lunes, septiembre 8

Reseñas (II)

Llego un día tarde, lo sé, el nuevo ordenador que estaba usando ha sufrido una avería, y estoy usando el viejo y el portátil. Aún así, ¡hoy tocan tebeos!



Daydream Había oído hablar bien de este manga, pero no he querido comprarlo hasta que ha sido publicado en su totalidad. El primer tomo ha resultado tan divertido como crítico con la sociedad japonesa. Misaki Saeki; una muchacha conocida como la reina del sadomaso; tiene poderes espirituales, como una Kagome cualquiera, que usa para ayudar a los muertos a descansar. Visto así, sería un trabajo típico y tópico de médiums, si no fuera porque las víctimas pertenecen a sectores marginales, y además están ocasionalmente relacionadas con una misteriosa serie de suicidios. No obstante, la lectura no resulta depresiva porque de tanto en tanto se muestran chistes obscenos (que, por una vez, están plenamente justificados). Por otro lado, hay acción en forma de muay thai muy bien dibujada.
Cuando haya leído más, la nombraré de nuevo.



Lamu Pues sí, soy débil con la gran obra prima de Rumiko, ¡qué le voy a hacer! Será su estética ochentera, será que en el fondo me gusta más la ciencia ficción que las artes marciales o la fantasía japonesa. Si me gusta más que la comedia romántica en estado puro, no lo sé, porque aún no he leído Maison Ikkoku (¡Lo confieso!). Para no aburriros innecesariamente, tan sólo dire que en los tomos duodécimo y tredécimo aparecen capítulos sólo vistos en los OVAs, o inéditos totalmente del anime. Así como personajes nuevos, como Shingo, el chico de la selva eléctrica, que apareció en uno de los últimos capítulos del anime para secuestrar a Lamu, y de ahí a los OVAs, mientras que en el tebeo es desarrollado. Bien mirado, es todo lo que hay que contar. Continúa en su línea.



Monster Continúa el thriller de Urasawa, sin poder olvidar 20th Century Boys, especialmente porque se repite un recurso (Espóiler de ambas obras Sendos personajes ex-alcohólicos mueren, y se descubre que fueron asesinados al comprobar que aparecieron con botellas de licores que no soportaban). Urasawa demuestra que sabe desarrollar una historia, y además sus malvados son en cierto modo infantiles, lo que los hace muy interesantes. Cuando digo "infantiles", no me refiero a que estén mal planteados, o sean simples como los malos de dibujos animados (que son villanos, y encima tontos). Me refiero a que, como los críos, actúan por simple deseo, sin tener en cuenta el daño que puedan hacer, y con objetivos simples que suponen lo más importante para ellos. Es por ello que son tan indescifrables, así como impasibles. Siempre me ha hecho gracia esa afirmación de que los niños son muy crueles, ¡cuánto reiríamos, si leones y serpientes venenosas, por ejemplo, pudieran hablar y se quejaran de que sus crías son voraces y venenosas, respectivamente!
Expongo una imagen de la portada del decimosexto número porque he sido incapaz de encontrar una del decimoquinto, el último que he comprado, en formato grande.



¡Yotsuba! Continúa la gran obra de Azuma en formato de página entera, y la lentitud de su aparición (¡Un tomo anual, últimamente!) se disculpa por su calidad. El último tomo presenta un nuevo personaje, y cuenta las andanzas de Yotsuba en una granja. Azuma se está dosificando en el reparto, y lo cierto es que se le da bien trabajar con pocos personajes. A esperar toca el octavo tomo, que ya ha salido en Japón.



School Rumble Continúan los malentendidos en el instituto Yagami, mientras los secundarios siguen ganando protagonismo. Harima y Tsukamoto siguen igual, en babia. Sus condiscípulos, en contraste, están bastante inquietos, o bien recuerdan experiencias tristes, sin caer en el dramatismo. Como mi amigo Nick Savage dice, los dos protagonistas son bobos, pero en mi opinión, al menos Harima nos obsequia con transformaciones y oficios varios.

¡La próxima semana, videojuegos!

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