martes, octubre 11

Yo te rasco la espalda…

He descubierto este webcómic, en el cual encuentro esta tira.


Puede causar problemas en la conciencia de algunos, supongo. Tal como lo presenta en la historia, Bob es ya un lerdo porque cree sinceramente que sus antepasados no han ganado nada que haya supuesto un perjuicio para otros, intencionado o no. Personalmente, tanto el nombre de la tira (Denial Is So White) como la exposición no me parecen suficientes para denunciar el favoritismo.

Nótese que no digo racismo, pues aunque es un problema grave, la falta de ecuanimidad es más variada que el racismo. Yo lo sé porque en mi propio colegio, un centro religioso concertado, muchos padres les hacían la pelota a los profesores, y sus hijos, que sacaban muy buenas notas, dieron un bajón espectacular cuando siguieron estudiando en institutos públicos. También los había que castigaban a algunos alumnos por razones nimias. Algunos profesores eran bastante refractarios a los piropos, pero eran la excepción.

Ya en el instituto, fui parte de un tribunal encargado de decidir quién había sido el mejor lector de la clase (como se puede ver, hay clases para todo). Resultó que el premio me tocaba a mí (en serio, de veras), pero mis compañeros de tribunal, antiguos condiscípulos míos, quisieron repartirse el triste galardón (300 pesetas), pero no accedí a su avaricia. Al final hubo disputas, abstenciones y un digno ganador que no era el mejor. Ese chaval no supo hasta después que fue beneficiado por una discriminación por una discriminación.

Estos son casos en que los beneficiados son conscientes del favor o que acabaron sabiéndolo. No obstante, muchas veces, una persona puede ganar por el daño hecho intencionadamente a otro y no saberlo jamás (especialmente, cuando no se conoce a ese otro). Sin embargo, mi experiencia me dice que la mayoría de la gente, sea cual sea su caso, jamás se cuestiona si alguna vez le fue bien no por sus méritos, sino gracias a un trato de desfavor para un tercero.

Tal como yo lo veo, esta tira podría haberse hecho con cualquiera de los casos anteriores o con otros semejantes. Negar haber recibido un trato de favor no es propio de blancos, sino de muchos. A pocos les gusta pensar que les han dado todo hecho en la vida.

*Efectivamente, nunca voy a las reuniones de antiguos alumnos, pero por otros motivos, tales como que no soy muy nostálgico.

2 comentarios:

Lansky dijo...

A mi me parece bien que no te dieran el premio por no querer repartir con el jurado las 300 pelas, ¡rácano! No, en serio, todo concurso con premio lleva implícito un acuerdo con el jurado y con el que lo concede, patrocinador y demás. No estoy hablando de amañar el resultado, que también. Y eso lo saben muy bien los que se presentan y ganan premios literarios. Tus colegas querían enseñarte una lección, pero no quisiste aprenderla.

capolanda dijo...

Bueno, sí aprendí la lección, pero no estoy seguro de que esa fuera su intención.