupo, y se acercó a ella. Saray se dio cuenta, y se amoldó a su ritmo.
Los demás peatones eran viejos, sobre todo, y alguna madre con hijos pequeños. No había nadie más de la edad del grupo. Saray decidió aprovechar que Caín se había parado para observar a un niño que saltaba sobre baldosas del mismo color.
-¿Te puedo hacer una pregunta sobre el Bad Boy Rodríguez 3, ¡digo, Tale of Snorf!?-dijo ella cuando lo alcanzó. Él entonces volvió a andar al ritmo de las dos.
-Sí.
-Estoy en la Isla del Trueque con Truco, ¿hay algún modo de continuar sin tener que vender a alguno de los personajes?
-No, no puedes.
-¡Qué gamberrada! Con razón te dice el pillo de Klaus que “I’m a really bad boy, so I’m letting you decide it.”
-¡Ya te dije que es lo peor! Es uno de los protagonistas más sinvergüenzas de la historia del ocio. Si llega a salir al mercado hoy, el Tale of Snorf habría sido el centro de la polémica.
-¡Hombre, es que está mal!-dijo repentinamente Clarisa-¡Es esclavitud, es inmoral!
-¡Mujer, el juego es humorístico!-replicó Caín-¡Además, no es mucho peor que otros que hay en el mercado!
-¡Pero es que está mal!
-También está mal matar, y no por ello, cuando alguien ve una película, deja de alegrarse cuando el malo muere, a veces de forma muy cruel-argumentó Saray.
-¡Mujer, visto así…! Ocurre…
Clarisa dejó la frase interrumpida, y se quedó mirando algo rarísimo. En uno de los bancos del paseo, había alguien durmiendo. Era un niño, de pelo castaño claro, extremidades cortas, gran cabeza y horriblemente feo. Para colmo, el niño estaba cubierto por una sábana formada por latas de cerveza vacías.
-¡Oh, no!-gritó entonces Caín. Corrió hacia el chaval. Dani lo persiguió, pero para acompañarlo. Los demás no comprendían qué ocurría.
-¡Despierta, Penco!-gritó Caín cuando llegó al banco, y se subió al asiento para quitar a patadas todas las latas. Dani examinó al chico, le apartó el flequillo para verle la cara.
-¡Venga, Penco!-le dijo Dani. El resto del grupo se quedó parado.
-¿Soy yo, o le llaman Penco?-preguntó Clarisa.
-Eso parece…-comentó Andrés.
-¡Avisemos a una ambulancia!-propuso Saray.
No obstante, el muchacho despertó por las acciones de Caín y Dani. Abrió los ojos de una vez, y se incorporó de un salto. De pie, todos pudieron apreciar que además era pasicorto, y nervioso como pocos. Jamás mantenía la mirada en una dirección concreta más de un segundo, y ojeaba tan rápida y continuamente que provocaba mareo con sólo verlo.
Ese chico era el Niño Penco, como todos le apodaban, debido a su torpeza, causada por una absoluta falta de concentración cuyo origen era el consumo de alcohol y, ocasionalmente, otras sustancias. A pesar de esto, todos lo tenían como un juerguista y un chaval de puta madre, y es que el Niño Penco no se metía con nadie, e incluso tenía conversación y una opinión para todo (esta solía ser “¡Ergh!”).
-¡Señor, cuánto he dormido!-comentó, quizás risueño, aunque parecía tener una sonrisa torva. Su cabeza giró hacia Caín, y tras cambiar de dirección tres veces, le dedicó un ditirambo.
-¡Oh, Caín!-dijo entonces-¡Gracias por despertarme, te lo agradezco! ¡Dime que además tienes algo de comer, y te lo agradeceré de corazón!
-¿No has comido?-preguntó Saray.
El Niño Penco observó con extrañeza a la chica, pero tuvo una revelación.
-¿Es tu novia, Caín?-dijo, con total sinceridad.
Caín abrió los ojos asombrado, pero se echó a reír, como todos menos Saray, que seguía preocupada.
-¡En tu casa te echarán de menos!
-¡No, no creo! Mi madre está acostumbrada, y a mi padre le da igual. ¡Por cierto, Caín, ¿has visto a mi padre últimamente?!
Caín se sulfuró, y Clarisa pudo apreciarlo. ¡Todo se había ido al garete!
-¡Ni siquiera veo al mío desde hace semanas! ¡Como para preocuparme por el tuyo!-le espetó, y el Niño Penco saltó hacia atrás.
-¡Oh, lo siento!
-¡Mis padres se han separado! ¿No te ha contado eso el tuyo?
-¡Mmmm…!-el Niño Penco se cruzó de brazos al cruzar-¡No, para nada! Y mira que van siempre juntos…
-¿Se conocen… vuestros padres?-preguntó Clarisa.
-¡Sí, son compañeros de parranda!-contestó el Niño Penco.
-¡Di más bien que son compañeros de borracheras!-contestó Caín.
-¿No es lo mismo?-preguntó el Niño Penco.
-No necesariamente-dijo Saray.
El Niño Penco la miró como si hubiese dicho una herejía.
-¡Qué desastre! ¡Pobre chico! ¡No sabe divertirse sin alcohol!-lamentó Saray.
-¡Como la mayor parte de la gente de este país!-dijo Andrés, con tranquilidad.
-¡No, también está el fútbol, la música, la televisión…!-empezó Clarisa.
-Los videojuegos…-continuó Dani.
-La literatura, los tebeos, el internet…-siguió Caín.
-¡Y hacerse unas pajillas!-concluyó Luisma.
Todos lo miraron con reparo, y una señora se volvió hacia ellos de lado, pero reanudó su camino de inmediato, convencida de que había oído mal.
-Hombre, habría sido algo más elegante nombrar el dibujo, el teatro, los juegos de rol…-propuso Saray.
-¿Juegos de qué?-preguntó Clarisa.
-De rol.
-Es un tipo de juego en grupo, Clarisa-le explicó Caín.
Antes de que Clarisa pudiera aprender más, Andrés quiso saber algo más del Niño Penco.
-¡Hey, chaval!-le dijo amigablemente-¿Cómo te llamas?
El Niño Penco se volvió a él. Andrés creyó haberse dado cuenta de la razón por la cual era apodado así. Aunque estuviera frente a su interlocutor, el Niño Penco sólo lo miraba a los ojos una de cada siete veces, pues no paraba quieto. Se figuró que ese era el motivo.
-¿Y tú quién eres…?-inquirió extrañado el pequeño, dando muestras de una sana desconfianza.
-Yo me llamo Andrés, ¿y tú?
-Yo no.
Todos se quedaron impresionados por la falta de luces del infante.
-¡Tócate los huevos…!-le espetó Clarisa, pero calló al acordarse del pene de Caín. Se dio golpes en la frente, intentando olvidar el bulto. Luisma, perplejo, no entendía nada en absoluto.
-A ver, él se llama…-Dani lo pensó un buen rato.
-¿Tú tampoco lo sabes?-preguntó Andrés.
Dani siguió pensándolo, y al final respondió.
-¿Crisógono…?-probó.
El Niño Penco redobló su viraje ocular, alterado.
-¡Ergh!-clamó.
-Me da a mí que no…-se disculpó Dani, aunque no consiguió evitar que los demás lo consideraran algo gilipollas.
-¡Anda ya!-lo abroncó Caín-¡Ese era el chico nuevo que conocimos en quinto!
-¿Hay gente que se llama así?-preguntó Luisma, como si hubiese oído que llegaban los marcianos.
-Sí, era de un pueblo. Se cambió de colegio no por haberse mudado, ni por problemas en el anterior, sino porque cerró.
-¿Cerró?
-Sí-continuó Dani-Verás, su pueblo es de los que están siendo abandonados. Él era el habitante más joven, ahora que recuerdo… A los niños los tenían todos en la misma clase, en mesas según su curso-los demás no dieron crédito a lo que oían-, y así fue hasta que quedaron… ¿doce niños?
-No-corrigió Caín-, había doce el último año que asistió. Quedaron tres.
-¡Eso! En ese momento, tuvieron que cerrar ese colegio, y los alumnos se fueron a otros. El tío recorría tres kilómetros todos los días por esa mierda, ¿os lo podéis creer?
Efectivamente, no se lo podían creer.
-Bien, pues esa es la historia de Crisógono… A propósito, ¿a santo de qué hemos sacado este tema?-preguntó Dani.
-Yo quería saber el nombre del muchacho-respondió Andrés, y señaló al Niño Penco.
-¡Cierto! ¡Es curioso cómo hemos olvidado el tema, a pesar de tenerlo delante…!-comentó Saray, observando el frenético movimiento del protagonista de la charla.
-¡Jamás me ha hecho falta decir mi nombre!-declaró repentinamente el Niño Penco, con cierto orgullo-¡Se debe a mi carisma, que supera las fronteras de un vulgar nombre!
-¿Pero tú sabes qué significa “penco”?-le preguntó Saray.
-Torpe-respondió él.
-Más o menos, sí...
-¿No te molesta…?-preguntó insegura Clarisa.
-¡No! Tampoco es tan raro. Lo mismo podrían haberme llamado Niño Borrachín, o Niño Litrona.
-Visto así…
-Bueno… Ya puestos, creo que lo suyo es acompañarte a casa-le ofreció Caín al Niño Penco.
Este no lo esperaba.
-¿¡Ergh!? Estoy bien, no te molestes…
-¡No, no vaya a ser que te sientas mal por el camino! Has dicho que no has comido…-comentó Saray.
-¡Y además, ya damos el paseo!-dijo Luisma.
-¿Dónde vives?-preguntó Andrés.
-En La Costa Este.
-¡No puede ser!-dijo Luisma-Ahí, lo único que hay son chabolas… ¡Oh!
Todos se quedaron mudos.
-¡No os preocupéis, son buena gente!-dijo apresuradamente Caín.
-Sí, bueno, ya sabéis, gente… que no puede permitirse algo mejor por cobrar un sueldo de mierda-explicó Dani-El problema es que algunos son unos borrachos que no trabajan, ¡claro!-y miró por el rabillo del ojo al Niño Penco.
-¡Eh, mi padre sí trabaja! ¡Es perito cartonero!
-¡Ya, claro…!-dijo Caín con sarcasmo.
-¿Qué es eso de perito cartonero?-musitó Saray para que no la oyera el Niño Penco, quien discutía con Caín.
-Que recoge cartones, rebusca en basura y demás-le respondió Dani.
-Oye, ¿y tú cómo conociste a este chaval?-preguntó Luisma, también por lo bajo.
-No hace mucho, venía de vez en cuando a la casa de Caín. ¡La verdad es que es un personaje, apenas te aburres con él!
Mientras continuaba la discusión, mediada por Andrés, siguieron el paseo en la misma dirección, hacia la Costa Este. Esta fue concebida como una zona de disfrute, y un lugar pintoresco para el turismo, pero hacía unos doce años esta fue “poblada” por desesperados que aprovecharon la laxidad de las leyes, y la tolerancia del gobierno de la ciudad, que se excusaba en la “solidaridad” (consistente, básicamente, en que este no hace nada, y los ciudadanos aguantan lo que hay) hacia los necesitados. Al parecer, no era “solidario” convencerlos de que las zonas públicas estaban fuera de la “especulación” (o invasión, que dicen otros).
Por otra parte, y aunque era un sitio de mala fama, realmente no sucedía nada demasiado grave. Lo más seguro, por si acaso, era ir con alguien conocido en el barrio.
Ya estaban cerca, cuando Penco señaló su casa.
-¡Ahí vivo yo!-declaró.
La chabola parecía a punto de venirse abajo en cualquier momento. La pared derecha estaba increíblemente inclinada de modo convexo. Una cortina corredera de color azul marino hacía la función de puerta, y los paneles negros del tejado daban la impresión de bambolearse sobre las paredes amarillentas, que en algún momento fueron blancas.
-¡Pasad, pasad!-invitó el Niño Penco.
-¡No hace falta, esperaremos fuera!-dijo Saray.
Al final entraron Caín, Andrés y Clarisa. Se vieron en una habitación pequeña, con un suelo de material prefabricado, unas cuantas sillas, y una mesita que hacía de comedor.
-¡¿Dónde has estado?!-rugió una madre pequeña, rubia, de piel morena. Rasgos juveniles, como una nariz y unas orejas pequeñas, se entremezclaban con otros maduros, como arrugas.
-¡Por ahí!-contestó, sin dejar de mirar a todas partes, el Niño Penco.
Si su madre no le pegó, fue porque vio a las visitas.
-¡Ah, me lo has traído tú, Caín! ¡Te lo agradezco! ¡Este niño sigue los pasos de su padre…! ¡Aprende de él!-le conminó al Niño Penco-¡Él no sigue el mal ejemplo paterno!
-¡Ergh!-respondió el Niño Penco.
-¡Oh, no es nada!-contestó Caín, humildemente.
-¿Qué tal les va a tus padres?-preguntó la mujer.
-Bueno, como se han separado…-comenzó Caín, pero fue interrumpido.
La madre del Niño penco se consternó.
-¿Se han separado…? ¡No… no lo sabía!
-¡Yo me he enterado hace poco, también!-comentó el Niño Penco-Por lo visto, o papá no se ha enterado, o no va con el de Caín desde hace tiempo…
-¡Un momento…! Entonces, ¿con quién anda mi marido?
Caín levantó las manos, dando a entender lo evidente.
-¡Este hombre va a acabar conmigo!-lamentó, llevándose las manos a la cabeza-Pero bueno, gracias por traérmelo… Y a vosotros dos también… ¿Cómo os llamáis?
-Clarisa.
-Andrés.
-Yo, Alejandra.
Caín hablaba aparte con el Niño Penco, parecía estar aconsejándolo.
-Bueno, me voy-anunció-Si quieres, Alejandra, puede venir a mi casa mañana-comentó, señalando al Niño Penco.
-Mira, es mejor que vaya contigo a que vuelva a estar todo el día perdido.
Se despidieron, y salieron del barrio chabolista.
-Desde luego, llevabas razón-le comentó Caín a Clarisa.
-¿En qué?
-En que no debería preocuparme tanto. Bien mirado, lo que ha ocurrido era lo mejor que podía pasar. Si hubiera tenido que seguir aguantándolo, habría acabado medio loco.
-Bueno, sí, pero me da lástima esa familia-dijo Clarisa.
-Es inevitable, la única manera de no hundirse uno mismo es saber que otros lo están por motivos iguales, o peores, que los nuestros-declaró Saray.
-No estoy de acuerdo con eso que dices-dijo Dani-, mucha gente tiene un día feliz, y se entristece cuando oye de algún suceso desagradable.
-Lo que quiero decir es que muchas personas sufren innecesariamente, porque creen que son las más desgraciadas.
-Saray, en eso consiste estar deprimido, en no poder pensar claramente-replicó Andrés.
-Eso es diferente, yo me refiero a quienes hacen un drama por costumbre.
-¿Por costumbre?-preguntó Caín.
-Mi vecina, por poneros un ejemplo, siempre está contándole al que pilla su vida desgraciada.
-¿Qué le ocurrió?-preguntó Clarisa.
-Pues cuenta que tenía un hijo muy bueno, estudioso y trabajador. No obstante, ese mismo hijo, debido a que frecuentaba malas compañías, acabó muy mal, por lo que no pudo llegar a la universidad en su año.
-¿Tanto tardó?-preguntó Caín.
-Un año.
-Tampoco es para tanto, simplemente se pasaría el último año del instituto haciendo el ganso con sus amigotes-dijo Clarisa.
-¡No, qué va! Lo que os he dicho es lo que cuenta, no lo que ocurrió.
-¿Qué pasó, pues?-preguntó Andrés.
-Simplemente se fue a cenar con una amiga suya pocos días antes de Selectividad, con tan mala suerte que la comida estaba en mal estado por un problema relacionado con una huelga de transportistas, creo. El pobre pilló una enfermedad horrorosa, que lo tuvo cinco meses en fiebres y delirios.
-¡Joder, qué mala suerte!-lamentó Dani-Vamos, que no pudo presentarse a Selectividad porque estaba fatal, simplemente. ¡Para colmo, le echa la culpa a la chica!
-Pues lo más sangrante es que la chica… ¡es la novia actual del hijo!
-¡Buf, qué mujer más insoportable debe de ser!-suspiró Clarisa.
-¡No te puedes hacer una idea! En realidad, esto lo sé por mis padres… Deberías verla cuando se acuerda de su hermano, el que se quedó inválido del servicio militar.
Andrés sacudió la cabeza.
-Pero sigue sin ser lo mismo: Esa mujer gusta de dramatizar, pero no está realmente hundida.
Saray pareció admitir su argumento.
-¿Os hacen unos recreativos?-preguntó Dani.
-¿Por qué no? ¡Es mejor que discutir acerca de las desgracias!-admitió Caín.
-¿Aún existen recreativos?-preguntó Saray, asombrada.
-Uno queda, que conocemos-explicó Dani.
-¿Pero con recreativas actuales, o de los que se quedan congelados en el tiempo?-preguntó Andrés
-¡No pidas tanto!-se quejó Caín.
Clarisa, sin embargo, apenas entendía algo. Luisma, por su parte, se despidió, pues había quedado con un amigo suyo.
Llegaron a un antro perdido en una callejuela del centro. En el interior, recreativas viejas y polvorientas formaban una orquesta estridente. Vieron a dos conocidos, Vilma y Rafael.
-¡Eh, qué tal! ¿Jugando al Pang?-saludó Dani a Vilma.
La chica rubia apenas se volvió, tenía los ojos fijos en la pantalla.
-Sí, a ver si consigo los récords.
-¿Los récords…?-preguntó Clarisa, con duda.
-¡Ah, hola!-dijo Vilma, quien dejó de mirar en un momento-Cada vez que vengo, marco el mejor récord. Sólo me falta uno más, y entonces en la pantalla de récords sólo saldrán mis tres primeras letras, ¡ja!
-¿Cuántos salen en la pantalla?-preguntó Clarisa, consternada.
-Cincuenta-respondió Andrés.
-¿Y tú, Rafael? ¿Qué, has podido llegar al fin a Sagat?-preguntó con sorna Caín.
-¡Déjame en paz!-respondió este, enfadado-¡Ya verás cómo llego, y lo venzo!
-¡Pobre diablo! Mira que no haber llegado aún a ese enemigo…
-Y eso que tiene cuatro botones-añadió Dani.
-¿Qué tiene que ver?-preguntó Clarisa.
-Verás, para jugar bien al Street Fighter II es aconsejable usar todos los golpes, para lo que necesitas seis botones. No obstante, las máquinas en España sólo tienen la mitad, o como Rafael, cuatro. Vamos, que juega con desventaja, pero mejor que lo habitual-explicó Caín.
-¡Oh…!-contestó Clarisa, sin más.
-¡Esa mesa está libre!-señaló Dani.
-¡Bien! Hace tiempo que no juego a esto-comentó Caín.
Era una tabla de hockey de aire. Las mazas colgaban de un lado de tablero de juego.
-¿Quién empieza?-preguntó Dani.
-¡Tú misma, Clarisa!-dijo Andrés.
-¡Vale! ¡Pero contra Caín!-respondió ella.
-¡Te vas a enterar!-contestó él, desafiante.
Tomaron las mazas, y se enfrentaron. Lucharon con denuedo, con el objetivo de marcar los siete goles que les daban la victoria.
-¡Maldita!-rugía él.
-¡Ahora verás!-amenazaba ella.
Los dos golpeaban el disco con furia, pero con control. Finalmente, un rebote inesperado le dio el primer tanto a Clarisa.
-¡Olé!
-¡Mierda!
Caín decidió no quedarse atrás, y cuando depositó el disco sobre el tablero, lo golpeó con saña. El disco, rápidamente, se dirigió al lado contrario. Clarisa intentó interceptarlo, pero le fue imposible. No obstante, no desesperó: sabía que el disco chocaría contra la pared, y no rozaría siquiera la portería.
-¡Ja!-rió ella.
Pero Caín estaba concentrado. El disco rebotó hacia la maza de Clarisa. Cuando Clarisa percibió el impacto, fue tarde. El disco había chocado contra su mano desde detrás, y se coló por su portería.
-¿Eh? ¿¡Será posible…!?-maldijo ella.
-Lo cierto es que desarrolló esta técnica tras jugar incesantemente contra mí-explicó Dani.
-Tienes buena mano, Clarisa-dijo él sarcásticamente.
Ella se airó.
-¡Vale, ahora voy en serio!-gritó, y golpeó el disco con rabia. Lamentablemente, la precisión no fue la mejor, y falló en trayectoria y velocidad. Caín le devolvió el disco con vigor.
-¡Para esa!-gritó él, entusiasmado. Clarisa lo obedeció, pero no pudo darle ninguna trayectoria al disco, que fue de un lado a otro con mientras describía problemas de trigonometría. Caín esperó pacientemente, y entonces volvió a golpear el disco de la misma manera.
Quedaba claro que Caín apostaba por la potencia para desconcertar a su adversario, mientras que Clarisa apostaba por la técnica, y le gustaba apuntar a las esquinas de las porterías.
Clarisa dio un golpe para reducir la velocidad del disco, y apuntó a una esquina.
-¡Ahora sí!-gritó ella, y volvió a golpear con impulso.
Aunque lo realizó perfectamente, Caín lo vio venir, y detuvo el gol, devolviendo el disco. Clarisa se dio por contenta.
“Era imposible que volvieras a golpearla del mismo modo”, pensó ella. “Es imposible golpear así sin calcularlo, y ahora no puedes.”
Clarisa movió la maza en un cuarto de círculo, y golpeó el disco para enviarlo a la otra esquina. Caín no pudo evitarlo, y ella volvió a marcar.
-¡Hurra!-clamó ella.
-Aún queda partido-dijo él, sonriente. Así, la victoria sería más divertida.
Decidió darle cancha, no usar toda su potencia para no quedar exhausto. Esperaba poder encontrar un hueco en su defensa que le permitiera atacar con todo su furor. No obstante, acabó dándose cuenta de que Clarisa era el tipo de persona con una gran resistencia.
“¡Aún así, es muy impulsiva! Debo engañarla… No se lo pensará dos veces.”, pensó él.
Así, de pronto rechazó el disco con energía hacia una esquina del tablero, descaradamente. Dicha esquina se situaba al lado derecho de Clarisa, donde sostenía el maza.
-¡Ahora no será igual!-anunció ella, y devolvió bien, hacia una esquina de su portería, ahora desprotegida. Caín, sin embargo, predijo su acción.
“¡Eres mía!”, pensó.
Rápidamente, giró la maza en el sentido de las agujas del reloj, y golpeó el disco, de modo que su trayectoria hizo un ángulo prácticamente recto. El disco se coló por la esquina de la portería de Clarisa. Ella no pudo evitarlo, Caín había adelantado su golpe unos treinta centímetros antes de lo habitual.
-¡Traidor!-gritó ella.
-¡Déjate de cuentos!-replicó él.
Los tantos siguieron aumentando, mientras los contendientes empezaban a usar trucos más descarados, como casi saltar sobre el tablero para llegar lo más lejos posible.
-¡Ríndete!-decía él, sudoroso.
-¡Jamás!-respondió ella, jadeando.
“¡Bien! Ha llegado mi hora, ha durado mucho más de lo que esperaba, pero al final se ha quedado sin fuelle.”, pensó él, y preparó el contraataque. Dio un golpe inesperadamente fuerte. Clarisa intentó evitarlo, pero no pudo.
“¡No pasa nada, va al tablero!”, reflexionó ella.
Pero Caín no esperó que Clarisa no contraatacara, y el disco volvió con mucho vigor hacia su portería. La sorpresa le impidió pararlo.
Clarisa empezó a reírse, mientras Caín maldecía furiosamente. El público se quedó pasmado.
-¡Ahora voy en serio!-rugió él.
-¡Aquí estoy!-invitó Clarisa, risueña.
Caín lanzó el disco con ira, y Clarisa lo paró como tuvo. Rápido como una serpiente, el brazo de Caín interceptó el disco con un golpe seco, y este despegó de la superficie de juego.
Caín se quedó absorto mientras veía el disco volar, y Clarisa sólo pudo apartarse, estupefacta. El disco salió volando hacia un chaval que jugaba en una recreativa del Peggen 4.
-¡Cuidado!-le gritó Andrés, y el chico se volvió a tiempo para ver el disco. Se quedó aterrado, pero Andrés lo salvó del golpe.
-¡Lo siento, de veras!-se disculpó Caín.
-¡Falta! ¡Exijo penalti!-reclamó Clarisa.
-¡No te pases!-dijo él.
-No sé, Caín, pero me parece que lleva razón-dijo Saray.
-Sí, la falta es falta aunque sea involuntaria-afirmó Dani.
-¡Putos! ¡Va, da igual, no me das miedo!-aceptó Caín.
Andrés puso el disco en el centro exacto entre el medio tablero y la portería de Caín. Clarisa se adelantó para poder tirar. Ambos se concentraron: Ella, porque sabía que si fallaba, podía salirle caro. Él, porque era difícil.
Clarisa tiró bien, pero mejor interceptó Caín. De nuevo, el disco despegó. Pero ahora, no tocó el tablero hasta que entró por la portería de Clarisa.
-¡No lo puedo creer!-lamentó Clarisa.
-Si te soy sincero, yo mismo tampoco-admitió Caín, consternado.
-¿Cuál será la probabilidad de que ocurra algo así?-preguntó Saray.
-Ni idea… ¿Una entre un millón?-sugirió Dani.
-¡Fascinante…! ¡Tengo que jugar contigo, Caín!-comentó Andrés, consternado.
-Me refiero a ambos tiros volantes seguidos, más que entre justamente en la portería-añadió Saray.
-Ya lo sé-dijo Dani-Hay mucho burro por ahí suelto, y basta que el disco se deteriore por un lado para que esto pase con mayor facilidad.
Volvieron a ponerse en juego, se disputaban los últimos tantos. De pronto, Clarisa perdió la maza.
-¡Oh, no!-lamentó. Caín golpeó el disco antes de darse cuenta, y se quedó mirando con cara de circunstancias. Clarisa tuvo que actuar rápido. Se balanceó sobre la esquina del tablero hacia el mango, y lo cogió con la mano izquierda. El disco estaba cerca de la portería. Sabedora de que no podía pararlo, lo desvió desde detrás, desde el sentido de su contrario. El disco fue con un impulso mayor a la esquina del tablero.
Así, el disco llegó cerca de Caín, y Clarisa recuperó su sitio. Caín dio un primer golpe para reducir su velocidad, y volvió a hacerlo para dirigirlo a la esquina izquierda de la portería de Clarisa.
“¡Leches, no ha cambiado de mano!”, pensó, asombrado.
Ella golpeó, y Caín experimentó la sensación de luchar contra un zurdo. Desacostumbrado, perdió el control y el juego. Clarisa le había ganado por sólo dos goles.
-¡Hurra!-gritó ella.
-Sí, has jugado muy bien-dijo Caín-Ha sido divertido, pero la segunda vez no será igual.
-¡Jujuju! ¡No creas, yo también he aprendido de ti!
-¡Ahora yo!-dijo Andrés.
-Tengo el brazo molido-dijo Clarisa.
-Gracias, pero tengo sed. Voy a comprar algo-dijo Caín.
-¡Invítame a algo!-exigió Clarisa.
-¡Bah…!-dijo él, y discutieron.
-¿Quién, entonces?-preguntó Andrés.
-¡Yo!-contestó Dani-¿No te importa?-añadió a Saray.
-¡No, jugad!-indicó ella.
El partido que disputaron no fue tan divertido como el anterior, ya que la diferencia entre Andrés y Dani era demasiado obvia. El momento más señalado fue cuando Dani logró confundir a Andrés, y le coló un gol por el borde tras usar intencionadamente la esquina.
Finalmente, Andrés lo venció con gran diferencia.
-Has empeorado desde que empezamos el curso-dijo Caín-Demasiadas juergas.
Sorbió un refresco de cola.
-¡Qué poca habilidad ha demostrado! ¿Seguro que es tu gran rival?-preguntó Clarisa.
Bebió un refresco mineral de naranja.
-¡Callaos! No sabéis lo difícil que es recuperar fuerzas en sólo cinco horas de sueño para estar de marcha toda la noche.
-¡Ya…!-ironizó Caín.
-¡Si tú lo dices…!-dijo Clarisa de falsete.
Saray parecía sentirse aparte.
-¿Seguro que no quieres jugar?-le preguntó Andrés.
-Es que no me gusta demasiado-contestó ella-Prefiero el billar-señaló una mesa que iba a quedar libre.
-Pero somos impares, para jugar por equipos no vamos bien-dijo Dani, y entonces vio que Rafael deambulaba cerca.
Caín se giró para verlo mejor.
-¿Qué tal te ha ido?-le preguntó Caín.
-¡He ganado! ¡Ha habido un noqueo doble, pero le he ganado!
-¡Mola!-dijo Dani.
-Bison es, si lo llevas bien, más fácil de vencer-comentó Caín.
-¿Te apuntas a jugar, Rafael?-ofreció Andrés-Nos falta uno para hacer un equipo.
-¡Me gustaría, pero no me queda ni un pavo!-dijo él, desolado.
-¡Te invito, hombre!-comentó Dani-¡Como premio por haber ganado al fin!
-¡Muchas gracias!
-Bien, veamos… ¿A quién se le da bien jugar?-preguntó Andrés.
Sólo Saray y Dani levantaron la mano.
-¡Vale, pues cada uno en un equipo!-concluyó.
-¡Yo voy con Dani!-dijo Rafa.
-Yo prefiero ir con Saray-dijo Clarisa-¡Únete tú también, Caín!
-¡Vale!-gritó este, entusiasmado.
-Yo me voy con vosotros dos, pues-dijo Andrés.
Echaron a suertes quién empezaba con el relativamente desconocido método de lograr que un chicle se quedara pegado al techo. Clarisa era hábil en ese arte, y ganó, pero dejó que sacara Caín.
-¡Ten cuidado, ¿eh?!-le advirtió Clarisa-No te pases, que eres capaz de meter la negra antes que ninguna.
-¡Tranquila!-dijo él, sacando la lengua. Clarisa volvió junto a Saray.
-¿No te parecen curiosas las personas que sacan la lengua antes de hacer nada?-preguntó Clarisa.
-En mi opinión, es un instinto que viene de la parte más primitiva del ser humano, como el que los niños se lleven las cosas a la boca…-respondió Saray.
Caín tiró con energía, pero moderadamente. Las bolas se desperdigaron velozmente, con resultado dispar: entraron dos bolas lisas y una rayada.
-¡Bien, puedes tirar de nuevo!-celebró Clarisa.
-¡Nanay, ha metido una de las otras!-se quejó Dani.
-Se compensa porque ha metido después una bien-comentó Saray, y señaló las tres bolas introducidas. La rayada estaba entre las otras dos.
-¡Dita sea su estampa! Vale, ¡pero que no vuelva a hacerlo!-admitió Andrés.
Caín volvió a tirar, y se las arregló para poner varias bolas de su color cerca de huecos.
“¡Maldito, tiene la suerte del principiante!”, pensó Dani, fastidiado.
Fue su turno, y se las arregló para meter una bola con carambola, de modo que apartó una bola de los contrarios al otro lado. Dani sonrió, complacido.
“¡Hala, qué hábil es!”, admitió Clarisa.
Caín no se sorprendió, sabía de su habilidad. Saray tampoco pareció impresionada.
-¡Mirad y llorad!-de un tiro, Dani fue capaz de introducir una bola más, y preparar otra para el turno siguiente.
-¡Mola!-exclamó Andrés, contentísimo.
-¡Sigue, sigue!-lo animaba Rafael.
Dani metió otra más, pero tuvo las cosas más difíciles en el siguiente tiro, y sólo pudo ver cómo su bola se quedó cerca del hueco.
-¡Os toca!-comentó, sin más.
Clarisa fue la siguiente, y no pudo meterla, pero pudo tener turno. Andrés, a continuación, tuvo buena suerte y metió otra. En su siguiente turno, la perdió.
“¡Vamos ganando! Ellos han metido dos, y nosotros, cinco”, reflexionó ufano Rafael.
Saray tomó el taco de manos de Clarisa. Examinó la situación de las bolas, midió ángulos con el taco, y pareció reflexionar. Finalmente, se dispuso a golpear la bola blanca.
“¡Bah, se va a limitar a lo fácil, a esa bola!”, pensó Dani. Una de las bolas enteras había quedado libre para entrar tras el tiro de Andrés.
Sorprendentemente, la bola blanca pasó al lado.
-¡Falló!-gritó Dani, sin evitar su regocijo. Pero su regocijo se fue de inmediato.
Una hábil carambola introdujo dos bolas enteras en sendos huecos inmediatos. Saray volvió a estudiar la situación, y entonces metió otra bola difícil. Finalmente optó por la más fácil. Con los dos turnos sobrantes, decidió mejorar la situación a su favor como pudo.
Caín estaba asombrado, y Clarisa ya cantaba victoria. Rafael se quedó espantado, Andrés patidifuso, y Dani disimuló su preocupación.
“¡Mejor así, con una buena rival!”, quiso convencerse.
Quedaban dos bolas que meter a su equipo, así que se concentró para su turno.
“Basta con esperar. Ya hay pocas bolas y es fácil conseguir resultados. Basta que Rafael mueva las bolas, es difícil que pueda estar peor la situación”, decidió. Sabía que no tendría otra oportunidad, porque Saray podía sentenciar el resultado.
Rafael tiró al fin, pero lo hizo mal, y le dio a la bola ocho. No obstante, la trayectoria que siguió movió las dos bolas rayadas restantes del modo más adecuado.
Fue el turno de Caín, que miró su bola, y el que le pareció el hueco más razonable. Estuvo un buen rato mientras decidía cómo tirar, y se decidió. Falló, pero la carambola hizo que se metiera en otro hueco.
“¡Tiene una suerte diabólica…!”, pensó Dani. “¡Pero bueno…!”, se dio cuenta entonces.
-Caín…-empezó a decir Clarisa.
-¿Sí?-preguntó él.
-Tienes que meter la bola negra en ese mismo agujero.
Caín se quedó boquiabierto.
-¡Ah, sí! Ya no me acordaba.
Por supuesto, la bola ocho estaba bastante inaccesible en un solo tiro. Clarisa se llevó las manos a la cabeza. Saray mantenía la sangre fría.
Ufano, Dani se preparó bien, e introdujo las dos bolas, una tras otra. La bola ocho estaba difícil, pero él podía.
“¡Ya está!”, pensó, pero algo inesperado ocurrió. Una segunda bola blanca entró, dio un golpe a la ocho, y se coló antes de que nadie pudiera evitarlo. Todos se quedaron de piedra.
-¡Ahí va, qué mal le he dado!-gritó un individuo adulto, con cara de pardillo-¡Perdonad, ha sido un accidente! ¿Ha pasado algo?
Ninguno tuvo ánimos de responderle. Finalmente, el resultado fue empate por injerencia de un jugador de la mesa vecina. La bola ocho, quizás porque el destino es irónico, o el azar es un guasón, se coló justo por el hueco situado entre los objetivos de los jugadores.
-¿Alguien tiene ganas de más?-preguntó Andrés.
-La verdad, a mí me esperan en mi casa-dijo Saray.
-Yo tengo que cuidar a mis sobrinos-dijo Clarisa.
-Dentro de poco, me iré de juerga-comentó Dani.
-Yo, en principio, no tengo nada que hacer-dijo Caín.
-Yo tampoco, pero los dos solos será algo aburrido-comentó Andrés.
-¡Lo hemos pasado bien, que es lo que cuenta!-comentó Clarisa.
-¡Sí!-confirmó Saray.
-Pues nada, cada cual a su madriguera… Caín, mañana iré a tu casa, ¿vale?-dijo Dani.
-Sí, estaré con el niño Penco.
Se despidieron, así como de Rafael, que iba a ver a un amigo suyo. Mientras salían, vieron a Vilma.
-¿Has marcado el nuevo récord?-le preguntó Dani.
-¡Sí!-respondió, con los dedos en señal de victoria-¡A partir de ahora, sólo se leerán mis iniciales!
-No es por nada, pero los récords se borran cada tres meses… ¿Lo sabías?-le dijo Caín.
-Sí, lo he grabado con el móvil-respondió ella, pizpireta-A partir de mañana, me concentraré en el Snow Bros…
-¡No tiene remedio!-comentó Dani, impresionado.
Así, cada cual fue a su casa.

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Dentro de poco, otro especial por un motivo diferente.