Vuelve a ocurrir. Un personaje célebre vuelve a ser juzgado de dos modos simultáneamente: judicial y popularmente. Bueno, quien dice popularmente, quiere decir mediáticamente, pues este personaje ha alcanzado la fama merced a ser la esposa de un torero y ser el blanco del odio de la antigua amante de este. Sus méritos, si tiene, son irrelevantes para alcanzar el televisazgo.
Independientemente de si esta mujer es culpable, el comportamiento de aquellos que emplean su tiempo libre en acudir a los juzgados para abuchearla me recuerda lo que mi padre cuenta de tanto en tanto: Que cuando la masa quería linchar a Dolores Vázquez, una señora le gritó “¡Asesina!” para a continuación darse la vuelta y echarse a reír.
Vista la situación, pues, quizás sea una oportunidad para que los desempleados montemos puestos públicos para vender tomates y otras hortalizas no comestibles. Desde luego, no podemos excusarnos con que no hay público.
4 comentarios:
Me recuerda al juicio-linchamento hace unos años de Dolores Vázquez, que además resultó ser inocente. Hasta hicieron una serie de televisión hace poco.
¡Bienvenido, Antonio! Es el mismo fenómeno para mí: la persecución del condenado, del hereje, de aquel que ya no puede defenderse, tratado como si su propia existencia fuera una ofensa. Independientemente de que esta señora sea culpable, reitero.
La masa es el animal más irracional y despiadado que hay, y el linchamiento -moral o real- el espectáculo más repulsivo y anti humano
Por eso me rechina que lo llamen un "doble juicio". ¿Qué juicio ni qué leches? ¿Cómo porras van a juzgar los faltos de juicio?
Publicar un comentario