jueves, julio 28

El cáncer del integrismo.

Cuando yo era pequeño, mi padre me contaba más de una vez la historia de un profesor suyo, que al parecer solía tener la costumbre de explicar, a pesar de no ser parte del programa oficial, cómo funcionaba un frigorífico y otras máquinas. Era un profesor con ideas, según mi progenitor. También tenía otra curiosa particularidad, este profesor: sugerir que nos hubiese ido mejor si la Reconquista no hubiese triunfado.

¿Por qué añadía esto último? Porque odiaba con fervor a la Iglesia Católica, supongo. ¿Y la mejor solución contra esta institución es hacerse musulmán, conociendo la historia del Islam? Lo dudo mucho.

Cuando supe del atentado terrorista de Oslo, yo tuve mis dudas de la presumida autoría islámica. Yo consideraba que era obra de anarquistas simplemente por un motivo: me parecía muy extraño que unos radicales islámicos atacaran con tanta precisión la clase política de un país. Desde su punto de vista, todos los europeos somos perros infieles. Es posible que se me puedan poner mil contraejemplos, pero mi observación de que había odio específicamente antigubernamental no era errada.

Anders Behring Brevik ha causado sorpresa. Nadie se esperaba que el causante de semejante daño a un país nórdico, multicultural y buenrollista fuera un nativo local. Bueno, cuando digo nadie, me refiero a quienes creen que en el extranjero se ata a los perros con longanizas y, como un personaje de El decamerón, que en algún lugar del mundo corre un río de vino tinto, del mejor que el paladar pueda figurarse.

A mí no me causó demasiada. Como tampoco me sorprendí que el Alakrana fuera secuestrado por piratas. Ya me enteré de la persistencia de estos bandidos, que el vulgo de hoy relaciona con Jack Sparrow y otros personajillos simpáticos, años antes en el suplemento dominical de un diario. Del mismo modo, ya conocía noticias que informaban de la presencia en toda Europa de peculiares defensores de la identidad europea, cuya idea es rechazar todo lo que hace realmente característico a este continente en la actualidad y volver a unas costumbres cuya diferencia con el Oriente Medio se basa sólo en la forma de los símbolos venerados.

En realidad, gran parte del vídeo-resumen del pantagruélico manifiesto de Brevik me suena. A las mismas ideas que leo en según qué blogs cuyos autores se consideran revolucionarios por leer el Mein Kampf. Sin embargo, el perfil que los medios nos presentan de Brevik me suena más a mí mismo. Un joven (un hombre de mediana edad, para algunos), interesado en la política, aficionado a la literatura, las series televisivas y los videojuegos, que odia lo políticamente correcto y a varios colectivos políticos por considerarlos enemigos de la cultura (europea). Bueno, en mi caso quizás sea mejor decir que siento desdén, pero una de las características de la corrección política es solapar conceptos para eliminar matices.

Su cortometraje empieza hablando en de los tópicos de la izquierda, que siempre anda conspirando para acabar con todo lo bueno y honrado. Continúa con un retrato de la Umma que hace que mi amigo McManus, que se autodenomina islamófobo, "cristianófobo" y "religiófobo" general, se escandalice.

Cuando habla del Cid, Brevik nos presenta una visión parecida a la franquista: El Cid jamás fue un mercenario que luchó tanto para moros como para cristianos, sino un guerrero de Dios. Nada dice el texto de la tirantez entre el rey y el Campeador, e incluso Brevik pasa por alto la etimología de “cid”, “çid” en castellano medieval, de origen mozárabe.

Generalizando sobre la tercera parte, para Brevik equivalen las guerras en suelo patrio a las cruzadas, e ignora sin más las causas económicas de estas últimas, como los hidalgos sin herencia, que estuvieron tras la decisión.

Concluye afirmando que él y otros europeos han adoptado una identidad. La identidad cristiana defendida por los Caballeros Templarios de Europa, cuya adopción no precisa creer en Cristo, sino defender y practicar las costumbres cristianas europeas. Nos llama a la guerra santa contra los invasores multiculti-islamo-marxistas. Cosa que ha hecho, a diferencia de los blogueros de los que hablaba antes.

Ni que decir tiene que el espanto de sus acciones ha hecho que alguien haya declarado que Brevik está loco. Incluso llegó a ser declarado así en contraposición a “(terrorista) islamista”. Eso sería muy tentador, nos libraría de tener que analizar los porqués de sus acciones, de considerar si su delirante pastiche está basado en el miedo de muchos europeos, de distinguir la sensatez de alguien mediante el estudio de sus ideas en vez de a través de etiquetas.

Las autoridades han respondido: más democracia. Otra respuesta que, como la locura de Brevik, suena fácil porque se asocia con otras ideas, ya defendibles. Lo mismo puede significar “vamos a seguir por el mismo camino, sin preocuparnos de otros como Brevik, pues es un loco y los habrá siempre”. Lo mismo puede ser “tomemos medidas para evitar que algún otro iluminado nos bendiga con sus asesinatos, del mismo modo que las vallas impiden la entrada de alimañas”.

En fin, se ha acabado confirmando que el nuevo peligro de la Europa secular no proviene de enemigos que han inmigrado, sino de otros que han nacido y se han criado allí. Yo, cada día, soy menos optimista.

P.D: Referenciado en El peso del armiño.

10 comentarios:

Miguel Baquero dijo...

Pues yo no sé qué pensar, me niego a creer que este tío (este hijo de puta), sno está loco, sea representativo de nada, más que de la cerrazón, la incultura, la estupidez. Pero también es verdad que cuando la estupidez se cree cargada de razón puede llegar a las mayores burradas

capolanda dijo...

En el último enlace, La revolución naturalista, se enlaza a un artículo donde se sugiere que Breivik podría ser el primer asesino de masas inspirado por blogs.

¡Coño, si ya hay blogs suscribiendo las proclamas de Breivik! Eso sí, rechazando oficialmente sus actos.

Paloma Polaca dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Paloma Polaca dijo...

Ozanu,

Hoy yo quería escribir sobre este tema, pero después de leer tu post creo que voy a declinar.

Yo quería resaltar la respuesta del gobierno noruego, tratando de mantener la compostura, que a mi modo de entender me parece lo mejor que se puede hacer. Estamos acostumbrados a ver cómo se recortan las libertades de los ciudadanos tras este tipo de sucesos.

Hay otra cosa que me parece triste, el asesino sabía que sus actos iban a ser conocidos mundialmente por medio de todos los noticiarios. Está claro que nuestro derecho a estar informados es aprovechado asquerosamente por gente sin encrúpulos. ¿Se podría hacer algo al respecto?

capolanda dijo...

Si tienes algún punto de vista particular, no está de más.

Sí, puede ser que la respuesta del gobierno noruego vaya por ahí, pero no sería la primera vez que un partido en el poder comete un error por falta de pericia.

Respecto a lo último, temo que no. Tan sólo las medidas comunes como no retransmitir el juicio, como Breivik ansiaba, aunque eso sólo servirá para ser juicioso. No obstante, Theodore Kaczynski "Unabomber" fue denunciado gracias a que su hermano reconoció una expresión suya en su manifiesto, publicado bajo la promesa de que no seguiría atentando.

Vamos, que no hay solución sencilla.

Lansky dijo...

Los asesinos como este no necesitan motivos, ni inspiraciones (por blogs o por caniciones de Concha Piquer), les basta con los pretextos, con los prejuicios y con su odio. El mal existe y el mal absoluto es además absoltamente estúpido, nada de locura, los auténticos locos lo pasan fatal y el tío este disfruto como un ídem perpertrando su barbarie

(P.D. Por cierto estoy leyendo del sueco que prácticamente diseño la notación química moderna, el tal Berzelius: fascinante)

Un saludo

capolanda dijo...

El manifiesto, como digo en la entrada, es un pastiche de diversos blogs conservadores e islamófobos, especialmente de un tal Fjordman, quien ya está dando muestras de sentirse culpable. Cuando ha plagiado a Unabomber, por ejemplo, sí se tomo la molestia Breivik de cambiar los términos para que sean coherentes con el resto.

Además, la ideología es el vehículo que Breivik usa para instigar a otros a continuar sus fechorías.

Eso sí, estoy de acuerdo que en el caso de gente como Breivik la ideología siempre se erige sobre sus pretextos, sus prejuicios y su odio.

Berzelius fue un químico fundamental para la disciplina, sí. ¿Cuál es el libro donde lo estás leyendo?

Lansky dijo...

hay que distinguir, insisto, entre MOTIVOS y PRETEXTOS; los motivos podemos estar de acuerdo con ellos o n, pero los prtextos siempre, por definción, son falsas motivaciones; según este malvado imbecil quería defender la supuesta y absurda idea de Europa que él dice defender, pero eso además de idiota es sólo un pretxto, su objetivo era matar, hacer daño, lo que le importaba era el medio (los atentados) no el pretendido fin que probablemente sabe 8aunque da igual) que no conseguirá.

El lbro que habla entre otras cosas del químico sueco es Los huesos de Descartes, de Russell Shorto.

Un saludo

Lansky dijo...

En cuanto al asesino noruego ojala se pudra en un rincón mientras el resto del mundo le olvidamos, que no consiga sus minutos de asquerosa fama.

capolanda dijo...

Entiendo la diferencia, pero no sé determinar el caso de Brevik.

Me apunto el libro.

Parece que ya está empezando a caer en el olvido.