Si hay una serie que introdujo el manga y el anime en todo el mundo, esa fue Ranma 1/2. Hubo otras series, como Dragon Ball o Captain Tsubasa (Campeones: Oliver y Benji), sí, pero no incidieron tanto como la anterior en el fanservice.
Esta obra hizo famosa a su autora, Rumiko Takahashi, en el mundo. Ella ya era famosísima en Japón gracias a Urusei Yatsura (Lamu/Lum, a veces con coletillas), que ya tocaba su gusto por las relaciones de amor-odio. De hecho, Ranma 1/2 se puede considerar como la última más combates de artes marciales.
A Rumiko se le daba muy bien este humor, aunque a veces reciclara algunos chistes. Junto a esas dos obras, hizo varias historias cortas que se han recopilado en varios tomos, así como la obra corta One Pound Gospel y Maison Ikkoku, de la cual se cuenta que es su mejor obra en guión. Todas estas seguían esta línea. Una excepción es Mermaid Saga, más dramática.
Inu-Yasha, su última y archivendida obra, sí siguió a la última, pero hubo un problema: se repetía más que el ajo. Algunos de los seguidores más críticos de Rumiko no pudieron ignorar el obvio parecido con la parte de acción de Ranma 1/2. Además, debido a que la historia es el clásico enfrentamiento entre el bien y el mal, la autora se limitaba a repetir luchas contra demonios cada vez más poderosos.
No obstante, llegó el fin de Inu-Yasha, por lo que hizo una pausa de diez meses en vistas de otro proyecto, Rin-ne. Bien, pues ya hay un personaje similar a Shippô en el quinto capítulo. Y resulta que su tema son los shinigamis. Vale, no tiene que estar precisamente basado en Bleach, pero podría haber propuesto algo más novedoso.
No digo que esta obra vaya a ser mala (o peor que Inu-Yasha, por ejemplo), porque Rumiko siempre ha demostrado talento y saber hacer, pero a estas alturas no creo que le pase nada por arriesgarse un poquito y hacer una cosa diferente. Va a ser que le pasa lo mismo que a Ibáñez, según comenta mi padre: "En lo suyo, es genial". A lo que suelo añadir: "Sí, pero está muy visto.". Por ello, haré lo mismo que hice con Ibáñez: dejarla a lo suyo.
Esta obra hizo famosa a su autora, Rumiko Takahashi, en el mundo. Ella ya era famosísima en Japón gracias a Urusei Yatsura (Lamu/Lum, a veces con coletillas), que ya tocaba su gusto por las relaciones de amor-odio. De hecho, Ranma 1/2 se puede considerar como la última más combates de artes marciales.
A Rumiko se le daba muy bien este humor, aunque a veces reciclara algunos chistes. Junto a esas dos obras, hizo varias historias cortas que se han recopilado en varios tomos, así como la obra corta One Pound Gospel y Maison Ikkoku, de la cual se cuenta que es su mejor obra en guión. Todas estas seguían esta línea. Una excepción es Mermaid Saga, más dramática.
Inu-Yasha, su última y archivendida obra, sí siguió a la última, pero hubo un problema: se repetía más que el ajo. Algunos de los seguidores más críticos de Rumiko no pudieron ignorar el obvio parecido con la parte de acción de Ranma 1/2. Además, debido a que la historia es el clásico enfrentamiento entre el bien y el mal, la autora se limitaba a repetir luchas contra demonios cada vez más poderosos.
No obstante, llegó el fin de Inu-Yasha, por lo que hizo una pausa de diez meses en vistas de otro proyecto, Rin-ne. Bien, pues ya hay un personaje similar a Shippô en el quinto capítulo. Y resulta que su tema son los shinigamis. Vale, no tiene que estar precisamente basado en Bleach, pero podría haber propuesto algo más novedoso.
No digo que esta obra vaya a ser mala (o peor que Inu-Yasha, por ejemplo), porque Rumiko siempre ha demostrado talento y saber hacer, pero a estas alturas no creo que le pase nada por arriesgarse un poquito y hacer una cosa diferente. Va a ser que le pasa lo mismo que a Ibáñez, según comenta mi padre: "En lo suyo, es genial". A lo que suelo añadir: "Sí, pero está muy visto.". Por ello, haré lo mismo que hice con Ibáñez: dejarla a lo suyo.
1 comentario:
Hace tiempo, mientras leía 13 Rue del Percebe de nuevo (enésima vez), reparé en que Ibáñez reciclaba muchísimos chistes (¡incluso podía tardar varias décadas!). Cuando llevas más de 10.000 páginas leídas de él (como un servidor)... te cansas un poquito. O mucho, más bien.
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