jueves, abril 30

Reseñas (VII)

Otra vez, series.



Kaiba Preciosista serie cuyo estilo de dibujo recuerda a Osamu Tezuka. En este extraño mundo, la gente puede formatear sus mentes como quien cambia de zapatos. La gente puede borrar los recuerdos de sus penurias, y descargarse las vivencias más tiernas, si es su deseo y tienen el dinero necesario. Nuestro protagonista epónimo despierta un buen día con la mente en blanco, sin ningún recuerdo. Sólo lleva un colgante, dentro del cual hay una fotografía de una chica sonriente. Tras ser atacado por unos robots que expulsan un líquido corrosivo, Kaiba conoce a un muchacho llamado Popo, quien lo ayuda a viajar en búsqueda de la chica, a quien supone una amiga. Así comienza una historia dramática, al principio de la cual Kaiba encuentra a varios personajes que le hacen reflexionar acerca de las injusticias de este mundo. Posteriormente, Kaiba va descubriendo su pasado.
El argumento trata del amor, pero también de la identidad personal cuando esta es tan frágil que se puede incluso comercializar. La memoria, esto es, nuestras experiencias anteriores forman los cimientos de nuestra vida, son la guía que nos ayudan a seguir adelante. Los primeros episodios presentan el mundo no sólo al espectador, sino también a Kaiba, y es a la mitad cuando la premisa original vuelve a aparecer.
Con sólo doce episodios, cada personaje tiene un papel completamente ajustado y medido con escalímetro. Kaiba cumple como héroe trágico, obligado a luchar por designios que ni siquiera puede barruntar. Los secundarios tienen su función, incluyendo los personajes más, a priori, insignificantes.
Altamente recomendable.



Vaca y pollo Siempre he sentido debilidad por esas series clásicas norteamericanas, donde los personajes recibían castañazos capaces de destruir el Empire State sin sufrir más que unos minutos de vendaje. VyP se retroinspira en el cartoon más clásico para ofrecer diversión salvaje en cortos de apenas diez minutos, como es costumbre.



Janguru wa Itsumo Hare nochi Gû Anime surrealista que puede matar de ataques de risa. Básicamente trata de los sinsabores que Hale, el protagonista, debe sufrir por culpa de Guu, un ser que podría pasar por la hija perdida del malo de Poltergeist y de la bruja de El viaje de Chihiro. No obstante, y en un acto de generosidad, el argumento también trata acerca de la madre de Hale (una mujer de veinticinco años que no está muy bien de la cabeza que digamos), y de los problemas que tuvo por el nacimiento de su retoño.
En general, es una serie más centrada en el absurdo, en las malvadas ideas que tiene Guu para hacerle la puñeta a Hale, que rozan en más de una ocasión el maltrato psicológico y físico. Guu es capaz de lo que sea por poner a Hale en un aprieto, que sólo de tanto en tanto resulta edificante para el muchacho. El guión, curiosamente, tiene continuidad, a pesar de los sucesos tan estrafalarios que tienen lugar en cada capítulo.
Acerca de los personajes, Hale es perfecto como pupas, Weda es la perfecta tía boba, y Guu es simplemente la mejor, la sádica que todos adoran, verdaderamente imprevisible. Los secundarios tampoco están mal, no se salen demasiado de su papel, evitando acabar siendo Poochies.
La serie tiene dos temporadas más, llamadas Haré+Guu DELUXE y Haré+Guu FINAL. Por lo general no están mal, aunque tiene la maldita costumbre de acabar con el mismo secundario en el último episodio.
Sumamente divertida.



Tengen Toppa Gurren Lagann Serie que podría haberse titulado ¡A huevos! perfectamente. Sigue la vida de Simon, un jovenzuelo algo tímido que, de vivir en una aldea subterránea ganándose la vida como excavador, llega a liderar a los hombres en su lucha por la supervivencia.
Pertenece al género de mecha, y también al shônen como mandan los cánones, basado en la confrontación sucesiva con rivales más y más poderosos. El argumento presenta cuatro sagas, siendo las dos primeras mejores y más atractivas. El tema no es sólo la evolución, sino también el riesgo que supone el poder ilimitado. La espiral y la hélice representan la fuerza y el impulso vital, a través de motivos como las cadenas antiparalelas del ADN o los taladros.
Respecto a los protagonistas, usa y abusa de personajes chulescos, lo que se compensa por ser secundarios prácticamente todos. Kamina es el original, y por ello merece mejor consideración. Simon comienza como un muchacho inseguro y débil para llegar a ser un líder tras un camino de sufrimiento, aunque se pasa de buenazo. Yoko es la fémina aventurera de atuendo mínimo (me suena...), y tiene la virtud del equilibrio entre el coraje y el sentido común. Nia resulta algo sosa por su exceso de educación en un entorno de testosterona mezclada con macarrismo. Respecto a Rossiu, no sé cómo puede parecer un personaje más imbécil.
Sobre los malos, prefiero a los de las dos primeras partes, aunque sólo sea porque el diseño tridimensional de los de las dos últimas se nota demasiado. Viral acaba sufriendo el síndrome de Vegeta (o de Enkidu, según se mire).
En resumen, una serie recomendable para disfrutar, sin mayor pretensión que satisfacer a los aficionados.



Dexter La segunda temporada nos obsequia con un Dexter al límite, cuyo mundo se deshace prácticamente a sus pies. Lástima que las exigencias del status quo hagan volver la serie a su inicio, con sólo una renovación en los juegos de nuestro antihéroe. Espero impaciente la tercera temporada.



Mi3DOS Serie mexicana de terror, en la línea de la norteamericana Masters of Horror. Como suele pasar, cada historia tiene un tema diferente, basado en alguna angustia específica. Como suele ser haitual en estas series, cada capítulo tiene un guión diferente, y no existe mayor conectividad entre ellos. Por ello, sólo haré el juicio general de que no está mal como comienzo en el género, aunque algún capítulo presenta un error argumental enorme (nada excepcional, también se da en Más allá del límite y similares).



Galáctica, Estrella de Combate Ahora que he podido verla, puedo comentarla. En pocas palabras, es el tipo de serie que parte de una idea interesante, pero no siempre se cuenta bien.
La premisa es llamativa: nos encontramos con que la humanidad ha evolucionado lo suficiente como para colonizar sistemas estelares completos. La supervivencia de la humanidad está asegurada... o lo estaría, de no ser por los cylones, una nación de máquinas cognoscitivas. Al principio de nuestra historia, las sociedades humanas viven gran regocijo tras la firma de un acuerdo de paz con los cylones, pero todo se trunca cuando los androides rompen el trato como está mandado. Los únicos supervivientes deciden entonces dirigirse a La Tierra, planeta de donde proviene la humanidad, para lograr su salvación.
Básicamente, la serie tiene un a mitología muy interesante, pero no siempre la veo bien contada. El problema principal que le veo es un Deus ex machina de libro, completamente descarado, que incluso se repite. Fuera de eso, la serie es simpática.
Los personajes son simples pero funcionales, los héroes Apollo y Starbucks (intepretado por un Dirk Benedict ya encasillado) sufren el síndrome de John McClane, y tan sólo encuentro al hijo adoptivo del primero y a su perro mecánico empalagosos.
En resumen, es destacable, pero no la veo de primera categoría.



Suzumiya Haruhi no Yuuutsu El celebérrimo serial sobre una joven que podría ser Dios (¡Fastídiate, Shinji Ikari!) me ha causado ambivalencia: la trama "seria" de esta serie (la discusión acerca de Haruhi y su supuesta divinidad) me parece sosa, aunque más comprensible que en otras series, mientras que la trama "graciosa" me ha resultado muy divertida.
Acerca de su protagonista, recuerdo cierto comentario de Draug en que afirmaba que la joven era gilipollas. Personalmente, creo que al mismo acierta y falla: Haruhi es tan boba, que casi pasa por brillante, en virtud de la la ley de la herradura. Y viceversa, claro. Es Kyon, con su actitud tan reservada, quien me gusta menos. Mikuru es simplemente material para fanservice, Yuki la novia perfecta de The Drummer (alias El Batería) de Planetary, y Koizumi el listo de turno. Dentro de los secundarios, me cae muy bien Tsuruya, siendo una lástima que sólo salga en tres episodios mal contados. Asakura me repatea un poco, el papel de la hermanita de Kyon es de juzgado de guardia, y los demás son un adorno.
Respecto a los dos maneras de ver la serie, hay que aclarar una cosa. Yo vi el llamado orden cronológico, es decir, vi la serie tal cual se plantea su guión de principio a fin. Esto puede haberme influido en mi desfavorable opinión sobre la trama "seria", pues los primeros episodios son los que la presentan. En el orden de emisión, que fue el contemplado por los telespectadores nipones en su día, los misterios más importantes de la serie no se desvelan hasta el final, con lo que supone.
Aún así, opino que pocas cosas he visto más divertidas que el capítulo donde Haruhi se apunta a un campeonato de béisbol, aunque sólo sea por admitir en el equipo a una niña de primaria como jugadora con la intención de que el equipo pierda. También son dignos de mención el especial de dos episodios paródico de las historias de detectives, así como el festival cultural.
En resumen, digna de un visionado, aunque no sea tan trascendente como se pueda pensar.

De momento, está bien. Quizás vuelva con libros, o con algún otro tema mientras escribo más reseñas.

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