viernes, marzo 23

Falacias químicas.

Se entiende como falacia naturalista un razonamiento como el siguiente:

Todo lo natural es bueno. El agua de este arroyo es natural. Luego, esta agua es buena.

Por supuesto, es una falacia porque olvida que la naturaleza tiene partes muy peligrosas, como setas venenosas. También olvida que la definición de natural puede ser, como mínimo, digno de debate. Una de las manifestaciones más corrientes hoy en día es la preocupación por la alimentación, especialmente por los aditivos.

Bien, la primera en la frente: no existe, por ejemplo, el pan natural, aunque Eduard Punset saliera en un anuncio televisivo hace tiempo asegurando que sí. Existen, eso sí, diversas maneras de prepararlo, con diferentes componentes, pero el pan ya es un alimento artificial, creado por la acción del hombre. Opinar que es natural porque no lleva tal o cual aditivo no deja de ser una mamarrachada, pues denota una falta horrorosa de vocabulario por lo que podría denominarse como “pan integral”. Ocurre como comentó un día Lansky en este humilde blog, que la palabra "natural" no significa nada por un exceso de uso.

Así, uno tiene que oír paridas como que es bueno fumar marihuana tomada directamente del campo porque “no tiene químicos”. Una más divertida es esta defensa de la apiterapia, aunque debo admitir que posiblemente es un malentendido. Eso, o que quiero creer que lo fue.

Así, la falacia naturalista anterior se transforma en la primera falacia química:

Lo natural está libre de aditivos artificiales. Este pastel tiene aditivos artificiales. Luego, este pastel no es natural.

Esta falacia se da de bruces tanto con el hecho de que lo natural es obviamente químico, como con que los aditivos tradicionales, como la sal, el azúcar y el vinagre, no son percibidos como tales. Probablemente, por ignorancia de los defensores de lo “natural”.

Por otro lado, el hecho de que todo lo que ocurre en el cuerpo humano es química puede llevar a otra falacia: como todo es química, todo vale. El ejemplo más habitual de este pensamiento se da con la legalización de drogas, cuando se critica la prohibición del uso recreativo de ciertas sustancias, alegando que diversos fármacos tienen la misma base química.

La segunda falacia química, pues, se formula como:

La salud son un conjunto de reacciones químicas. Las drogas son simplemente sustancias químicas que desencadenan reacciones. Luego, las drogas son saludables.

Científicamente, es cierto, pero éticamente no me parece lo mismo suministrar un tranquilizante para evitar graves sufrimientos después de un accidente, por ejemplo, que simple y llanamente para pillarse un colocón. No es que los tranquilizantes no dejen de tener cierto riesgo (la morfina puede causar adicción), sino que se considera menos malo que padecer grandes dolores.

Nótese que el error nace de confundir la verdad científica con la verdad ética. La primera sirve de base a la primera, pero no puede determinarla completamente, como la química no determina por sí sola la farmacia y la toxicología, aunque sea su base. Por ello, en estos dos ejemplos vemos cómo sendos comentaristas llegan a entender que, como los autores de los artículos cuestionan la base científica de algunas normas éticas, ambos están proponiendo abandonarse al nihilismo más descerebrado posible. Eso es otro tipo de falacia, por cierto.

4 comentarios:

Lansky dijo...

Hay que hilar muy fino con estas dicotomías ‘naturaleza vs civilización’ o ‘natural vs artificial’, tú lo has hecho estupendamente. Harto estoy de oír de esos vinos penosos de campesinos espontáneos que es muy natural y no tiene aditivos, cuando el vino, como el pan que mencionas implica transformaciones (fermentaciones, etc.) químicas desde la materia prima. El peligro está desde luego en la obtención de conclusiones absolutamente falsas a partir de premisas más o menos ciertas.
Pondré un ejemplo (un silogismo de afirmación de la premisa menor, forma de razonar de algunos enfermos mentales, gurús y almas cándidas):
-Los hombres mueren
-la hierba muere
-los hombres son hierba
(En contraposición al silogismo clásico Sócrates: Sócrates es un hombre/ Los hombres son mortales/ luego Sócrates es mortal)
Sin embargo, la forma anómala de lógica del silogismo hierba, si se contextualiza y no se convierte en una consigna también puede ser útil: hombres y hierba forman parte del mismo fenómenos esencial: la vida y en ese sentido —y sólo en ese los hombres somos hierba. Igualmente, las nuevas moléculas que no existían en la naturaleza y se han sintetizado pueden introducirse en nuestras vidas y no sabemos con qué efectos casi nunca: Principio de Cautela que no se aplica nunca (seguimos teniendo DDT en nuestra grasa décadas después de su prohibición, porque sigue circulando por las redes tróficas)

Perdón por la extensión del comentario

capolanda dijo...

Mientras el comentario sea inteligente, puede extenderse cuanto quiera.

De hecho, hasta McDonalds asegura preparar sus hamburguesas con carne de vacuno 100% natural. No sé si se refieren a que las preparan sin según qué aditivos o si cazan individuos salvajes, pero el caso es que son naturales. La ambigüedad suele ser buena amiga del retórico.

Además, ocurre como tantas veces habrás dicho en tu blog, que lo que llaman "natural" muchas veces es consecuencia de la agricultura o de la caza, en resumen, de cualquier actividad humana. Si quieren encontrar algo natural sin influencia humana de ningún tipo, van a tener que irse al espacio. A Marte, por ejemplo.

Lo del principio de cautela lo decía mucho uno de mis profesores de bioquímica con una metáfora: la cabeza estaba por encima del bolsillo para que tomara las decisiones más importantes. Algunos individuos, está claro, no tienen cabeza.

Miguel Baquero dijo...

Creo que lo de "natural" se ha convertido en una palabra más del merchandising. Y yo creo que pasa que por buscar eso "natural", por ejemplo en los yogures, se me ocurre, nos metemos en una sucesión de productos cada vez más elaborados en los laboratorios y menos "sencillos". Si, es verdad que las palabras se desgastan por el uso, quizás más que "alimentos naturales", que posiblemente no existen, o existen solo los que directamente se toman del campo, habría que hablar de alimentos "no excesivamente manipulados".

Me hizo mucha gracia, un poco a propósito de esto, un tonto que hace años hizo una peli en la que estuvo uno o dos meses o un año comiendo sólo hamburguesas y desmostrando su efecto nocivo. Sí, claro. Pero si tú estás, también, un par de meses a base de gazpacho, por ejemplo, con lo natural que es, te entran unas cagaleras murcianos que te vas para el otro barrio. Y con un mes entero comiendo sólo pimientos fritos un ardor de estómago que puedes encender un camping gas con el aliento; y todo un mes comiendo sólo fruta un estreñimiento que hay que llevarte al hospital.

Conclusión: no hagas el bruto al comer, yo creo que eso es suficiente. Y casi lo mismo para todo.

capolanda dijo...

Aunque esos cocineros que llaman "laboratorio" a su cocina no son santo de mi devoción, sí es cierto que todo alimento actual nace de un experimento o de una casualidad, que es precisamente lo que ocurre en los laboratorios. Vamos, que sí, que es una verdadera contradicción nacida por malentendidos.

De hecho, yo recuerdo el caso de una pobre y tonta mujer que para ganar un premio absurdo bebió tanta agua, que fue suficiente para darle matarile, que diría Pérez-Reverte. ¡Ya es mala suerte!