lunes, diciembre 24

Mientras tanto, en el Vaticano...

Cuando los informativos abrieron su parrilla (¡Qué término más horrible, señor!) con la noticia de que el Papa negaba la presencia de la mula y el buey durante el nacimiento de Jesús, la verdad es que me hizo mucha gracia. La gente se pasmaba de lo que cualquier persona con cierta cultura debería saber: que todas las religiones sonsincretismos de diversas tradiciones y por ello el conjunto final sienta como leerse de una sentada todos los números que haya de una colección de superhéroes. Es decir, es la obra de varios autores en torno a cierta idea común, pero abunda en contradicciones, versiones alternativas y hasta personajes que reviven después de haber muerto.

Me lo pasaba pipa, en fin, con los noticiarios presentando, como si fuera la última novedad, que ese conjunto de libros llamados la Biblia no cuenta casi nada de lo que se da como hechos incontrastables, como la Santísima Trinidad, introducida en un versículo muy tardíamente, o el celibato de los sacerdotes, contradicho en otro. No pude evitar pensar en lo que comentaba Eduardo Robredo Zugesti en su blog, La revolución naturalista, sobre que los ateos suelen, de media, saber más que los creyentes de religión: tanto de teología, como de historia y de las relaciones con otras creencias (mitraísmo y zoroastrismo, sin ir más lejos). A esto se podría responder que los que se declaran oficialmente ateos son menos y suelen tener cierta formación frente a la poco clara masa de creyentes, muy heterogénea y que quizás de teología no entiende más que de evolución a nivel universitario.

No obstante, me han pillado. El Papa me ha sorprendido con otra declaración hasta tal punto que casi hizo que me cayera del susto: ¡¡Los Reyes Magos eran andaluces!! ¡¡¡Concretamente, de Huelva!!! Mientras intentaba recuperar la verticalidad, el telediario siguió con que, después del despido improcedente de las bestias del pesebre, el Papa volvía a consternar al mundo con otra de las revelaciones de su libro, La infancia de Jesús. A mí lo que me preocupaba era más bien otra cosa. Concretamente, ¿de dónde se había sacado el Papa esta idea? Dios me libre (¡Euh…!) de querer discutir de teología con Benedicto, porque para empezar me barrería en latín y griego, pero tampoco me impide preguntar cuáles fuentes emplea para hacer una revelación tan sorprendente. Desgraciadamente, el noticiario se limitó en el ya citado libro, así que la cosa quedó en un “el Papa ha dicho que los Reyes Magos eran de Huelva/Andalucía” y la cosa pasó a preguntarle a los viandantes del sur su opinión al respecto. Nada tengo en contra de que los diarios hagan este tipo de consultas, pero una noticia es más que eso, me parece. Como que esto debería ser la coda de la propia noticia, ¡vaya!

Defraudado, acudí a la prensa escrita para poder satisfacer mi curiosidad. ¡Ah, amigo! Los Reyes Magos eran de Tartessos (Tarsis), más bien la Provincia Bética por las fechas. Ya, Andalucía. La chanza, aunque hay que decir que nos prestamos bien a ello. Respecto a la fuente, Benedicto asegura que en el Libro de los Salmos se señala la civilización ibérica en vez de “Oriente” como la procedencia de los Reyes Magos. Como ya he dicho, será verdad. Mis conocimientos apenas llegan a entender todas las raíces latinas y griegas empleadas en tecnicismos, ¡como para dedicarme al estudio del Antiguo Testamento!

Lo que sí llego a dilucidar es que Benedicto parece dispuesto a ignorar la tradición navideña y se nos está poniendo un tanto literalista, que es uno de los buenos aspectos del catolicismo y no lo digo en broma: el mundo protestante está lleno de chalados que intentan buscar la respuesta a todo en la Biblia y que, en su insolencia, se enfrentan a intelectuales y expertos de cualquier ramo para decirles que el mundo es plano o cosas peores. El catolicismo admite que las escrituras son interpretables (como dicen ellos, eso sí) y no rechaza la compilación de otros saberes, aunque se arroga el derecho de qué se escribe y cómo. Sin ir más lejos, los varios religiosos que han realizado aportaciones científicas, humanísticas, artísticas y filosóficas no eran demasiado literalistas.

Además, el Papa habría de aclarar por qué los Libros de los Salmos es ahora la máxima autoridad. En el caso de la mula y el buey, pues entiendo que sea una invención posterior. De hecho, no es de lo más absurdo que haya oído en las religiones. En el mundo árabe, se cuenta que el nombre del yerno de Mahoma está escrito en la Luna1. En Oriente (ahora sí) se afirma que cuando Shiddarta Gautama (Buda) nació, declaró “Sólo yo soy digno en el cielo y en la tierra”2. Los chinos pensaban que el monarca del reino celestial, el Emperador de Jade, era un humano que se volvió inmortal por vivir muchos años y llegar a ser muy sabio3. El famoso talón de Aquiles fue también una invención posterior, inicialmente moría con el pecho ensartado a flechazos (bastante más prosaico).

En resumen, que aún es verosímil, dentro de lo que cabe. Como la identificación, de origen armenio, de los tres Reyes. Al menos no dice que hubiera un cuarto proveniente de Urano o algo similar. Para la próxima, me gustaría que el Papa aclare el famoso misterio de si la Virgen María sabía que Jesús iba a acabar en la cruz, duda que ya la tenía una antigua compañera del colegio pero no recibió respuesta por parte del profesor, quien aseguraba que era un enigma teológico. Quizás, con algo de suerte, al fin habrá una respuesta.

Sea como sea, ¡feliz Navidad/Fiestas/Lo que sea!

1 ¡Muérete de la envidia, Banksy!

2 Es un lema común entre las bandas de moteros japoneses.

3 Concretamente, alrededor de 300 millones de años (he encontrado dos cifras que varían en decenas de millones). Por cierto, que en Bola de dragón Dios fuera un namekiano verde seguramente se debió al nombre de este señor.

sábado, diciembre 22

Pues no se ha acabado el mundo, ¡leches!

Programé esta entrada hace más de dos años, el 13 de septiembre de 2010.

Hoy, en este preciso instante, según las tonterías de los agoreros del calendario maya, el mundo debería haber llegado a su fin.

Si estás viendo esto, el mundo no ha acabado, por lo cual:


¡FELIZ DÍA DEL SOMBRERO DE ESTAÑO A TODOS!