Efectivamente, tras tres semanas empleadas en resolución intensiva de tests de temas y de exámenes. Para rematar la faena, aparte de conseguirlo a la primera no he cometido ningún fallo. Era hora de que me pusiera en serio, tras casi un año de matricularme y leer el libro por encima un par de veces. También es que me entretuve con las últimas asignaturas, me perdí tras acabar la carrera, me centré en el laboratorio y me curé de la espalda, pero lo difícil viene ahora: El examen práctico.
Aparte, ya me he matriculado en el Instituto de Idiomas, tras comprobar por enésima vez que no podía automatricularme por hacer primero de libre configuración. Mi principal motivo es mejorar mi fluencia (de hecho, en la clase se habla en inglés), y el secundario es, si es necesario, darle mejor aspecto a mi currículum (siempre queda mejor que decir que leo The Wotch y juego con el Shin Megami Tensei: Persona 3).
Como ya he dicho en el primer párrafo, me he curado del abceso (que no bulto de grasa, por lo visto). Ahora estoy bien, pero tengo aún lo que se llama la cápsula, que está en la fase fría. Si vuelve a crecer, tendré que pedir cita en la consulta para ser intervenido directamente.
Por último, como comenté en una entrada anterior, el ordenador que había estrenado se ha averiado, con textos y descargas. Ignoro si es grave, pero lamento, y espero remediar a partir de ahora, no tener una copia de seguridad (antes usaba soporte externo, pero como suele estropearse, lo dejé). No es que sea el fin del mundo, pero tenía dos capítulos de Hilaridades, y he tenido que comenzar los dos posteriores a estos, que espero acabar y subir aquí.
De momento, ya está. Mañana, otra entrada ligera.
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