Un arzobispo habla sobre los
homosexuales y está medio país alborotado. Algunos de nuestros más intrépidos
reporteros han declarado que este señor es un arzobispo homófobo, ¡agárrate!
¡Maldita Iglesia! ¡Siempre reprimiendo a la gente!
A mí me importa un bledo, siendo
francos. Estoy en total y absoluto desacuerdo, pero el problema con la Iglesia
no es que sea homófoba, machista, pederasta, corrupta o haya provocado
derramamientos de sangre. El verdadero problema es su sed de poder. Todo lo
anterior viene como consecuencia de esto: organiza guerras para perpetuarse, su
rampante autoritarismo atrae a individuos a los que les gusta abusar de su
poder y dicta quién es “normal” y quién no según le convenga. Comparar los cambios de los puntos de su doctrina a lo largo de los siglos con la evolución de la política europea lo demuestra sin lugar a dudas.
Cualquier otra discusión es una
cortina de humo para no tener que reconocer que el propio problema es la Iglesia en
sí, ¡coño!
7 comentarios:
No Ozanu, hay también otro asunto muy grave en el caso que comentas y es que el citado obispo no soltó sus burradas homófobas en 'su' iglesia con 'sus' fieles o los que quiera oirle, se supone, sino utilizando la homilia retransmitida por una TV pública y pagada por todos y retransmitida a todos los que quisieran verla o no el viernes santo.
En fin, que aprovechó la posición histórica que la Iglesia tiene en este santo país. Está incluido en mi denuncia de su sed de dominio.
lo vi al obispo en su homilía, tienes razón, es una vergüenza, saludos
Maria Jacaranda, se hace llamar vidente, pero es una mujer supuestamente con mucha cara, engañando a la gente con chorradas y comiendoles el dienro, cuando la gente esta tan desesperada de dinero y de trabajo ahora mismo,se aprovecha de la desesperación de la gente y su situación actual.No es justo esta señora no acierta nada.
Ver una homilía, ¡eso sí es valor!
Al anónimo, bueno, ¿pero qué culpa tengo yo?
Vidente, eso sí, es el que no es invidente.
Hay que distinguir la "cúpula" de la Iglesia de los fieles, pues hay gente inteligente, tolerante y racional. El problema es que a esos niveles sólo llegan los mismos.
Es que, como en cualquier jerarquía cerrada, acaba triunfando con mayor facilidad el político, el zorro. La ley de la gravitación social de Lansky, más arriba: lamer culos hacia arriba, dar patadas hacia abajo y codazos a los lados.
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