lunes, septiembre 15

Reseñas (III)

Como ya dije, hoy reseño videojuegos. Como el número de reseñas es inferior, me he extendido en dos de estas.



Shin Megami Tensei: Persona 3 La sorpresa del año. No esperaba que me gustara tanto, y los aparentes ditirambos de Lordtaku no eran sino justos elogios. Este juego cuenta la lucha de un grupo de jóvenes contra unos seres denominados Shadows, que sólo aparecen durante la Dark Hour, una suerte de distorsión en el espacio-tiempo que ocurre cada medianoche. Entonces, la apariencia del mundo se vuelve grotesca, y la gente normal sufre la Transmogrification, proceso en que es confinada en una especie de ataúdes, sin que se enteren de lo que ocurre (¡Claro!). Pero el cambio más sorprendente ocurre en el Gekkoukan High School, centro en el que estudian nuestros protagonistas, que se convierte en el Tartarus, una torre enorme y altísima, en la cual se encuentran casi todas las Shadows, siendo por ello un lugar de mala muerte.
No es preciso ser demasiado sagaz para darse cuenta de que este es un argumento prototípico del shônen manga (y anime), pero aún así, el desarrollo oculta sorpresas combinadas con citas a filósofos famosos.
La base del juego está en las Personas. El juego las define como una manifestación psicológica de la mente de cada individuo. Estas son una suerte de Guardian Forces del Final Fantasy VIII, pero mejores, ya que crecen con la misma experiencia del personaje a la que corresponden, aprendiendo sus habilidades en orden, para luego ser empleadas en batalla. Pero como siempre ocurre, hay una excepción: El protagonista sin nombre puede usar múltiples Personas, y en consecuencia es altamente respetado por los demás personajes.
Las Personas del protagonista se consiguen de dos modos: Como premio tras ganar una batalla, o por fusión de otras existentes, aunque hay que tener en cuenta que la fusión no siempre dará lugar a una persona más poderosa que las iniciales. Para crear el vasto plantel de Personas, los diseñadores se han inspirado en la mitología judeocristiana, zoroástrica, céltica, grecorromana, germánica, hinduista-budista y sintoísta, con creencias supersticiosas europeas y japonesas, y no sé si me dejaré alguna en el tintero.
Otro de los aspectos que más llaman la atención son los Social Links, una serie de relaciones personales que puedes desarrollar, como en un simulador social. Dichas relaciones están clasificadas en veintiuna categorías, coincidentes con las cartas del tarot. Las Personas están clasificadas en la mismas categorías, y el efecto de avanzar en las primeras se manifiesta en la fusión.
Por último, es justo hablar de los combates en sí. El Tartarus está distribuido en numerosas plantas, cada cual poblada por Shadows. En el escenario, se visualizan nuestros personajes, y también los enemigos como manchas negras que se arrastran. La lucha comenzará cuando nuestro personaje protagonista golpee a uno de los enemigos, o viceversa. Por la forma, sólo puede saberse la cantidad a derrotar, pero no la especie, aunque hay excepciones. Los ataques están clasificados en nueve categorías, tres de tipo físico y seis de mágico, y la mayor parte de las Shadows son débiles frente a una o más categorías. Elegir la más adecuada (así como lograr un crítico) no sólo las dañará mucho más, sino que derribará al enemigo, y además proporcionará al personaje un turno extra. Cuando todos los enemigos han sido derribados, es la ocasión para emplear un All-Out Attack, una técnica que se basa simplemente en que el grupo de personajes ataca en tromba a las ya indefensas Shadows. Así, los combates son más ágiles y entretenidos que en otros juegos del género.
El juego, en resumen, en sí está bien, y confirma mi observación de que la mayoría de los RPGs son más sencillos que la saga Final Fantasy. El único problema es que el juego no ha aparecido traducido al español, y se encuentra en inglés, con lenguaje SMS incluido. De ahí que en la presente reseña me haya referido a los términos en inglés, aunque el manual de instrucciones los presente en castellano. Personalmente, no he tenido problemas de comprensión en las partes habladas no subtituladas, sino en aquellas que emplean el lenguaje SMS, pero aún así el contexto me ha ayudado.



Odin Sphere Como el anterior, es otro juego de Atlus que también vale su peso en oro, y no sólo porque se haya atrevido a ser un juego de gráficos bidimensionales en esta época de botones para controlar la cámara. Odin Sphere nos cuenta cinco historias de sendos héroes: Gwendolin en el libro La valquiria, Cornelius en El príncipe puka, Mercedes en Tierra de hadas, Oswaldo en La espada oscura, y Velvet en El destino. Se empieza jugando con Gwendolin hasta el final de su historia, y se sigue por orden, mostrando los acontecimientos del argumento desde el punto de vista de cada uno. Las interacciones entre ellos son sumamente importantes, pues bien puede que el "malo" al que se enfrenta uno de ellos, o un aliado que nos presta su ayuda, sea otro de los protagonistas.
Es difícil clasificar este juego en un género. Por un lado, es tentador clasificarlo como action RPG, pero su control es similar al de los beat'em up de la vieja escuela, con algunas innovaciones jugables, como una sucesión de niveles circulares (es decir, si tu personaje se mueve en un sentido, acabará volviendo al punto donde empezó). Por otro lado, carece de fondo en el que moverse, y presenta una barra de vigor, que se vacía conforme el personaje lucha, y para cuya recuperación se precisa que el personaje se detenga y descanse.
Pero a pesar del control y la perspectiva, en el juego se gana experiencia, y los personajes suben de nivel (y sufren estados alterados), o mejor dicho, de niveles, pues existen dos parámetros diferentes: El nivel de puntos de vida (PV) y el nivel de psiferita. El primero es típico en definición, pero no en el método para ganar experiencia, que pasa por comer alimentos. No, no quiero decir comer alimentos sólo para recuperar los PV perdidos, sino también para ganar experiencia, la cual servirá para que los PV máximos aumenten (y ser curado plenamente cuando se sube de nivel). El segundo es típico en método, pero no en consecuencia. Las psiferitas, antes que nada, son armas mágicas cuyo poder aumenta con las almas de los enemigos caídos ante sus estocadas (llamadas fozones). Así, el arma se va fortaleciendo, y gana nuevos ataques especiales. Huelga decir que los cinco protagonistas blanden psiferitas.
La manera de conseguir alimentos es también muy original. Aparte de comprarlos u obteneros, los personajes consiguen las semillas de un árbol o arbusto, y las plantan en los niveles. Dichas plantas se alimentan de los fozones de los caídos, hasta que crecen del todo, siendo el momento en que el fruto madura cuando ha de ser recogido (si la planta muere antes, se habrá podrido). Esto hace que, cuando uno comienza un nivel, tenga que pensar detenidamente si es buena idea hacer crecer una semilla, para evitar acabar con una planta a medio crecer porque los enemigos eran unos flojuchos. Otra manera es comer en restaurantes o cafeterías, pero de modo singular, pues los personajes han de llevar los ingredientes y el precio en las monedas exactas (los propietarios son unos siesos que no dan la vuelta).
Este sistema de incremento de nivel por consumición, unido a la limitación del equipaje, obliga a pensar estratégicamente con la comida. Y es que, aunque la barra de energía esté relativamente en buen estado, puede ser buena idea nutrirse para incrementar el nivel de PV. El problema es que tanto las plantas como el nivel de psiferita (así como las habilidades especiales) dependen de los fozones. Por ello, el juego da opción de reempezar la fase en que se encuentre el jugador desde el primer nivel, con los niveles y objetos conseguidos hasta el momento elegido para reempezar, para así poder incrementar adecuadamente todos los parámetros del personaje.
Por último, en el juego existe un sistema de alquimia, como en otros juegos de rol. La novedad está en que, en vez de mezclar dos o más objetos, se deposita una mandrágora (u otro material) en materiales líquidos numerados, dando como resultado una poción. Es interesante observar que la experiencia no puede realizarse sin la receta, y que el recipiente de los materiales es un matraz de fondo redondo (¡Igual, igualito que en la carrera!)
En resumen, es un buen juego, más difícil y complejo de lo que parece, y una de las últimas obras maestras que han aparecido para la segunda generación de consolas caseras de Sony. Quizás por eso, su distribuidora europea, Square Enix, lo ha comercializado subtitulado en español, y con la opción de elegir el audio en japonés e inglés. Si eso no es tener detalles con el aficionado, que baje Dios y lo vea. ¡Aprende, Capcom, y haz lo mismo con Ôkami!



Rayman Raving Rabbids Pues sí, piqué en la oferta. Me ha divertido, no está mal como mi primera experiencia en el género de minijuegos. Eso sí, sin el Wii Remote pierde mucho. Como mínimo, los rabbids son realmente impredecibles, y la mar de divertidos.

La próxima entrega tratará de libros, y será la última de momento.

4 comentarios:

Hitlercito dijo...

el PS2 es muy viejo y el PS3 muy caro, debería hacerse algo que estuviera al alcance de las masas!!

Lordtaku dijo...

Pues si te gustó el Persona 3, tengo una buena y una mala noticia (mejor dicho: dos buenas y una mala)

La primera buena es que hay continuación del Persona 3, siguiendo la trama desde el punto justo donde acaba el juego original.

La mala noticia es que esa secuela viene incluida en el Persona 3: FES, juego que incluye el título original (es decir, viene a ser dos juegos en uno, siendo una mala pasada el haberse gastado el dinero en el primero teniendo la secuela con varios extras).

Y otra buena noticia es: busca en Youtube "Persona 4", que también es para Ps2 (no paran de salir buenos juegos para la plataforma, no añoro para nada tener alguna de las de nueva generación)

capolanda dijo...

Heil, mein kleiner Führer! Lo cierto es que el otro día, en el Fnac, estuve mirando los títulos de PS2, y entre juegos de mascotas, adaptaciones cutres de películas o series, y recopilatorios quedé decepcionado. Me entraron ganas de adquirir una nueva plataforma, aunque aún hay títulos que me gustaría adquirir (God of War II, Prince of Persia, y si los (re)editan, Persona 4, SH: Origins y Ôkami).

¡Dichosos los ojos, Taku me comenta! Tenía ganas de verte, me he ausentado del MaG por el teórico del carnet de conducir.
Sí, ya me contaste lo del Persona 3: FES, y ya sabes que mi opinión es exactamente lo que cuentas. Por eso, y no sé si es muy friqui, admiro los juegos que sólo aparecen una vez, sin reediciones sacacuartos, y más si sólo aparecen en un formato (arcade o una consola), y ya es el remate si todas las versiones locales son iguales. Ejemplos, aunque no todos cumplen estrictamente estas condiciones, son The Legend of Zelda: Link's Awakening, Mystic Quest (Game Boy); Dynamite Headdy, Soleil, The Story of Thor (Mega Drive); The Adventure of Alundra, Oddworld: Abe's Oddysee, Oddworld: Abe's Exoddus, Metal Gear Solid, Vagrant Story (PlayStation); Haunting Ground, Dark Chronicle, ICO, Shadow of the Colossus, Project Zero, Devil May Cry, God of War (PlayStation 2).
Por otro lado, estoy al tanto de la existencia de Persona 4, pero no puedo evitar la sensación de que es conveniente saltar ya a la nueva generación (y mira que la PlaStation 3 no es siempre retrocompatible). No sé si te habrá pasado a ti, o a Hitlercito, pero tengo la sensación de que cuanto más brillante es un juego, menos dura en el mercado. Cierto es que España no es Japón, que cada vez hay más novedades pero las consolas son relevadas antes, y que el mercado de videojuegos no es todavía como el de libros, películas, discos o lo que sea, en que no sólo prima la novedad, pero es exagerado. Y no quiero llegar "tarde", como me ha pasado con SH: Origins, pensando que no se agotaría (sin embargo, Odin Sphere sigue en las estaterías... ¡Alucino!).
Pero claro, este es sólo mi punto de vista. Y siempre nos quedará la piratería. ;)

Jessy_Juls dijo...

Esos conejos son la ostia de cabrones, aparte de predecibles, que conste en acta xD a mí me ha encantado el juego... me he reido como nunca jeje

Un saludo, sigo leyendote desde las sombras ;)

saludos