jueves, septiembre 25

Reseñas (IV)

¡Ahora le toca el turno a los libros! No he reseñado ninguno desde enero, así que hay unos cuantos...



Pies de barro Al final me ha calado Terry Pratchett, pero he decidido pasar del coleccionable que recientemente ha salido a la venta. Ya estoy escarmentado... Además, Pratchett quizás sea el primer autor que lea en inglés.
De nuevo, la Guardia de Ankh-Morpok debe evitar el caos en la gran ciudad del Mundodisco, que está a punto de colapsarse sin su malvado, pero imprescindible, patricio, de baja por envenenamiento. Para colmo, hay problemas laborales, causados por las máquinas vivientes de la urbe, los gólems. Y por si fuera poco, los miembros de la Guardia se verán afectados por sus problemas personales. Cada parte del argumento satiriza comportamientos humanos, hechos históricos, géneros literarios e incluso políticas de integración.
La edición es muy buena, de bolsillo. Afortunadamente, los responsables de la traducción al español se enmendaron de los errores iniciales, y ahora los personajes hablan con la tipografía adecuada, o escriben con faltas ortográficas si no son muy leídos. También hay que decir que se traducen algunos apellidos (seguramente para intentar trasladar los juegos de palabras), así como pasajes a español antiguo.
En resumen, recomendable para aquellos que aprecian la literatura fantástica y/o de humor.



El jardín de infancia La obra más compleja, con el permiso de La vida es sueño, que he leído durante el presente año.
En resumen, sin mirar la contraportada ni destripar el argumento, trata de Milena Shibush, una joven talentosa y perspicaz que, sin embargo, no se encuentra a gusto en su sociedad, el Consensus. El Consensus es un estado socialista que ha desarrollado la cultura vírica, un sistema en el que el conocimiento es depositado en el ADN y ARN de los virus, y transmiten saberes a la gente tras infectarlos y hacerles enfermar. La protagonista tiene un elevado grado de inmunidad, especialmente contra los virus de personalidad, que hacen de las buenas gentes adultos conformistas a edades tempranas, a veces a los dos años de edad. Una de las consecuencias de su inmunidad para Milena es no poder curarse de su Mala Sintaxis (eufemismo por homosexualidad) y tener una mala leche con la que no puede, máxime por representar obras ante públicos de críos sabiondos. No obstante, todo cambiará para ella cuando, mientras buscaba un nuevo disfraz para su personaje, conoce a Rolfa, una osa creada por ingeniería genética que ama la música.
Tras escribir este resumen, me doy cuenta de lo "bizarro" (como dicen los jóvenes de hoy en día) que resulta, pero el libro es poético. Ninguno de los detalles del libro está libre de significado, y crean un conjunto denso y que necesita ser desenredado. Además, la segunda parte del libro (aproximadamente las dos terceras partes del total) no es lineal, y tan pronto se cuenta la infancia de Milena como se vuelve al fin de la historia, exigiendo al lector atención para poder establecer la cronología.
Respecto a la edición, hay algunas cosas que decir. La primera, el libro se escribió en 1989, y por ello, el planteamiento de un estado totalitarista de corte socialista (aunque, en verdad, lo que hubo en el este de Europa no era socialismo), y algunas citas, como que "El cerebro funciona como un ordenador", dijeron los escritores de ciencia popular como al unísono, cuando parecía que los ordenadores iban a cambiar el mundo., pueden resultar desactualizadas en esta época. Segundo, el libro es caro, unos 23 euros, aunque vistoso y grande. Tercero, la traducción tiene algunas erratas, y de veras que no entiendo cómo cuelan con el precio. Verdad es que el libro tiene unas quinientas cincuenta páginas, y es mucho texto, pero también forma parte de la edición.
En resumen, buena historia, mejorable edición.



La vida es sueño Leído con calma en tres días, justamente los anteriores a conocer mi finalización universitaria. Una de las pocas obras en verso que he llegado a leer, y la única completa.
La historia en sí puede resumirse como una oda a la decisión del individuo libre frente al destino (en el contexto, los astros). Segismundo, cuyo futuro es ser un tirano, acaba aprendiendo a ser clemente y piadoso, tras tener una revelación de carácter existencialista. Él, y los demás personajes, toman sus propias decisiones, con las consecuencias que suponen.
El lenguaje es, obviamente, de época, con conjugaciones perdidas ("huigamos" por "huyamos"), y palabras con género diferente por entonces ("la fantasma", "la carisma", etcétera).
La edición es buena, pero en realidad es un libro que originalmente perteneció a mi hermana, y es de texto. No es que yo vea inconvenientes las aclaraciones (máxime en obras complejas), pero llega a una saturación bastante molesta. La portada no corresponde a la edición que he leído, por imposibilidad de encontrar la de la segunda en formato grande.
En resumen, aconsejado para los amantes de los clásicos.



Viajes de Gulliver Confieso que hasta ahora no había leído la famosa obra del tipo que primero viaja a un país de enanos, posteriormente a otro de gigantes, y después a otros sitios, como el país de los equinos inteligentes.
La obra de Jonathan Swift es una sátira sublime tanto de la humanidad en general, como de los británicos e irlandeses de finales del siglo XVIII en particular; así como una parodia de los libros de viajes, que entonces eran el género más popular (como hoy en día, según parece, le ha tocado a la novela histórica de tintes religiosos). La novela muestra una progresión en el grado de misantropía: En la primera parte, se habla del celebérrimo Liliput, donde se nos presenta a su emperador, que se da el título de "delicia y terror del universo" y es capaz de declarar una guerra por el modo de romper los huevos; en la segunda, al rey de Brobdingnag, quien, a pesar de su tamaño, se horroriza de los relatos de Gulliver acerca de las consecuencias en la guerra de las armas de fuego; en la tercera, varios países, caracterizados por una burocracia absurda, que se preocupan más por especulaciones estúpidas que por las necesidades del pueblo; y por último la patria de los houyhnhnms (¡Buf!), poblada por caballos que valoran la benevolencia por encima de todo... menos la razón absoluta.
Personalmente, me ha encantado, sobre todo cierto detalle de la tercera parte: En la isla flotante, Lupata, sus ensimismados investigadores viven preocupadísimos por la posibilidad de que un cometa impacte con la Tierra, y la destruya. Pocos días después de leer este pasaje, se habló del gran colisionador de hadrones y de la histeria que rodeaba el asunto... Está claro que los años que puedan pasar no lograrán quitarle a la humanidad algunos miedos.
No debería comentar nada de la edición, pues fue mi padre quien compró el ejemplar que he leído, y fue impreso en 1969. Casi cuarenta años, ¡vaya! Además, este era parte de una colección económica, no pensada para durar... Baste decir que las hojas se caían conforme las pasaba. Decía alguien (no recuerdo) que las arrugas que quedan en las hojas de un libro, cuando este pasaba de un lector a otro, aportan vida al ejemplar, pero esto es demasiado. Respecto a la traducción, no me ha disgustado: Lenguaje de época (entrambos, vuesa merced, etcétera) y prácticamente ninguna errata. Como curiosidad, decir que sus responsables cambiaron el nombre de la isla flotante: De Laputa en inglés, a Lupata en español (sí, la misma Laputa en la que se basó la película de Hayao Miyazaki). Personalmente, entiendo los motivos e incluso considero que tampoco es de importancia, pero opino que se debe tener mejor opinión del lector, y respetar el original mientras sea posible. La portada no corresponde a la edición que he leído, por imposibilidad de encontrar la de la segunda.
En resumen, se lo recomiendo tanto a los misántropos como a aquellos que idealizan el pasado o el extranjero, obviamente, no por las mismas razones.



El señor de las moscas Lo acabé hace tiempo, pero lo reseñé antes de ello, así que vuelvo a comentarlo.
La historia me enganchó a partir del momento en que los conflictos de la isla aumentan, que coincide con el crecimiento de las supersticiones en los muchachos. La novela cambia de tono, mostrando cómo los risueños chicos enloquecen por el miedo a los demás. ¡Y pensar que, cuando llegaron a la isla, la consideraban estupenda, y se burlaban de quien advirtiera de peligros! El final, por su parte, es apoteósico (a pesar de no tenga nada que ver con la apoteosis).
El lenguaje prefiere descripciones y narraciones exactas que contrastan con diálogos abundantes en expresiones populares y onomatopeyas.
La edición es de bolsillo, y es de agradecer la ausencia de erratas. La traducción es en general buena, aunque de tanto en tanto me encontré con expresiones algo forzadas.

Bueno, esta será la última tanda de reseñas de momento, hasta que haya visto un buen número de películas. Seguiré con esta periodicidad casi semanal, para así evitar las entradas demasiado densas, así como para hablar de temas que antes siempre eliminaba por considerarlos bobos, pero que pueden ser muy divertidos. ¡Saludos!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

en los viajes de gulliver, el autor menciona las dos lunas de marte, lunas que no fueron descubiertas hasta el año 1877....curioso, verdad?

capolanda dijo...

Sí, cuado lo leí, me di cuenta de que Swift hacía referencia a las leyes de Kepler.
La Wikipedia da pistas en esa dirección:
http://en.wikipedia.org/wiki/Discovery_of_the_Martian_moons
Aún así, creo que para él no servía de nada saberlo. Laputa (en el original) está llena de científicos expertos en ciencia, pero incapaces totalmente de aplicarla de modo práctico. Una versión antigua del actual "Destinar dinero para la investigación espacial es tirarlo.".