Sigo, con asombro creciente, la reacción que ha seguido a cierta canción de los guiñoles del Canal + francés, en la que se acusaba humorísticamente (o eso dicen) a los deportistas españoles de dopaje. ¡Pues vaya novedad! No será la primera vez que un galo mira con desprecio hacia el sur de los Pirineos, pues al fin y al cabo no siempre están mirando al sureste, al este, al norte y al noroeste. En algún momento nos tiene que tocar y entonces tendremos que apechugar con la maldad gabacha. No en vano, el término chauvinismo (o chovinismo, para fastidiar) proviene de aquella tierra.
La respuesta usada; una camioneta que, mientras daba vueltas alrededor de la embajada francesa, cargaba una pantalla gigante donde se alternaban diversos tweets de españoles mosqueados con el programa franchute; me parece un poco ñoña. Parece, con perdón, la respuesta que daría un niño en el patio de un colegio si un compañero lo acusa de tramposo: ¡Yo soy bueno! ¡Yo no hice trampa! Y respecto a ir a la embajada para protestar, vamos a ver, eso es demostrar poco más juicio que aquellos musulmanes que montaron la de Dios no es Cristo (en este caso) cuando se publicaron las famosas caricaturas de Mojama, el árabe cósm… ¡De Mahoma, de Mahoma! No puedes culpar al gobierno de un país, ni siquiera al de Francia, de lo que hacen los medios de comunicación locales. ¡A no ser que te importe una mierda reseca de gato cojitranco el concepto de libertad de prensa! Es un consuelo, al menos, que no hayan quemado la embajada.
¡Ojo, que yo no digo que no se pueda criticar el chiste! La excusa de “Sólo es humor” es una chorrada. La libertad de expresión existe en los dos sentidos, tanto para los del programa en el momento que emitieron la cancioncita de marras, como para los parodiados de levantar el dedo medio para enviar a los anteriores a tomar por culo. A mí, a título personal, el chiste me parece una puta mierda porque, según entiendo, acaban bromeando con gente como Gasol y Nadal, cuya única relación con Contador es que son españoles, deportistas y conocidos internacionalmente. También yo podría, en base a la misma lógica, acabar bromeando con un Sarkozy violador, pues Strauss-Kahn fue acusado de lo mismo. Si este chiste se hubiera hecho porque, y he aquí el quid, los parodiados hubiesen defendido a Contador más allá de cualquier razón, y siempre mentando el honor del deporte español, pues me habría parecido lo más apropiado y, para qué negarlo, gracioso.
Por otro lado, si sospechas que el chiste es parte de la conjura gabacha contra los honrados españolitos, pues también hay maneras de contestar más elegantes. Los organizadores de la respuesta española parecen ignorar ese dicho de que el culpable se defiende incluso antes de ser acusado realmente. Y es cierto: sin pruebas, todo el mundo es inocente. Si sospechas de que algunos sectores galos te acusan entre dientes, pues aprovecha para poner a parir al primero que diga alguna borricada sin tener mejores pruebas que “Me lo dijo un contacto” o “Lo sabe todo el mundo”. Exígele una demostración y déjalo estar ahí: el otro es un bocazas y tú quedas como alguien dispuesto a lavar tus posibles trapos sucios. Además, no se obtendrá más, pues la única conjura existente es como la de la famosa novela: una de necios.
El país también ha hablado bastante bien del asunto, que pasará al grueso libro de las desavenencias deportivas. Citius? Sólo para pedir explicaciones. Altius? Sí, hasta dos ministros están protestando. Fortius? Los lloriqueos, seguramente.
1 comentario:
Bien
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