lunes, agosto 29

Todo es un eutanásico en potencia.

Bien, pues volvemos a la rutina bloguera. La semana pasada, según las noticias, una pareja de irresponsables no tuvo mejor ocurrencia que preparar un bebedizo a partir de estramonio y repartirlo entre los asistentes de una fiesta rave. Como consecuencia, un par de muertos por intoxicación. Y ayer mismo, otra víctima ha caído en coma tras ingerir hojas de la misma planta.

Ahora, el alcalde del primer pueblo afectado pretende declararle la guerra al estramonio para evitar nuevas muertes. Como bien insinúa un experto en botánica citado en el artículo, eso es una actitud quijotesca, tanto porque el estramonio está demasiado difundido como para asegurar su extinción, como porque el mismo motivo habría que eliminar muchas plantas de efectos igualmente alucinógenos. Un buen ejemplo sería la belladona, que se supone usada por brujas y otros chamanes de la antigüedad.

Panorámix, no es el mejor momento.

En mi opinión, si el alcalde quiere hacer algo útil con el objetivo de evitar nuevas víctimas mortales, creo que podría hacer lo siguiente.

a) Financiar una campaña publicitaria cuyo lema fuese “Lo natural no es necesariamente bueno”. Hoy en día, muchos manifiestan su preocupación por los alimentos o el medio ambiente (lo que me parece legítimo y lógico), pero debido al consabido infantilismo que suele adquirir un discurso cuando este llega a un gran público, se ha llegado a la absurda idea de que lo natural es bueno per se. Este pensamiento puede encontrarse en discursos crudiveganos, defensores de la simpleza añorada (primitivistas, ludistas…) y apologetas de diversas pseudo-medicinas. Algunos de los asistentes a la fiesta rave aseguran, siempre de acuerdo a las noticias, que el traficante presentaba mercancía como “sólo compuesta por hierbas”. ¡Como si no hubiera hierbas venenosas! De hecho, el agua mata si se bebe a grandes cantidades. Como nos dicen a los químicos en las prácticas de la carrera, cualquier sustancia a la concentración suficiente es letal.

b) Dar información sobre las drogas y hacer especial hincapié en sus efectos. Insistir que lo que más se arriesga es la salud y que algunas son mortales. Sé que se hace, pero ante lo ocurrido no viene mal reiterar.

c) Apelar a la responsabilidad personal. La cuestión no es que te pillen, sino que seas consciente de que estás jugando con las vidas del prójimo. Sí, yo mismo sé que es muy utópico.

Cualquier otra alternativa podría llevarnos a la locura finalmente porque, en serio, ¿sabe el alcalde de esa localidad cuántas sustancias naturales son tóxicas? ¡Quizás algunos quieran ponerle puertas al campo, después de todo!

3 comentarios:

Paloma Polaca dijo...

Hola Ozanu,

Te agradezco tu post, no porque sea consumidor de sustancias psicotrópicas, sino porque esta mañana el telediario ha hecho eco de la noticia y no tenía ni idea de lo que era el estramonio.

Totalemente de acuerdo con tu post. Los políticos cuando se ponen el plan Vengador empiezan dando risa y acaban tocando los huevos.

Hay gente que es idiota, el hecho de comprar drogas que no tiene control de calidad alguno es un riesgo inútil. Pero bueno, hay gente que necesita alterar su estado para pasarlo bien (yo al respecto poco puedo opinar).

Un saludo.

Lansky dijo...

Los alrededores de mi casa del pueblo, baldíos sobre todo y zonas nitrificadas, ruderales, vaya, están rebosantes desde siempre de Datura stramonium, por aquí las llaman 'sandiitas del diablo' y el personal de campo sabe que las rehuyen hasta las cabras.

La belladona que mencionas es mucho más rara, como la mandragora, no así los beleños Blanco y negro), que son con el estramonio los 4 elementos botánicos típicos de la brujería medieval europea, con más o menos facilidad los 4 pueden encontrase.

Como químico suscribirás el dicho atribuido a Paracelso de que no hay venenos, sino dósis, y ese es el problema de tomarte la naturaleza por tu cuenta, que no controlas la dosis.

Por un lado es una pena la muerte de esos muchachos, pero por otro es mera selección biológica por su estupidez/cedulidad, o audaciasuicida, en cuanto a los políticos...mejor ni hablamos

capolanda dijo...

Paloma polaca Es que un montón de cosas ahí fuera matan, como uno no tenga cuidado con ellas. Es el peor vicio contraído por los urbanitas, y yo mismo me incluyo: no saber del campo ni lo que en otros tiempos sabía un niño pequeño.

Lansky ¡Cierto, el beleño! Y la mandrágora, de la que circulaban supersticiones que aseguraban que arrancarla de raíz provocaba la muerte.

Desde luego que suscribo a Paracelso. De hecho, lo mismo debería decirse de los medicamentos.

Eso es lo que más me mosquea: el fondo del problema es el desconocimiento de la naturaleza. En los alrededores de tu casa no hace falta segar el estramonio porque allí ya sabéis de sus efectos. Pero es más fácil dar una solución puntual y fácil que otra duradera y complicada.