sábado, enero 22

Cuatro minientradas.

Al principio, yo solía actualizar este blog mensualmente y con la mala costumbre de tratar demasiados asuntos a la vez, por lo que su lectura, como dijo una seguidora de entonces, Siltha, era farragosa. Posteriormente, decidí hacer entradas centradas en un tema y más desarrolladas.

No obstante, como hay varios temas que me han llamado la atención, pero no he podido desarrollarlos o ya me pareció tarde, aprovecharé ahora para dedicarles unas líneas.

1- Medicina tradicional occidental y medicina científica

Siempre me ha llamado la atención que algunos, especialmente aquellos propulsores de las llamadas medicinas alternativas, se refieran a los sistemas sanitarios modernos como "medicina tradicional occidental". ¿Cómo que occidental y tradicional?

Primero, si bien la ciencia se ha estado desarrollando vertiginosamente desde el Renacimiento, en Europa, sus principios son universales y no es raro encontrar nombres japoneses, hindúes o africanos que firman artículos científicos. Segundo, la tradición es el conjunto de conocimientos que se transmiten oralmente. Y la medicina, como se entiende en esta parte del mundo, ha sido de todo menos tradicional: revisión crítica, abandono de prácticas y teorías, mejora continua de instrumental y fármacos... Por medicina tradicional occidental, yo entiendo las sangrías, el uso de sanguijuelas y las cataplasmas.

Irónicamente, las vacunas son un doble ejemplo del absurdo de esta nomenclatura, porque están basadas en una técnica tradicional turca para prevenir la viruela.

2- El andalú y otras lenguas

Hace ya varios años supe de la existencia de la Hunta d'ehkritoreh d'andalú, grupo que pretende el reconocimiento del andaluz como lengua distinta al castellano, pero he vuelto a fijarme en ellos por la aparición de una serie de entrevistas a La Zoziedá pal Ehtudio’el Andalú en el 20 minutos. Dejando a un lado la obviedad de que la ortografía se ha escogido para que sea lo más distinta posible, me centraré en un par de declaraciones:

Keremoh azè dezaparezè la idea ke noh trahmitían en la ehkuela de ke loh andaluzeh ablamoh malamente er kahteyano. Nozotroh ablamoh andalú.
Porque como todos sabemos, los dialectos son infames. Sólo cuando los dialectos cuentan con ejército, como popularizó Max Weinreich, merecen ser considerados. No existe la variedad, y si existe, es cháchara.

Dehde aze zeih z’añoh, aunke la kohtituzión legá de la azoziazión no ze produho ahta 2006, una beintena de perzonah trabaha en Andaluzía por "konzerbá nuehtro legao kurturá, argo ke rekonoze el ehtatuto d’autonomía i ke tenemoh la zerteza azoluta de ke ezihte kon una identidá propia, la lengua andaluza"
Porque la certeza de la existencia de algo equivale a tener pruebas de la misma. No es como si la frontera entre dialecto y lengua sea de los límites más dependientes de convenios, tradiciones y leyes.

3- Las malas prácticas de Bruguera

Esto no va a ser más que una recopilación de enlaces que he conocido a lo largo de los años:

I La historieta de Mortadelo y Filemón que ningún padre preocupado por la violencia y sexo del cómic japonés le compraría a su hijo.

II Ramón Casanyes, autor de la anterior historieta, habla de su trayectoria como dibujante, incluyendo Bruguera. Descubierto en Viruete.com.

III Ibáñez plagió a Franquin, como demuestra esta página francesa.

IV Por si la página anterior no fuera suficiente, en el blog En todo el colodrillo también se exponen, con una aparición de Escobar.

V La habilidad para la coloración de Bruguera, resumidas por un aficionado meticuloso.

VI No es un enlace, pero en la película El gran Vázquez de Santiago Segura también se critica la editorial.

4- Oficuo, la ciencia y las pseudociencias

En una de las entradas de El retorno de los charlatanes, enlazado a la derecha, se definía los medios generalistas como algo parecido a "regurgitadores de noticias viejas". Absolutamente cierto, como se demuestra en el último descubrimiento de nuestros intrépidos reporteros: Hay trece signos del zodíaco porque han "descubierto" uno nuevo, Ofiuco.

Esto es claramente demostrador del poco conocimiento de astronomía y ciencia en general. Aparte de que Ofiuco está en la eclíptica desde hace mucho tiempo (¡Son movimientos que precisan miles de años, copón bendito!), esto no es más que un cambio de convenio. El planisferio celeste oficial ha de cambiar, según Parke Kunkle, por los mismos motivos que se hacen mapas nuevos: para actualizarlo, porque es una herramienta para orientarse (por ejemplo, si uno naufraga sin tecnología actual a mano). El punto hasta el cual es práctico, podríamos discutirlo.

Por otro lado, resulta poco menos que desalentador que alguien piense que se "descubren" constelaciones, más que nada porque son agrupaciones de estrellas imaginarias. Algún médium ya está comentando que Oficuo ha desplazado a Escorpio. Sí, porque la serpiente le ha mordido el aguijón al escorpión, ¡claro! Un astrólogo lo ha resumido del siguiente modo:

When astronomers make fun of us, they’re making fun of the human suffering that leads people to seek answers,” he said. “People do get comfort and wisdom from astrology — and science gives us Prozac.

¡Con dos cojones y un palito! ¿Qué dirán las otras astrologías, me pregunto, al respecto?

Por hoy, ya está bien.

2 comentarios:

Miguel Baquero dijo...

He ido a ver eso del plagio de Ibáñez y la verdad es que se me ha caído un mito. Pero seguramente (o eso quiero pensar) Íbáñez es más una empresa que un creador en solitario y todas esas coincidencias habrán sido fruto de algún colaborador perrete

capolanda dijo...

Podría ser, pero muchos de esos plagios corresponden a épocas en las que a Ibáñez le quedaba mucho por aprender, como se demuestra en que aún no aparecían el Súper ni el director en sus respectivas series. El propio Franquin dice, al final de esa página francesa, que:

Los diseños de los personajes no tienen una sola fuente, sino que pueden deberse a los millares de caricaturas que ha visto uno mismo, en dibujos animados o donde sea. Una obra nunca es personal del todo. Téngase, en una isla desierta, a un niño dotado para dibujar: si no entra en contacto con los diseños de un autor, su genio nunca podrá desarrollarse. Son estas miles de referencias las que enriquecen el hábito de dibujar tales monigotes. Jamás he copiado nada de mi vida, pero reconozco las influencias.

(Traducción mía, que di francés hace ya diez años y he usado como diccionario Word Reference).